El rincón
La guerra de las encuestas
Las broncas de Geroa Bai con el PSN nos llevan a un Gobierno de “coexistencia” más que de coalición hasta las elecciones
SIN temblarle el pulso ni despeinarse lo más mínimo. Geroa Bai convocaba a los medios esta semana y se arrancaba acusando a su socio de Gobierno, el PSN, de “chantaje” en el debate sobre la ley de vivienda. Subía así un peldaño es la escalera de la tensión dentro de la mayoría política que sostiene al Gobierno foral. Y afloraba un nuevo episodio de la bronca en el Ejecutivo que preside María Chivite, en el que Uxue Barkos, su antecesora, actúa algunos días más como si fuera la jefa de la oposición que la socia minoritaria.
Caída en la intención de voto. Hay teorías para todos los gustos para explicar el desmarque de Geroa Bai, repetido y público en las últimas semanas. Pero hay una que se antoja con poso. La caída en la intención de voto de la formación de Uxue Barkos que vaticinan todas las encuestas. Eso es casi en lo único que coinciden. En que dentro del campo de voto nacionalista la correlación de fuerzas se invierte en Navarra. Y que Geroa Bai puede ser destronada como la mayor fuerza nacionalista y el liderazgo pasaría a encabezarlo Bildu.
La lectura política es clara. La fuerza de Barkos no ha conseguido rentabilizar su presencia en el Gobierno y los abertzales de Bildu lograrían traspasar su techo aupados por el blanqueamiento de su presencia como socios del Gobierno que Chivite les ha puesto como pista de aterrizaje. Una triste constatación. Por cierto esta aguda rivalidad es la misma que se da en el vecino País Vasco entre PNV y Bildu.
Gobierno de coexistencia. Lo que parece claro es que estas broncas internas no anticipan hoy una ruptura del Gobierno. “No se van a ir ni con agua hirviendo y no los vamos a echar” sostienen fuentes socialistas cercanas a la planta noble del Palacio de Navarra. Eso sí, vamos más a un Gobierno de “coexistencia” que de coalición, reconocen. Las tensiones de la ley de vivienda parece que no llegaran a mucho más. Pero marcan territorio de tensión política en un año decisivo. Y, sobre todo, van a ser una cantinela muy desgastante para el Gobierno en los próximos meses.
Encuestas que marcan la agenda. A un año exacto de las elecciones al Parlamento foral, la realidad es que la vida en los cuarteles generales de los partidos navarros se ha visto alterada por las encuestas. Tanto el PSN como UPN han encargado las suyas para tomar la temperatura a la intención de voto hoy. Por cierto, que en ambos casos la empresa destinataria del encargo ha sido la misma, CIES, una respetada firma local. Esos datos indican que los grandes bloques políticos (centro-derecha, izquierda y nacionalismo) siguen bastante estables en Navarra, a pesar de pandemias, cambios de Gobierno y todos los terremotos habidos. Sorprendente.
Eso sí, lo que se mueve es el reparto de escaños entre fuerzas situadas dentro de cada bloque. Por ejemplo, que Bildu le come el terreno a Geroa en el nacionalismo. Y la duda del reparto en el centro derecha, con la reedición o no de Navarra Suma (hoy con 20 escaños), con UPN, PP y Ciudadanos, y la entrada o no de Vox (con versiones para todos los gustos).
Armas electorales. Los datos de las encuestas normalmente no salen de los despachos. Pero en este caso han llegado a la calle por voluntad de los partidos como parte de su estrategia electoral de dar moral a los suyos y desmotivar al contrario. El PSN hizo pública su encuesta, donde CIES sólo aparece como autora del trabajo de campo, no del análisis para la asignación de escaños. Y como el PSN calcula que van a sacar 13 escaños frente a los 11 que tienen hoy se han ocupado de sacar pecho. Su lectura daba además 14 escaños a UPN, como fuerza ganadora, más 1-2 al PP y 2-3 a Vox en ese mismo campo y 4 a Podemos-IE.
Los datos socialistas donde enfadaron de verdad es en la sede de UPN en Príncipe de Viana por verlos sesgados. Y Esparza respondía en el segundo acto de esta “guerra de encuestas”. Señaló que la suya daba 17 escaños sólo a UPN y que el centro-derecha crece (lo cual equivale a una suma de al menos 21 escaños). Que el PSN se queda con 10, que Vox no entra y que Bildu pasa a Geroa y se coloca cerca del PSN.
Para UPN, interpretar bien los datos de las encuestas es clave para mantener o variar la estrategia de coaliciones (Navarra Suma o UPN sola), su gran decisión pendiente para intentar volver al Palacio de Navarra ocho años después. Y es que la aritmética es parte de la cocina de la política. Pero es sólo una parte del complejo baile que conduce a los comicios. Hay mucha tela que cortar todavía.