Es imposible no mostrar indignación ante declaraciones de quienes hasta hace muy poco estaban en coalición con UPN

Voté a Navarra Suma en las elecciones forales, municipales y generales y también voté a favor de que mi partido, UPN, fuese en coalición con PP y Cs cuando me aseguraron que el acuerdo alcanzado contemplaba que los diputados y senadores de UPN se incorporarían al Grupo Mixto y mantendrían su autonomía y libertad de voto, asegurando el apoyo al candidato del PP en caso de llegar a la investidura, hecho que desafortunadamente no tuvo lugar. Esa autonomía de UPN, que el PP ha pretendido limitar y en algunos casos eliminar, permitió que la Ejecutiva y el Consejo Político de UPN decidiese votar a favor de la reforma laboral pactada por empresarios (CEOE), autónomos (ATA), sindicatos (UGT y CCOO) y el Gobierno, después de un análisis riguroso avalado por los empresarios navarros (CEN) y sindicatos mayoritarios. Nuestra responsabilidad y sentido de Estado, UPN además de ser un partido foral es un partido nacional, nos llevó a situarnos al lado de la concertación social entre los agentes económicos y sociales, la estabilidad laboral, la flexibilidad laboral y el empleo. Como partido político constatamos que la reforma laboral a aprobar era un refrendo de la reforma del PP de 2012 que con tanto empeño criticaron PSOE, Unidas Podemos y los sindicatos cuando ejercían de oposición al Gobierno de Rajoy. Por otro lado, el acuerdo entre empresarios y sindicatos obligaba al PSOE a anular el plan diseñado con Podemos de sacar la Reforma Laboral con el bloque de investidura: ERC, EH-Bildu, Más País, BNG y Compromís. Una vez más, el compromiso electoral del presidente Sánchez de derogar la reforma del PP cuando llegara a la presidencia pasaba a mejor vida. FAES, Fundación liderada por el expresidente Aznar, después de mostrarse a favor afirmó que “la reforma que finalmente se aprobó ni es nueva ni deroga la reforma del PP de 2012, pues consolida los EREs, la reducción del coste del despido y la supresión de los salarios de tramitación”. La torpeza de un diputado del PP, hoy investigado por malversación y prevaricación, votando en contra de lo que su partido había dispuesto echó por tierra la posición contraria del PP a pesar del voto de los dos diputados “díscolos” de UPN. Por todo ello, la postura de García Adanero y Sayas puede parecer acertada o errónea, bien o mal, estratégicamente preparada o estrictamente personal y poco reflexiva pero, el engaño y la deslealtad a su partido UPN es algo indiscutible que llevó al Comité de Garantías a adoptar la resolución sancionadora que todos conocemos. No es necesario estar en “los entresijos de la política madrileña” para recordar, con todo respeto, a algunos dirigentes destacados del PP “irse de boca”, que según el Diccionario de Autoridades significa “no reparar en lo que se dice y descomedirse”. Ahí quedan las declaraciones de Miguel Tellado, vicesecretario de Organización, afirmando sin rubor alguno que “Esparza aspira a convertirse en vicepresidente de un Gobierno presidido por María Chivite” o aquello otro: “Esparza está preparando su plan de pensiones”. Por cierto, cuando nadie había dicho nada sobre el futuro de Navarra Suma, Tellado afirmaba que “el PP lo único que se plantea es presentarse bajo sus siglas”. Por si esto no ayuda lo suficiente a conocer al personal, llega a Pamplona “el que faltaba pa´l duro”, el coordinador y número 3 del PP, Elías Bendodo, afirmando alto y claro, sin margen de error para la interpretación, que “UPN no solo está en los brazos del PSOE sino también de Bildu”. Palabras indignantes que fueron respondidas con contundencia por el presidente de UPN, Javier Esparza. Cierto y verdad es que cuando la razón desaparece de la política solo queda el exabrupto. La ingratitud de algunos con UPN y la deslealtad de otros con nuestras siglas nos harán sufrir pero también quiero creer que serán muchos más quienes se identifiquen con nuestro proyecto político de defender la singularidad de Navarra dentro de España. Es imposible no mostrar indignación ante algunas declaraciones de quienes hasta hace muy poco estaban en coalición con UPN, partido en el que milito y presidí durante 12 años pero no quiero dejar pasar mi decepción ante quienes se refugiaron en el silencio ante el exabrupto, hoy en el PP, como es el caso de algunas personas en las que confié cuando presidí el Gobierno. Como dice el dicho: “El miedo guarda la viña” y añado… el silencio el cargo. En estos tiempos, hoy lejanos a la lealtad, no quiero dejar de agradecer a UPN y a la mayoría de navarros la puesta de “pie en pared” en la lucha contra el terrorismo y sus herederos, en la defensa de la libertad y la democracia. Jamás limitó mi libertad de pensamiento ni horadó en mis sentimientos, quizás porque siempre coincidí con sus principios programáticos. Seguramente el error de algunos estuvo en afiliarse al primer partido que le ofreció “puesto y cargo” sin siquiera conocer sus estatutos y sus singularidades. Y aún cuando todo esto no tiene argumento jocoso alguno, por mi parte “aquí se acaba el sainete, perdonad mi atrevimiento” pero yo sigo pensando que si UPN no existiera en Navarra habría que inventarlo. Miguel Sanz Sesma Expresidente de UPN y del Gobierno de Navarra

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