Tiempo de exigir responsabilidades
Es necesario analizar lo ocurrido estos días en Navarra, pero no vale con dar las explicaciones pertinentes, es necesario asumir responsabilidades por una mala gestión
El Gobierno de Navarra no adoptó las medidas de prevención que podía activar ante la llegada de una situación crítica el pasado fin de semana por las altas temperaturas, fuerte viento y la sequedad del terreno. Así lo reconoció el consejero de Interior, Javier Remírez. Sólo el sábado, ya con media Navarra ardiendo, se declaró el nivel 2 de emergencia, y se prohibieron las labores agrícolas, fundamentalmente con cosechadoras y empacadoras. Los incendios en esta última semana han calcinado miles de hectáreas (más de 10.000, según las primeras exploraciones), han llegado hasta un buen número de poblaciones que tuvieron que ser desalojadas, algunas casas han sido pasto del fuego y se ha asentado la sensación de vulnerabilidad y fragilidad. Ha faltado diligencia por parte del Gobierno, porque conocía las alertas y tenía en sus manos los instrumentos para prevenir con cierta antelación algunas de las circunstancias que han causado los fuegos, como la prohibición de cosechar. Y no lo hizo. No puede decir el consejero de Interior que se actuó “de manera adecuada y coordinada”, porque lo adecuado hubiera sido actuar antes y de manera decidida, no con simples recomendaciones. Dos días antes del sábado, el jueves, Remírez declaró que las siguientes 48 horas eran críticas, sin que declarase el nivel de preemergencia, que hubiera permitido actuar de otra manera, prohibiendo actividades de riesgo. A esta situación de falta de presteza por parte de los responsables del Gobierno foral, se unen otras cuestiones de más largo recorrido, denunciadas por los vecinos de las poblaciones afectadas y por los agricultores y ganaderos: la mala gestión de los montes, auténticas bombas de relojería, por la falta de limpieza y la maleza que acumulan. Lo sucedido estos días en Navarra debe hacer reflexionar e intervenir en esta materia al Ejecutivo de María Chivite, además de analizar las actuaciones realizadas y hacer frente a las responsabilidades derivadas de una gestión tardía e insuficiente.