"Hemos sobrevivido a una guerra carlista, a una guerra civil, a dos guerras mundiales, a una dictadura y a varias pandemias. Al final, piensas: ¡ya nos adaptaremos a lo que venga!”. Habla Cristina Esparza Cuesta, la tataranieta de Pablo Esparza Velázquez de Carvajal, fundador de una empresa que cumple 150 años dedicados a elaborar bebidas espirituosas, como anís, pacharán y licores de frutas. Hijos de Pablo Esparza Bodegas Navarra SA- que en 2017 cambió su nombre a Grupo Basarana Las Cadenas- es una de las empresas familiares decanas del tejido económico de la Comunidad foral. Un caso singular de negocio que acumula siglo y medio en manos de una misma familia. Cristina Esparza encabeza la quinta generación, como directora gerente de una empresa, donde también trabajan sus otros dos hermanos: Pablo y María Sagrario. Su madre, María Victoria Cuesta Robledo, viuda de Pablo Esparza Apat, es propietaria del 84% de las acciones. El 16% restante está en manos de catorce accionistas, todos ellos descendientes del fundador.
La historia de
Hijos de Pablo Esparza arranca en
Falces, en
1872. El destino quiso que un peregrino francés llegase a la localidad ribera en 1860 y pidiese cobijo a la familia Esparza, propietaria de una explotación de viñedos, así como de una pequeña bodega dedicada también a aceites y aguardientes, como otras muchas de las época. A quel
peregrino, según la tradición oral, llegó maltrecho y, en agradecimiento a los cuidados,
facilitó la fórmula de un anís de unos monjes que también le tendieron una mano en su camino. Aquel anís se convertiría en anís Pablo Esparza y, finalmente, en anís Las Cadenas.
DEL ANÍS AL PACHARÁN
El fundador de la bodega
se trasladó en 1885 a
Villava, una ubicación que se mantiene en la actualidad (unos 2.400 m2 construidos). “Huyó del cólera. Iba a haber una cuarentena y, entonces, no podían salir ni entrar al pueblo mercancías ni animales ni nada. Decidió irse. Hasta 1963 tuvimos terrenos en Falces”, comenta Cristina Cuesta.
La Guerra Civil impulsó el anís navarro por toda la geografía española e, incluso, al otro lado del Atlántico. “Aquí, al estar cerca de Francia, pudimos elaborar mientras El Mono no podía fabricar y La Castellana no tenía suministros”.
1940 fue otro año clave. La empresa se fusionó con Bodegas Navarra SA, que aportó a la firma la elaboración del cava Ezcaba, una marca que estuvo presente en el mercado hasta 1966 y que se elaboraba en la zona de Artica. “El abandono de la actividad agraria propició su desaparición”, relata la gerente. Otra fecha histórica es 1972, cuando el padre de Cristina, Pablo Esparza Apat, decidió iniciar la elaboración de pacharán, cuya marca más famosa ha sido Basarana. Posteriormente, en 1994, sacó el licor de endrinas, que se sumó a otros licores de frutas que se empezaron a elaborar hace 35 años.
CAFÉ CON ANÍS Y OTROS HÁBITOS
Las últimas creaciones datan de 2019 y son dos licores: uno de cola y otro de fresa, de 18 y 20 grados, dirigidos a los consumidores más jóvenes. “Los hábitos de consumo han cambiado mucho. Antes, la gente desayunaba café y un anís. Ahora, cereales. A los jóvenes le gusta probar”, cuenta la gerente. Y, acto seguido, añade: “Cuando hablamos de beber hay que dejar claro que recomendamos moderación. Con exceso todo es malo, hasta el agua”.
El consumo de bebidas espirituosas ha caído en España un 40% en los últimos diez años. La pandemia, además, se cebó con este sector que cerró un año 2020 dramático. “El consumo dio completamente la vuelta con todas las restricciones de la hostelería. El 30% se vendió en hostelería y el 70% en alimentación”
Con un 2021 “de transición”, la empresa confía en recuperar niveles de 2019 a final de este año, aunque señala que la “incertidumbre es brutal” por el encarecimiento de costes y la inflación. “Los hosteleros nos dicen que la gente sale mucho pero que no gasta tanto como antes. Hay muchas turbulencias. Por ejemplo, cuando pides precio de materias primas te dan el presupuesto para 24 horas cuando antes te daban precio para un mes”.
La empresa, que cuenta con 23 empleados en plantilla, ingresó antes de la pandemia cerca de tres millones de euros. La elaboración ha ido en descenso en las últimas décadas, en consonancia, con el devenir de los nuevos hábitos de consumo que penalizan el consumo de determinadas bebidas. Hace 25 años, la empresa elaboraba al año cerca de 1,4 millones de litros y, en estos momentos, la producción ronda los 720.000 litros, aunque la cifra anterior a la pandemia era cercana al millón de litros. “El 33 % es de anís, un 45% pacharán y licor de endrinas y el resto, otros productos”, detalla la gerente. La mayor parte de las botellas (el 90%) se quedan en España y el 10% se exporta.
Cristina Esparza: “La clave es hablar y saber el límite entre empresa y familia”
“El abuelo la funda, los hijos la debilitan y los nietos la entierran”. Este dicho popular que viene a reflejar lo complicado que pude resultar un relevo en una empresa familiar no se ha cumplido en el caso de la Basarana Las Cadenas. Para la tataranieta del fundador, el relevo fue un proceso sencillo. “Mi padre había fallecido y mi madre regentaba la empresa. Éramos tres hermanos y, en un momento dado, dije que quería coger el relevo de la gerente y ellos estuvieron de acuerdo”, recuerda. Fue en octubre de 1999. Sus hermanos optaron por otros caminos, pero en 2002 Pablo se incorporó como responsable de ventas y marketing y en 2004 lo hizo María Sagrario, después de trabajar 11 años en una mutua. “La condición para trabajar en esta empresa es haber trabajado antes en otra empresa”, matiza.
“¿Venir de donde vengo te crea una deuda moral? No, porque lo elegí voluntariamente. Otra cuestión, es que sea una responsabilidad. Eso sí lo es”, comenta. La directiva explica que en la quinta generación el límite entre empresa y familia es muy claro. “En una segunda generación eso es más complicado porque no sabes si el coche o el piso está a nombre de la empresa o de quién. Aquí todo está claro. Eso ayuda y la comunicación. Hablar y si te molesta algo lo dices sin faltar al respeto y con formas. Llevamos casi 20 años trabajando juntos y no estamos de acuerdo en todo pero, en caso de duda, la decisión es mía, porque la responsabilidad es mía. No nos molesta que otro piense de manera diferente. Luego, mis cuñados se han mantenido al margen y eso ayuda mucho también porque cuñado ya se sabe que viene de cuña...”.
Para Cristina, el relevo de empresas familiares se complica en ocasiones con querer dejar a todos los hijos lo mismo. “A mi abuelo le dejaron un 66% de la empresa y a una hermana un porcentaje menor. Mi bisabuelo tuvo 5 hijos y nos dejó a todos por igual”. ¿Habrá sexta generación? Cristina Esparza responde que la única de los tres hermanos con descendencia es María Sagrario, madre de dos hijos, de su matrimonio con Luis Mangado: Gabriel, de 24 años, y Lorenzo, de 21. “Ya son accionistas. No sé si un día querrán incorporarse a la empresa. Personalmente, saben que me gustaría, pero será su decisión. Tengo 54 años y me quedan diez o quince de trabajo. ¡Me tendrán que jubilar!”, dice con una sonrisa mientras se encoge de hombros.
Botella de champán en los sótanos del Parlamento de Navarra
Hijos de Pablo Esparza se fusionó en 1940 con Bodegas Navarra que, entonces, elaboraba el popular ‘Cava Ezkaba’, una marca que estuvo presente en el mercado hasta 1966. Ese vino blanco espumoso se elaboraba con uvas de la zona de Artica con el método champeonise. El abandono de la actividad agraria propició que se retirase del mercado esta marca histórica. Entre las anécdotas que deja es que Bodegas Navarra, con tanta demanda, alquilaba los sótanos de la antigua Audiencia, actual sede del Parlamento de Navarra, para envejecer las botellas en pupitres.
CLAVES
Nombre: Grupo Basarana Las Cadenas. Hasta finales de 2017 era Hijos de Pablo Esparza Bodegas Navarra SA.
Creación: abril de 1872 en Falces. Era una pequeña bodega dedicada a vinos, aceites y aguardientes, entre otros.
Domicilio: Avda. Serapio Huici 1-3 31610 (Villava) desde 1885, cuando un brote de cólera afectó a Falces y el fundador se trasladó a Villava.
Fundador: Pablo Esparza Velázquez de Carvajal.
Cinco generaciones: A Pablo Esparza Velázquez de Carvajal le sucedió su hijo Pedro Esparza Bornás. La tercera generación fue Pablo Esparza Lacunza y el cuarto, Pablo Esparza Apat. Cristina Esparza Cuesta es la quinta directora gerente, apoyada por su hermano Pablo Esparza Cuesta (responsable de marketing y ventas, desde 2002) y por su hermana María Sagrario, adjunta a dirección.
Propiedad: El 84% de las acciones están en manos de María Victoria Cuesta Robledo, viuda de Pablo Esparza Apat. También presidenta desde 1986 del consejo de Administración. El otro 16% está en manos de otros 14 descendientes del fundador.
Plantilla: 23 trabajadores.
Producción: 720.000 litros al año. En 2021, el 33 % de anís, un 45% pacharán y licor de endrinas y el resto, otros productos.
Facturación: en 2019 tuvo ingresos cercanos a los tres millones de euros. En 2020, los ingresos cayeron en torno a un 30% y tras un 2021 “de transición” la empresa prevé recuperar cifras este año.
Mercado: 90% mercado nacional y 10% exportación , a países como Mexico, EE UU, Chile, Japón, Holanda, entre otros destinos.
Productos: Anises como Las Cadenas, pacharanes como Basarana y licor de endrinas (desde 1994); güisqui peché Mariette (2000); licor de piña Mariette (2002) orujos; licor de cola Txupicola (2019) y licor de fresa Txupirosa (2019), entre otros.