Fiestas
Vuelve el ‘Zubigainekoa’ a Lesaka
Este jueves continuaron las fiestas del municipio con las tradicionales danzas y la procesión en honor a San Fermín. Las calles se inundaron de pequeños y mayores que disfrutaron de los acordes de músicos y txistularis

- Ainhoa Briceño
A la una de la tarde y con un cielo soleado, se producía el momento más esperado de los Sanfermines de Lesaka. Después de dos años de pandemia, los vecinos se congregaron expectantes junto al puente de la plaza Beheko para disfrutar del ‘Zubigainekoa’.
Las calles recuperaron los bailes y la música tan característicos de estas fiestas. Los ezpatadantzaris representaron el ‘Zubigainekoa’, danza que se realiza sobre los pretiles del río Onín y simboliza la paz que firmaron los barrios de la Villa en el Siglo XV.
DANZA SOBRE EL PUENTE
El capitán de los ezpatadantzaris, Unai Gurrutxaga, celebró este jueves con entusiasmo su último baile, ya que se retira del grupo tras haber estado a la cabeza durante tres años, dos de ellos sin poder bailar. “En las fiestas de 2021 hicimos algo más sencillo para evitar aglomeraciones. Hoy lo afrontamos con ganas, la gente nos hace volar”, explicó con una sonrisa minutos antes de iniciar la representación.
Entre los 15 bailarines, se encontraban las tres mujeres que en 2019 hicieron historia en el ‘Zubigainekoa’. En los últimos festejos oficiales bailaron por primera vez tres chicas, y así continuó este año. Este jueves, al contrario de lo sucedido entonces, la lluvia no impidió que miles de personas llenaran la plaza Beheko para deleitarse con el ambiente festivo.
UN DÍA PARA RECORDAR
La sorpresa de la mañana la protagonizó la concejal de Igualdad, Ioar Oteiza. Este jueves fue la primera mujer encargada de llevar la alabarda, datada en 1681. Una tarea de la que, según Oteiza, se siente afortunada de formar parte.
Tras la representación del ‘Zubigainekoa’, tuvo lugar el ondeado de la Bandera de la Villa sobre el mismo puente. El elegido fue el ex concejal Pedro Apezteguia, un experto en esta costumbre tras 16 años al frente. Normalmente, el encargado es un concejal en funciones, pero Apezteguia explicó: “No había nadie que se atreviese a ondear la bandera, así que el alcalde me ofreció la tarea y dije que sí”. Un cometido nada sencillo, ya que la bandera mide alrededor de tres metros y pesa unos 25 kilos.
Después, la música no paró de sonar en Lesaka y las familias siguieron disfrutaron de las fiestas que tanto llevaban esperando.
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