"Un año de guerra y sufrimiento"
"La paz posible exigiría la renuncia expresa de Rusia a expandirse como imperio frente a Ucrania y el resto de la órbita soviética. El tiempo avanza y siguen muriendo miles de personas"
El próximo viernes se cumplirá un año de la guerra de invasión que el autócrata Putin emprendió contra Ucrania. La pretensión de demoler el Gobierno de Zelenski cercando Kiev resultó fallida, y la sorpresiva capacidad de resistencia dio paso a contraataques que afloraron las debilidades del Kremlin. La traslación de la ofensiva rusa a la economía occidental a través del encarecimiento de la energía y el corte de suministros tampoco logró las divisiones perseguidas en las sociedades desarrolladas. La Unión Europea parece en condiciones de sortear la recesión, mientras Rusia simula aguantar con un PIB menor que el de España y se dispone a invadir más territorios ucranianos. Los aliados de Ucrania se emplazan a secundar su defensa con los medios materiales y de inteligencia que impidan ese avance, mientras es improbable que Putin rebaje el nivel de alerta de la UE y la OTAN en su discurso del martes ante la Duma. Hace un año la agresión de Putin dibujaba un choque absolutamente desigual que hacía prever un desenlace inmediato.La capacidad de reacción militar, mucho más que un heroísmo desesperado, desbarató sus cálculos. Pero no sería exagerado suponer que han muerto tantos combatientes ucranios como rusos. Y siguen siendo asesinados miles y miles de civiles inermes, con un balance de 50.000 vidas arrebatadas como poco. La economía ucraniana se ha hundido, siete millones de personas han abandonado el país y otras tantas se han visto obligadas a desplazarse dentro de sus fronteras. A pesar de los destrozos de la guerra, Ucrania no es un Estado fallido, sino una voluntad colectiva inquebrantable en su vocación europea. La paz posible exigiría la renuncia expresa de Rusia a expandirse como imperio frente a Ucrania y el resto de la órbita soviética. Zelenski ha declarado que no se rendirá cediendo territorio a cambio de un armisticio que incentive próximas agresiones. Además resulta imposible pasar página sin imputar las responsabilidades pertinentes a quienes hoy siguen obsesionados con anexionarse Ucrania para anular a Europa.
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