El menhir de Soalar en Elizondo sufre un deterioro que exige su traslado

La estela-menhir de Soalar, una escultura prehistórica de valor en el elenco de megalitos catalogados en Navarra, sufre en Elizondo un deterioro que aconseja su traslado. El grado de la afección, atribuida por los expertos del departamento foral de Cultura en conversaciones con el Ayuntamiento de Baztan, es particularmente apreciable en su bajorrelieve. Amén de su antigüedad -un estudio encargado por el Gobierno foral a estudiosos de la Universidad de Alcalá de Henares lo dató en la segunda mitad del tercer milenio antes de Cristo-, su singularidad estriba en los diversos grabados hallados en su anverso. Desde el 6 de abril de 2004 exhibe sus 4,5 metros de altura en un recinto al aire libre del Museo Etnográfico Jorge Oteiza, en Elizondo. La exposición continua a la intemperie ha tenido sus consecuencias en su estado de conservación, a juzgar por la valoración de entendidos del departamento foral de Cultura. “Está muy deteriorado”, confirmó el jueves el alcalde de Baztan, Joseba Otondo (EH Bildu), como conclusión de las conversaciones mantenidas entre Ayuntamiento y Cultura. “Está desapareciendo el dibujo que tiene”, agregó en una advertencia trasladada por los especialistas que aconseja a adoptar una medida a la mayor prontitud. Los técnicos del Gobierno foral proponen trasladarlo de su actual emplazamiento y colocarlo en un lugar protegido, que evite el efecto de la erosión. En ningún momento, “ni en ésta ni en las anteriores legislaturas”, el Ejecutivo ha cuestionado su recolocación fuera del término municipal de Baztan, según el alcalde. “Las condiciones que se nos propone es que el menhir esté al abrigo de un edificio cubierto, es decir, a salvo de las condiciones ambientales. En segundo lugar, debe continuar estando expuesto al público”. El alcance de la situación fue motivo de comentario en el pleno que el consistorio celebró el pasado jueves. La corporación tuvo conocimiento de las últimas gestiones y de la recomendación recibida para buscar una alternativa de ubicación. LA OPCIÓN DEL AYUNTAMIENTO Las posibilidades, ajustadas a ambos requisitos, son limitadas para el patrimonio municipal disponible, reconoce el primer edil. “El único edificio que reúne las condiciones sería el Ayuntamiento en el hueco de las escaleras. Pero habría que estudiarlo bien. Estamos hablando de un menhir de más de 4 metros de altura”, señala Joseba Otondo. Frente a esta opción, Geroa Bai propuso consultar al pueblo de Arizkun como lugar de procedencia de la escultura prehistórica. Fue en el collado de Soalar, situado dentro de sus límites, donde fue encontrado en 1973 por parte del etnógrafo capuchino Francisco Ondarra. El primer planteamiento de la formación nacionalista fue cubrir el solar al aire libre del Museo Etnográfico Jorge Oteiza, situado en la casa Puriosenea. La razón estribaba en la necesidad de arbitrar una medida que pusiese freno a las filtraciones de un cerezo cercano mezcladas con agua de lluvia. Descartada esta alternativa, Geroa Bai expuso la conveniencia de habilitar la casa del médico en Arizkun, una vez sondeada la opinión de sus habitantes sobre el interés de acoger la pieza prehistórica. El alcalde considera que lo “idóneo sería buscar una localización en Baztan”. En cualquier caso, la prioridad -puntualiza- se encuentra en garantizar un espacio que ayude a “proteger” el conjunto. Sea como fuere, por de pronto, la necesidad de traslado de su actual ubicación se aviene como apremiante para salvaguardar su conservación. El megalito de la figura de un guerrero armado El megalito fue hallado en 1973 en el collado de Soalar, -del que recibe su nombre-, que limita al norte con Arizkun, al sur con Beartzun, al este con el monte Autza y al oeste con Elizondo. Sin que trascendiese entonces su valor, pasó a ocupar una serie de ubicaciones en una secuencia que incluyó Ezkaldo y Aitzano, en Gartzain. El interés del grupo Hilarriak, que lo identificó y advirtió de la existencia de grabados, puso fin al periplo sin control. El 6 de abril de 2004, la escultura acabó siendo trasladada al Museo Etnográfico Jorge Oteiza, en Elizondo. Al tiempo de encargar su custodia a sus responsables, el servicio de Patrimonio del Gobierno de Navarra encargó un estudio a Primitiva Bueno, Rodrigo de Balbín y Rosa Barroso, de la Universidad de Alcalá de Henares. El informe no pudo ser más ilustrativo, con el aporte de una serie de detalles que acentuaron la curiosidad de entendidos y atrajo la atención de la opinión pública en general. Según las conclusiones técnicas, la estela-menhir representa a un guerrero muy armado, “que presidía en lugar bien visible un área habitada por una colectividad del Calcolítico, con conocimientos metalúrgicos”. Los expertos de la Universidad de Alcalá de Henares relacionaban la piedra de Soalar con otra hallada en la península ibérica, “en un momento de ascensión social de los guerreros que constituyeron la clase dominante en la Edad del Bronce”. De manera particular, la encontrada en el paraje de Arizkun revelaba “la capacidad económica y cohesión social de los habitantes calcolíticos y de la Edad de Bronce del valle de Baztan”.

El menhir de Soalar en Elizondo sufre un deterioro que exige su traslado

Expuesto al aire libre desde 2004 en el museo etnográfico, la erosión afecta al bajorrelieve

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