"El futuro de Sunak"
"Queda por ver si el primer ministro es capaz de tender puentes a todos los sectores de la sociedad británica y también dentro de su propio partido"
La política británica tiene un nuevo protagonista, Larry, el gato ratonero de Downing Street. El residente felino ha conquistado las redes sociales con sus observaciones agudas sobre las idas y venidas de la casa oficial del primer ministro británico y esta semana Larry ha dado la bienvenida a Rishi Sunak, el quinto inquilino en seis años. Sin duda, y como muchos británicos, Larry se pregunta si este se va a quedar más tiempo que los antecesores.
Sunak, un hindú practicante de una familia de inmigrantes de la India, es el primer mandatario de Downing Street que procede de una minoría étnica. Es un avance a celebrar pero no es un motivo de sorpresa: la diversidad de los representantes en la Cámara de los Comunes es visible, donde más del 10% de los diputados tienen sus raíces en comunidades minoritarias. Y visto desde otro punto de vista, Sunak es un conservador de un molde muy tradicional. Su familia goza de una fortuna inmensa y se calcula que la riqueza del nuevo primer ministro supera, con creces, a la del nuevo rey Carlos. Desde su educación en un colegio muy elitista hasta la Universidad de Oxford y una carrera en el banco de inversión Goldman Sachs no hay nada que distinga a Sunak de muchos otros diputados tories. Cuando era estudiante, Sunak participó en un documental en el que dijo: “Tengo amigos que son aristócratas, tengo amigos de la clase alta y amigos de la clase trabajadora. Bueno no de la clase trabajadora, no”.
Queda por ver si el primer ministro Sunak ya es capaz de tender puentes a todos los sectores de la sociedad británica. Pero quizás su reto más inmediato, y para su mandato el más importante, será extender los puentes dentro de su propio partido. Reino Unido tiene muchas ciudades en las que una multitud de comunidades viven en relativa armonía. No se puede decir lo mismo de las familias dentro del Partido Conservador.
Se suele decir que “la unidad es el secreto del arma del partido tory”. La cohesión interna ha sido una pieza fundamental para el éxito de los tories, probablemente la formación más longeva de Europa y el partido que ha dominado la historia moderna del Reino Unido. Es un hecho muy revelador que en los últimos cien años solo dos líderes del partido tory no han llegado a ser primer ministro. Sin embargo, todos los ciclos históricos llegan a su fin.
En gran medida, si Sunak es capaz de salir adelante con su mandato dependerá de su capacidad para gestionar bien las tensiones ya tan evidentes en su formación política. Una cohesión mejor será esencial para el futuro de su partido y el país entero. El primer reto, y el más inmediato, es la crisis económica. Los estragos de la guerra de Putin en Ucrania han dejado una profunda huella en la economía europea debido a la subida vertiginosa en el precio de la energía. El último informe del FMI estima que durante el próximo año la economía europea crecerá apenas un 0,6% –es decir, un 2% menos que el año actual– y que más de la mitad de los países de la zona euro entrarán en recesión en 2023. La ya ex primera ministra Liz Truss intentó estimular la economía británica con medidas radicalmente neoliberales –es decir, reducir los impuestos en concreto para los más ricos y reducir el papel del Estado–. La reacción de los mercados financieros internacionales fue brutal y puso un punto final primero a la estrategia y luego a la carrera de Truss. Sin embargo una corriente poderosa del partido tory, los thatcheristas, opinan que la defenestración de Truss fue una traición tanto a la ex primera ministra como a sus principios fundamentales. Truss se ha ido, pero la desconfianza y el enfado mutuo dentro de las filas tory permanecen.
Una segunda fuente de división importante para Reino Unido sigue siendo su relación con Europa. A pesar de las numerosas promesas de los protagonistas del bréxit, ninguno de los beneficios de la salida de la UE se ha hecho realidad. Todo lo contrario. Las barreras al comercio con la UE –derechos de aduana y controles en la frontera– han supuesto graves problemas para muchas empresas británicas y un déficit creciente en la cuenta exterior. El estatus de Irlanda del Norte sigue sin resolverse.
El nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, hizo campaña contra el bréxit y entiende bien que Reino Unido necesita una relación más estrecha, más armoniosa y más estable con la UE. La duda es si Hunt es capaz de convencer a un sector más resistente del Partido Conservador de la necesidad de un enfoque nuevo. Como consecuencia, no está nada claro que Rishi Sunak vaya a tener el apoyo necesario para asegurar el futuro de su gestión o si el gato Larry dará la bienvenida a otro nuevo inquilino en Downing Street durante el año que viene.
David Mathieson Periodista. Exasesor de Gobierno británico
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