Esther Burgui (UCAN): "No conozco ninguna cooperativa con una mala situación económica"

Meteórica es la palabra que mejor describe la carrera de Esther Burgui Itoiz en el agro navarro. A los 24 años se graduó en Ciencias Económicas en la Universidad Pública de Navarra. Y con 34 se acaba de convertir en la nueva presidenta de la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN), cargo en el que releva al tudelano José Mª Martínez. Diez años han bastado a esta mujer, natural de Aoiz, para “probar la banca”, saber que su oficina estaba en el campo y para entrar en la historia del sector agropecuario de Navarra como la primera mujer que dirige una organización agraria. De su carácter, dice mucho que abandonara un puesto en un banco cuando solo llevaba tres meses para subirse a un tractor. Esta mujer de altura (mide 1,80 metros) concede la entrevista en la cooperativa cerealista de Egüés. Cuenta que no le gusta sonreír en las fotos y deja claro cuándo no quiere hablar de un tema porque zanja con un “suficiente como para poder vivir” la pregunta sobre cómo es su explotación. En los primeros instantes se intuye que no le gusta demasiado el protagonismo. Luego, ella misma lo corrobora. “Me gusta mucho la humildad”, afirma. Hija única, su padre, mecánico en Burlada ya fallecido, y su madre regentó un bar en Aoiz hasta que se casó. Su experiencia en el banco no le gustó. ¿No intentó trabajar de sus estudios, en una asesoría o en el departamento de administración de alguna empresa? Me di cuenta de que los problemas del banco me los llevaba a casa. En el fondo sabía que yo era feliz en el campo. Cuando terminaba mi jornada en el banco me iba a ver el cereal con un tío paterno, del que me viene la afición. Me proporcionaba tranquilidad. ¿Cómo se le dice a unos padres: papá, mamá, quiero ser agricultora? De manera natural, si ningún tipo de problema. Agricultora es una profesión como cualquier otra. No lo decía por menosprecio, sino porque después de cursar una carrera les plantea un giro de 180 grados a su futuro laboral. Ellos ya sabían que en el campo era donde estaba a gusto. No les resultó extraño. Me veían por ese camino. Mis comentarios mientras estudiaba ya les daban pistas. Estudié Ciencias Empresariales y Económicas. ¿Me gustaba? Sí, porque los números me han gustado siempre, pero en el mundo del campo es donde me relajaba… ¿Es una persona nerviosa? Soy una persona con genio. ¿A qué le llama tener genio? A que no me conformo con esto es así porque sí. No. Todo tiene que estar justificado y tener un porqué. A veces me explican algo y no me quedo conforme y tengo que ir un poco más allá de lo que me han dicho. Me gusta profundizar y que me argumenten. Y el genio me sale cuando no veo algo claro. Por lo demás, creo que soy tranquila. Tranquila y con genio. No sé si esa mezcla casa bien. Muchas veces aparento ser tranquila, pero si alguien me pisa o quiere sobreponerse es cuando saco mi genio. Me gusta, mucho, la humildad. Odio la ostentosidad. Entró en UCAN en 2019 como interventora y en 2021 fue elegida vocal de herbáceos y vicepresidenta. Llegar y besar el Santo. Sí, ha sido rápido, pero ha ido viniendo solo. Nadie lo ha ido a buscar. José Mª Martínez decidió que se iba y alguien debía dar el paso. ¿Se postuló? Nooo. En el último año José Mari ya me llamaba alguna vez futura presidenta, pero no le daba importancia. En la última reunión del Consejo Rector ya lo planteó en serio. ¿Y? La primera sensación fue de duda, de miedo a lo desconocido. No acepté en el momento. Lo pensé. Hablé con la gerente, Eva Aoiz, que me animó para hacer un buen equipo. Y en casa me dijeron que tomara yo la decisión, que no me influyera nadie. ¿Qué puso en la balanza para aceptar? Di el paso porque creo que tengo carácter como para defender el campo y tengo espíritu cooperativista. Me importa el futuro de las cooperativas y de los socios. Vienen cuatro años muy complicados con las nuevas medidas que nos ha impuesto Bruselas en la Política Agraria Comunitaria (PAC). Tenemos mucho que pelear. ¿Le incomoda el título de primera mujer al frente de las cooperativas agrarias de Navarra? No. Es la realidad. Lo he vivido con naturalidad. Jamás he tenido un problema por este tema. Sé que estoy en un sector muy masculinizado, pero mi experiencia es que siempre me he sentido una más. Ni menos valorada ni nada de eso. ¿El hecho de ser mujer le ha podido favorecer en la elección? No. A la hora de formar el nuevo Consejo Rector de UCAN lo que se ha valorado es la valía de la persona, no su sexo. ¿Qué cree que vio en usted José Mari Martínez? Mi interés, porque si ostento un cargo trabajo mucho. Pregunto todo y me implico al máximo. Cuando llegué a UCAN había cultivos como la viña y las hortalizas que desconocía y me interesé por aprender. Martínez dijo que su legado era dejar más unidas las llamadas ‘cuatro patas’: UAGN, Grupo AN, Caja Rural y UCAN. ¿Lo comparte? Me quedo con la calidad humana de José Mari y sus horas de trabajo y de preocupación por el sector. Luego, la relación entre todos los agentes es positiva porque si el sector ya está complicado de por sí, si nos separamos es mucho peor. No ganamos nada. De 1.144 votos se emitieron 777, de los que 748 fueron para usted. Hubo 367 abstenciones. ¿Se siente respaldada? Entiendo que 748 es una cantidad considerable. En la asamblea me sentí muy respaldada por las cooperativas. Y estoy muy agradecida por ese apoyo y confianza. Imagine que alguien no sabe qué es UCAN. Está UAGN para reivindicar, Grupo AN para comercializar... Explique para qué sirve UCAN. Para apoyar a las cooperativas con servicios. Es el apoyo a las cooperativas para conocer y entender la normativa, en temas de burocracia, formación y para colaborar en la tramitación de la PAC. Mi objetivo es que, si a partir de ahora el socio necesita más servicios, desde UCAN se le apoye al máximo. La mayoría de las 120 cooperativas socias de UCAN vende su cereal, hortalizas, etc a través del Grupo AN. ¿Si le pregunto si los cooperativistas están contentos le resulta embarazoso? Sí porque depende de a qué cooperativista pregunte contestará que sí o que no. Si me pregunta a mí, estoy contenta de cómo comercializa el Grupo AN el cereal. Todo se traduce en números y, a día de hoy, lo están haciendo bien. ¿No son muchas 120 cooperativas? Pérez de Obanos, presidente de UCAN fallecido en 2008, hablaba de una única cooperativa. Cada cooperativa tiene que ver sus necesidades, sus gastos, sus costes. Es cierto que en muchas cooperativas el volumen va a menos y sus costes de estructura se mantienen o se incrementan. En esos casos es fundamental la integración cooperativa. ¿Por qué las fusiones cuestan tanto? La cooperativa es como un sello de identidad del pueblo. Lo veo como un arraigo territorial. Nos duele que se pierda el nombre. ¿Son todas viables? No conozco ninguna cooperativa con una mala situación económica. Una experta en estos temas dijo hace poco que la cooperativas en Navarra están en una buena situación económica. Supongo que hace la compra. ¿Qué piensa una agricultora cuando ve cómo ha subido todo en los lineales? Pienso que los alimentos han subido considerablemente y que esto hay que regularlo de alguna manera. Sabemos que el Gobierno no puede intervenir en los precios, pero está la Ley de la Cadena Alimentaria que no permite comprar alimentos a pérdidas, por debajo de costes. ¿No frunce el ceño con la diferencia de lo que cobra el productor y lo que paga el consumidor? Ver esos precios de los alimentos me pone de mala uva. Es que es todo: la leche, la fruta, la carne, el queso... Ves que son los intermediarios los que realmente ganan. Hay que analizar el control de márgenes. ¿Y cuándo ve alubia verde o calabacines importados de países como Marruecos, a los que se les exige muchas menos garantías en su cultivo? Pienso que hay una gran diferencia de calidad y que el consumidor, a veces, por sus circunstancias, la desconoce o va solo a precio. Mire, aprovecho para animar a la gente a comprar productos navarros. ¿Cómo va a compaginar su explotación con la dedicación al cargo y con la vida social que se presupone a alguien joven? En principio, me tomo el cargo para cuatro años. Luego, veremos. José Mari tenía por detrás una cooperativa familiar para llevar sus tierras, y podía dedicar mucho tiempo a UCAN. Yo no. Mi planteamiento es que los vocales se impliquen mucho más. Puede haber actos a los que yo no pueda acudir y ellos tengan que hacerlo. Las nuevas normas de la Política Agraria Comunitaria (PAC) son un quebradero de cabeza para muchos productores. Es, probablemente, la modificación de las normas más importante de la historia. Prima el tema medioambiental y nos mandan cómo llevar nuestras explotaciones. Un tema que levanta ampollas es el cuaderno digital: la obligación desde septiembre de todo productor de anotar cualquier labor que realice en un campo en una aplicación digital. La digitalización va a ser un problema. Y más en zonas donde casi no hay cobertura de internet. Ahí es donde quiero que las cooperativas entren a dar servicio. Estamos en un sector envejecido. Y asusta. Que te digan que desde que retiras un producto hasta que el Ministerio de Agricultura conoce dónde se ha aplicado pasa un mes pone nervioso. Pero el problema no es enviar la información, sino que somos agricultores, no administrativos. Además de ayudar a los cooperativistas con el cuaderno digital, ¿qué otros planes tiene Esther Burgui para UCAN? No sé qué nos va a deparar el futuro. Está la Ley de la Cadena Alimentaria, los proyectos de integración cooperativa (fusiones), pero le doy valor a la comunicación. Me gustaría que los consejos rectores de cooperativas nos transmitieran sus incertidumbres y necesidades.También quiero trabajar el tema fiscal, que creo nos lo demandan, y el relevo generacional, para que se articulen medidas en las mismas cooperativas destinadas a que cualquier joven, sin necesidad de que tenga mucha tierra familiar, pueda dedicarse al campo. Por ejemplo, podrían crearse bancos de suelos: que los socios que se jubilan dejen las tierras a la cooperativa para que las asigne. Es algo que se puede estudiar. Me gustaría dejar un sector rejuvenecido. El tema del momento es la sequía. En esta zona, soy de la cooperativa de Urroz, no nos podemos quejar, pero venimos de un año muy seco. Me da miedo peque venga un mayo o junio como el año pasado y que bajen los rendimientos. La preocupación en mi zona no es tanto que llueva poco, sino que las temperaturas sean más altas de lo normal. Luego, está el tema de los embalses, de cara al regadío. ¿No le da pena que un tema como el Canal de Navarra esté tan politizado? En política no voy a entrar. Sobre Itoiz y el Canal de Navarra tengo sentimientos encontrados. Itoiz está en mi valle y es triste ver cómo gente conocida, vecinos y amigos, han perdido sus casas y explotaciones. Entiendo ese dolor, pero luego ves que el agua va a ser un bien de guerra, que la pluviometría es cada vez menor y que necesitamos agua, ya no solo para el riego, sino para que las personas podamos beber. ¿Le resulta difícil posicionarse sobre esta obra hidráulica? No, no me resulta difícil posicionarme. A día de hoy la veo imprescindible, una garantía de futuro, pero soy consciente del sufrimiento de la gente.

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