Cien años a ritmo de gigantes
La Comparsa de Pamplona homenajeó este domingo a la familia Iribertegui por sus 100 años bailando gigantes
- Iranzu Larrasoaña
Estos días cientos de niños recorren las calles de Pamplona acompañando a los gigantes, temblado al ver acercarse la verga de Caravinagre o soñando con algún día poder llevar a su figura de cartón favorita. No son los primeros, muchos antes que ellos han levantado los ojos al cielo impresionados por la vertiginosa velocidad de los giros de la Reina Africana. Iñaki Iribertegui, de 33 años, fue uno de esos niños y hoy la baila haciendo las delicias de pequeños y mayores. Antes que él lo hizo su padre, Pedro Iribertegui, de 60 años. Iñaki puede presumir de ser la cuarta generación de esta familia que forma parte de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Pamplona.
Entre su bisabuelo (Benito), su abuelo (Alejandro), su padre y él ya suman un siglo cargando figuras de cartón a sus hombros. La comparsa de Pamplona quiso tener este domingo un gesto con esta familia homenajeándolos en el bar Don Bosco por esos cien años que han dedicado a hacer felices a tantos niños. Mientras los gigantes, kilikis y cabezudos descansaban en la sede de Cruz Roja Navarra , un aurresku agradecía a la familia su dedicación.
Emoción a flor de piel
“Les han entregado a mis tías Antonia y Begoña una figura del Rey Europeo porque mi abuelo lo bailó muchos años”, explicaba poco después del homenaje Iñaki. “Mi bisabuelo llevó el Concejal y mi padre bailó también a la Reina Africana”, señalaba. “Es un sentimiento que pasa de generación en generación”, comentaba muy emocionado.
Junto a su padre recogió un pañuelico de honor que recordaba a historia familiar, niñez y pasión por los gigantes y cabezudos. “No me imagino unos sanfermines sin comparsa”, aseguraba con lágrimas en los ojos. “Lo he mamado desde pequeño, es una tradición”, comentaba.
“Mi bisabuelo estuvo entre el año 1918 y 1936, mi abuelo cerca de doce años y mi padre 25”, explicaba este domingo orgulloso. “Yo llevo 18 años y me gustaría llegar a los 25, como mi padre”, aseguraba. “Bailaré hasta que el cuerpo aguante, pero hasta 2025 hay gigantes para rato”, prometía con ilusión.