La batalla electoral por Pamplona

ESTÁ terminando de dibujarse la partida de ajedrez que se juega en Navarra con los candidatos electorales convertidos en piezas del tablero. Sobre todo en el lado donde quedaban más interrogantes, el centro-derecha en el tablero, que aspira a ganar la partida pero con la estrategia opuesta a la de los anteriores comicios. Donde hace cuatro años había una sigla (Navarra Suma, con UPN, PP y Ciudadanos) en los comicios locales y forales del 28 de mayo habrá tres. Los mismos, pero separados. Al margen de la de Vox, por supuesto. Se aclara el panorama. Primero fue UPN quién deshojó la margarita y decidió en solitario romper Navarra Suma por razones estratégicas y tácticas. Una decisión repensada por Javier Esparza y ratificada luego por los órganos del partido con razones de todos los colores. Desde la idea de recuperar las siglas propias y marcar la política desde Navarra, a la de aspirar a recoger votantes desencantados del PSOE y su pacto con Bildu o incluso la de mantener así la puerta abierta a que los socialistas puedan apoyar a UPN para recuperar el Gobierno. Aunque esta última es la hipótesis más difícil de digerir en estos momentos conociendo lo que piensa el PSN. El siguiente movimiento de fichas se veía venir desde hace mucho, pero se ha hecho diáfano esta semana. Los diputados expedientados por UPN por no acatar la disciplina de voto, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, se integran en las listas de PP. García Adanero será, incluso, candidato popular a la alcaldía de Pamplona. Las siglas del PP se refuerzan en Navarra, pero no sabemos todavía cuánto. Y la brecha interna se agranda con UPN que ya habla abiertamente de “traición”. Los dos diputados, que están en todo su derecho de buscar un nuevo espacio político, se han pasado de partido olvidándose de un detalle; abandonar primero el escaño que lograron presentándose con UPN. Una omisión ética (huele a transfuguismo) que resulta sustancial hoy y que es su mayor talón de aquiles frente a los electores. Todo o nada en Pamplona. En cualquier caso, el PP ha dado un golpe de efecto en el tablero de Pamplona. La capital es una pieza clave y se nota en los perfiles que están colocando los partidos como candidatos. Todo “pesos pesados” en cada sigla. Tras la prevista retirada del alcalde Enrique Maya (dos veces primer edil y con una larga trayectoria a sus espaldas), UPN aspira a conservar la alcaldía como la fuerza política más votada. Y coloca de candidata a Cristina Ibarrola, médico, bien curtida en el Parlamento pero que debe demostrar todavía su idoneidad en el mundo municipal. De hecho, el centro-derecha se juega en Pamplona a un todo o nada el mantener su principal pieza institucional. Y es que el rival es aquí Joseba Asiron (Bildu), que aspira a recuperar la alcaldía, el gran trofeo simbólico que busca la izquierda abertzale y que podría pedir al PSN a cambio de su apoyo a Chivite para el Gobierno el día de mañana. Un cambio de cromos, vaya, que puede ser útil para los dos pero funesto para el futuro de Navarra . La opción de llegar a los 14 ediles. El PSN, por su parte, ya ubicó en el tablero de Pamplona a la consejera Elma Saiz, mano derecha de Chivite, para intentar agrandar así su escaso peso electoral en la capital (hoy es la tercera fuerza, muy por detrás de Bildu). Koldo Martínez es la ficha de Geroa Bai y Txema Mauleón la de Contigo Podemos. Ahora, el PP coloca a Carlos García Adanero en la disputa. Una operación de laboratorio de Génova que deja heridas en el PP local y que tira del carácter de estrella mediática en Madrid del diputado por sus aplaudidas intervenciones frente a Bildu o el sanchismo. Dicho todo esto, harían bien las fuerzas del centro-derecha, de UPN al PP, en evitar una guerra cainita. La tentación de protagonizar una guerra a navajazos sería un gran error político. Lo inteligente sería intentar ensanchar sus respectivos espacios de votantes buscando crecer en los márgenes. UPN hacia los desencantados más centristas del PSN (los que reclama también Feijóo) y el PP hacia los votantes que coquetean con Vox, para los que Adanero es un buen perfil. Sólo así puede pensarse en la opción de llegar a sumar entre ambos los 14 concejales, la mayoría absoluta (Navarra Suma tiene ahora 13 y toda la oposición junta 14). La única mayoría que desactiva la alternativa Asiron.

La batalla electoral por Pamplona

Harían bien UPN y PP en evitar una guerra cainita, lo inteligente sería ensanchar su electorado por los márgenes para ganar terreno

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