La izquierda se reorganiza
A un año de las elecciones, la izquierda nacional y foral se reorganizan con la esperanza de encontrar su propio espacio, y superar las malas expectativas demoscópicas
El próximo año 2023 es año electoral, y las diferentes formaciones políticas van preparándose para los comicios autonómicos, municipales y nacionales. Pero son las distintas marcas que configuran una izquierda especialmente fracturada, las que están en un proceso de búsqueda de su propio espacio. El anuncio de la ministra Yolanda Díaz de la fecha del lanzamiento de su proyecto político para las generales de 2023 pretende aglutinar todo movimiento, a la izquierda del PSOE, para intentar frenar la fuga de votantes desencantados del fenómeno representado por Unidas Podemos. Díaz ha logrado modelarse dentro del Gobierno de Sánchez un perfil amable y aspira a canalizar hacia su persona los votos decepcionados de la nueva política. El hundimiento de la galaxia a la izquierda del PSOE materializado en las autonómicas de Galicia, Madrid y Castilla y León ha encendido la luz de alarma, no solo en la izquierda populista, sino en Moncloa, consciente de que el bloque de izquierda puede ser arrastrado si se hunde Podemos. A falta de precisiones ideológicas o programáticas, todo parece indicar que el nuevo proyecto no es más que un intento de construir una plataforma electoral basada en la adhesión a una persona y a sus ideas. El personalismo político de Yolanda Díaz sustituyendo al de Pablo Iglesias. Pero también a nivel foral se están produciendo movimientos a la izquierda del PSN. Podemos, IU, Batzarre e independientes han pactado ir juntos en las elecciones del próximo año, con el candidato del partido con más representación -Podemos- al frente del proyecto. La división en la última contienda electoral les pasó factura, obteniendo 3 parlamentarios de 50, pero no solo se trata de organizarse bajo unas únicas siglas, los electores piden a la izquierda políticas del siglo XXI y una mirada hacia el futuro. No lo tendrán fácil, entre el PSN y su tradicional complicidad con los grupos nacionalistas.