Una ola de calor que destruye y mata
Las estadísticas especializadas constatan que los episodios con el termómetro en marcas infernales son cada vez más frecuentes en España
La segunda ola de calor en un verano que empezó antes de fecha a tenor de las elevadas temperaturas registradas y que no se asoma aún a agosto se ha cobrado ya la vida de al menos 360 personas y ha desatado y alimentado incendios que están poniendo en jaque a los servicios de emergencia. Las estadísticas especializadas constatan que los episodios con el termómetro en marcas infernales son cada vez más frecuentes en España y que han duplicado su duración, de cuatro a ocho días, en una década, sin que ningún territorio del país se libre. La evidencia cotidiana de la existencia de la crisis climática se está traduciendo ya no solo en catástrofes de impacto global, sino en situaciones más puntuales y menos dramáticas pero que constituyen ya una amenaza tangible para la salud pública. El insoportable calor de estos días alerta de unas consecuencias que pueden llegar a costar la vida en apenas unos minutos de exposición a un sol de justicia, una advertencia que obliga singularmente a los poderes institucionales y a las empresas, cada uno en su ámbito, a velar por que las altas temperaturas no engrasen la siempre trágica accidentalidad en el trabajo. Otra consecuencia de estos periodos de calor extrema son los incendios. Una parte de la superficie de la Comunidad foral sufrió los efectos del fuego hace apenas un mes, coincidiendo con la anterior ola de calor que padecimos a mediados de junio. Aproximadamente 15.000 hectáreas resultaron calcinadas en la peor ola de incendios sufrida en Navarra. Han pasado 30 días, pero tendrán que transcurrir años para que el paisaje quemado recupere la vida perdida, imprescindible para el futuro del campo navarro. No olvidemos, por tanto, que seguimos inmersos en medio de unas temperaturas infermales, con un riesgo importante para la salud y para el medioambiente, como lo demuestran los incendios que están devorando miles de hectáreas en otros puntos de España.