Acuerdo en Salud del que nadie quiere quedarse fuera

La primera Javierada, con este fin de semana de sol y frío, ha sido una corta tregua. Pero el clima pre electoral es evidente que lo invade todo en Navarra. A vista de pájaro, la ya cercana cita del próximo 28 de mayo para elegir a los 50 miembros del Parlamento foral que, a su vez, designarán a quien vaya a ocupar la presidencia del Gobierno los próximos cuatro años. En este ambiente de tensión política, ese que siempre antecede a la urnas, llama la atención el altísimo grado de apoyo que puede alcanzar en el Parlamento el acuerdo entre Salud y el colectivo médico. El acuerdo que puso fin a la huelga, bien que a regañadientes, y que marca el camino para comenzar a mejorar la achacosa Atención Primaria. Ójala no sea un espejismo sino la señal de que es posible hacer política sin estar siempre en la trinchera. Un acuerdo con dos patas. Recordemos que el acuerdo entre el Gobierno y el Sindicato Médico (extendido a otros colectivos) lo ha gestionado Salud, es decir el PSN. Y se sostiene sobre dos patas: un aumento retributivo para todos los médicos (5.600 euros brutos anuales) además de mejoras para frenar la sobrecarga en Atención Primaria (máximo de 32 pacientes al día y 12 minutos de consulta presencial). El conflicto es muy similar al que se está desarrollando en toda España fruto, por un lado, de la escasez de médicos, sobre todo de familia. Pero también del agotamiento del modelo de Atención Primaria, que viene de lejos y que ha saltado por los aires tras la salida de la pandemia. El clamor ciudadano contra esta realidad está más que justificado y es especialmente visible en las zonas rurales de toda Navarra. Lo menos evidente era el desenlace político del conflicto. Recapitulemos. El PSN ha gestionado este acuerdo de mínimos. Ese al que los profesionales médicos se han adherido desde el más profundo de los recelos a la vista de como ha transcurrido toda la Legislatura. Las reticencias de los socios. El resto de los socios del Gobierno, de Geroa a Podemos, también se han mostrado muy críticos hasta el final. No hay que olvidar que los sindicatos (incluidos ELA y LAB) rechazan que la subida salarial sea sólo para los médicos. En un momento dado, el PSN no tenía asegurada mayoría en el Parlamento. De hecho el Sindicato Médico recabó el apoyo de la oposición, de Navarra Suma, que comprometió su voto con dos condiciones que el Ejecutivo ha aceptado. Poco después, sin embargo, todo el bloque del Gobierno (del PSN a Bildu, ambos inclusive), sin I-E, presentaba la propuesta de Salud como suya en el Parlamento. Para llamativo, el cambio de Geroa Bai. La coalición nacionalista ha sido especialmente crítica con Salud toda la Legislatura. En este debate, ha mostrado su oposición a eliminar la exclusividad de los médicos que el PSN estaba dispuesto a aceptar. Y eso que en Euskadi, el PNV (uno de los miembros de Geroa) defiende lo contrario. Pura incoherencia. Al final, este acuerdo de Salud, trenzado con alfileres, plagado de suspicacias por todas partes, parece que va a generar un punto de encuentro. Que no es poco. Huele a que nadie, ningún partido, quiere quedarse fuera de la foto. Que tiene más coste electoral estar al margen que apoyarlo. Sólo falta que ahora pase del papel a la realidad y ayude a mejorar la atención a los ciudadanos, que es lo importante. Falta sentido común. Cambio de tercio. Por el otro lado de la política navarra, el centro derecha, se constata que el nerviosismo alcanza cotas muy poco recomendables. Una cosa es que UPN y PP se vayan a enfrentar en las urnas, fruto de las estrategias partidarias, y otra que sus electores exijan sentido común a los dirigentes de ambos partidos para saber que el otro no es el enemigos a batir. Que su contrincante real está mucho más lejos y que no deben desgastarse fuera de lo imprescindible dos fuerzas que han trabajado juntas en el Parlamento de Navarra durante cuatro años y sin fisuras. Por eso, que Elías Bendodo, número tres del PP a nivel nacional, se plantara esta semana en Pamplona para soltar que “UPN está no sólo en los brazos del PSOE y sino también de Bildu” es de una torpeza infinita. Y es que la política pierde todo el sentido cuando se trata de colocar una pura mentira a los ciudadanos, a los que convendría tratar como adultos. Y cualquiera que viva en Navarra sabe que este exabrupto no tiene ni pies ni cabeza.

Acuerdo en Salud del que nadie quiere quedarse fuera

Al final, este acuerdo, trenzado con alfileres, plagado de suspicacias, parece que va a generar un punto de encuentro

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