"Será legal, pero da asco"

Será legal, pero es una afrenta a los valores de la democracia. Que quienes han matado y extorsionado reciban el apoyo de parte de sus vecinos es institucionalizar diariamente los “ongi etorris”, es tratar de refrendar con votos a asesinos no arrepentidos, es la más clara reivindicación de EH Bildu de los crímenes de ETA, es decirnos a todos: “Aquí estamos y no nos avergonzamos ni nos arrepentimos de lo que hicimos”. Será legal, pero es nauseabundo; un escupitajo a los valores de la convivencia, un nuevo desprecio a los familiares y amigos de las víctimas, una nueva chulería macarra de quienes pretenden que se siga hablando de ellos aunque sea mal. En esta ocasión también la puntada de Bildu lleva hilo, porque políticamente incluir en las instituciones a asesinos sentenciados incluye implícito un mensaje. Si en la legislatura que termina Bildu ha conseguido determinar la política de Navarra, ahora nos viene a decir que no se achanta, que doblará su apuesta, que quien quiera contar con sus votos deberá asumir hasta el final el trabajo de limpieza del legado de ETA, hacer suyos la estrategia y el relato blanqueador de sus crímenes. Esto va más allá de una imagen, esto va de teñir con la cochambre de la ignominia a quienes quieran pactar con ellos. Es una vuelta de tuerca a la pérdida de dignidad, que tendrán que asumir quienes quieran disponer de sus votos. Y ahí anda el Partido Socialista, poniéndose de perfil, apelando a la legalidad de las listas trufadas de sangre, incapaz de un reproche ético, de una denuncia pública. María Chivite prepara la reedición de su pacto con Bildu. En esta ocasión va a necesitar algo más que la abstención de los parlamentarios abertzales. También va a pretender convencer a sus votantes de que vuelvan a tomar una nueva dosis de la pócima que reduce sus estándares éticos. Pero esto ya no se supera tapándose las narices para no apreciar la podredumbre moral. El olor se va a extender durante toda la legislatura y lo tendrán que respirar cada día. Quienes han vivido cerca de un río nauseabundo o de una refinería pestilente habrán comprobado que con el tiempo el asco desaparece, la pituitaria se ha adaptado al mal olor y el cerebro ha desconectado su sensación de repugnancia. Finalmente se adapta a lo insano. En esto estamos ya hace bastante tiempo. Señora Chivite, apelar a la necesidad de integrar a EH Bildu en las instituciones no es más que una añagaza, un engaño para ocultar que usted va a necesitar sus votos para gobernar. Si usted piensa que pactando con EH Bildu le aleja de su pasado y hace un favor a la democracia se equivoca. La podredumbre moral, su aceptación social como normal, socava los cimientos de la convivencia democrática. Los valores de respeto a las víctimas y a los asesinados quedan por los suelos. Porque eso es, señora Chivite, pactar con quienes asesinaron, extorsionaron, secuestraron y amenazaron a toda la sociedad, es devaluar a cero el sacrificio de quienes pagaron con su vida el precio de vivir en democracia. No se engañe. Tener a Bildu como socio preferente para sostener los Gobiernos de España y de Navarra va a tener un alto coste. El PSOE está en desventaja. Su estrategia cortoplacista pretende alargar una legislatura más su poder. EH Bildu juega a largo plazo para apuntalar lo que consideran conquistas que se hacen irreversibles. Señora Chivite, usted va a ser de nuevo el eslabón necesario para que se cumplan las cláusulas del pacto que Rodríguez Zapatero selló con Eta. Unas condiciones que no se han hecho del todo explícitas. ¿Qué nuevas exigencias de Otegi se va a ver usted obligada a cumplir? ¿Cuál va a ser el precio que ponga EH Bildu a sus pretensiones de seguir en la presidencia del Gobierno de Navarra? Señora Chivite, el futuro de Navarra no tiene por qué construirse con EH Bildu. Debería hacerlo con el apoyo de una gran mayoría social de Navarra en torno a los partidos constitucionalistas. Pensar que para evitar la vuelta de la violencia se debe aceptar que Bildu determine la política navarra es aceptar el chantaje y no ha sido así como se ha conseguido acabar con ETA. Sólo el fortalecimiento del acto constitucional arrojará definitivamente a los herederos de ETA al vertedero de la historia. Es cansino tener que repetirlo una vez más, pero es un deber cívico hacerlo. Someterse a los dictados de EH Bildu es arruinar el legado de la Transición democrática, cargarse los valores defendidos entonces por el Partido Socialista, un partido al que pertenecí durante los últimos años del franquismo y primeros de la democracia. Yo, señora Chivite, hoy no reconozco en este nuevo Partido Socialista y creo que muchos de sus antiguos militantes y votantes, tampoco. José Ramón Ganuza Periodista

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