Un necesario acuerdo de Estado
"La recurrente apelación tanto del Gobierno como de la oposición a los “pactos de país” debe buscar superar de una vez el terreno de la retórica para llegar a aproximaciones y acuerdos"
La cumbre de la OTAN en Madrid ha desembocado en un éxito organizativo cuyo artífice final ha sido el Gobierno de Pedro Sánchez después de que el encabezado por Mariano Rajoy atara en su día la celebración del cónclave atlántico. Los elogios cosechados por la gestión española de una cita que ha acabado resultando tristemente histórica por la nueva amenaza que la Rusia de Putin tiende sobre las democracias occidentales han de ser interpretados como un patrimonio compartido del país bajo las disputas ideológicas. La cumbre ha escenificado, por sí misma, hasta qué punto existen políticas de Estado que trascienden legislaturas; una expresión que ha empleado el propio presidente Pedro Sánchez para reclamar un consenso parlamentario que avale tanto el refuerzo de las tropas de Estados Unidos en la base gaditana de Rota como la ampliación del gasto en Defensa. Terminada la cumbre, esa es la tarea que queda por delante. Y que no se antoja sencilla, precisamente porque son los propios socios de Sánchez en el gobierno quienes cuestionan los acuerdos alcanzados. Y que se suman a los problemas que generan los partidos del bloque de investidura, nacionalistas e independentistas, más preocupados en marcar territorio con vistas a las próximas elecciones que en el bien del conjunto de España. La recurrente apelación tanto del Gobierno como del principal partido de la oposición a los “pactos de país” debe superar de una vez el terreno de la retórica para fructificar en aproximaciones y, en su caso, acuerdos tangibles en un contexto excepcional en el que se dirimen -conviene créerselo- la paz, la libertad, la seguridad y el bienestar socioeconómico de democracias como la nuestra. Los datos conocidos esta pasada semana, con una inflación en incesante crecimiento y que cada vez lastra más los bolsillos de los ciudadanos, aventuran un escenario cada vez más complejo en un marco internacional incierto. Afrontarlo va a exigir una búsqueda de consenso político de altura que haga prevalecer el interés del conjunto sobre cualquier cálculo partidista.
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