Fiesta entre fogones en Estella

Después de un fin de semana intenso, el lunes resulta el día menos atractivo para hacer planes durante las fiestas de Estella. Pero los quintos del 92, que organizarán las de la Virgen del Puy de 2020, dieron con la solución idónea para revitalizar el ambiente. Y también para matar dos pájaros de un tiro, porque el concurso de tortillas que convocaron para el 5 de agosto no era sino una forma de financiarse de manera lúdica. Con lo que no contaban era con el éxito clamoroso que iban a cosechar. Antes de que venciera el plazo de inscripción, se llenó el cupo de participantes. 216 personas, a 3 euros por cabeza, se apuntaron para mostrar su maestría a la hora de cocinar. Las reglas eran simples: la materia prima -los huevos, el aceite y la patata- y el fuego los pondrían la organización con las aportaciones de los comercios y la ayuda del Ayuntamiento de Estella, respectivamente. El menaje y la distribución de los tiempos, cada cuadrilla. Después del campeonato de mus, en el que resultó vencedora la pareja formada por Iñaki Suescun y Sergio Echauri, 32 grupos de amigos se presentaron con sus sartenes y la receta nítida en la cabeza a las 20.00 en la plaza de San Martín. Llegaron dispuestos a ganar pero, sobre todo, a compartir una noche divertida y cenar luego todos juntos, en un ambiente distendido. EL SECRETO DE CADA GRUPO A las 21.30 cada grupo tuvo que entregar su porción al jurado fromado por cinco personas: la concejala de Festejos, el presidente de la Asociación de comerciantes de Estella, un miembro de la Peña San Andrés (cocinero de profesión), y los responsables de Huevos Legaria y de Trujal Mendía. El paladar de los jueces fue evaluando a cuál de los títulos a los que se podía optar era candidata cada tortilla: la mejor o la más original. Pero también había premio para quienes hiciesen la peor. Y, al final, quienes se colgaron la medalla por el exquisito sabor de su tortilla fueron Andrés Sancho y Carlos Lerga. La cuadrilla de Elena Jiménez presentó el plato más singular. Y el dudoso honor de cocinar la menos suculenta se lo llevaron Íñigo Mateo y sus amigos. Con este panorama a la vista, la mayoría de cuadrillas buscó primero el consenso. Elsa Carcavilla, Cristina Vicente, Iván Alegría, Aitor Redondo, Irene Sanjurjo, Javier Quintana y Antonio Pérez lograron un rápido consenso sobre si la tortilla más rica debía llevar cebolla o no. Para estos jóvenes de entre 24 y 26 años, es un sí en mayúsculas. Las Neskis, unas amigas de 21 años, también habían acordado enseguida que iban a utilizar el polémico tubérculo. Para los primeros pasos de la receta se tomaron su tiempo. Despacito, quebraban con cuidado los huevos para evitar que cayesen fragmentos de cáscara de huevo en el bol. Como otros grupos, acudieron a “la voz de la experiencia”, en este caso representada por la madre de una de ellas, para poner orden en la cocina. Porque los ingredientes y los pasos más o menos estaban claros para todos. Pero detalles como el punto de cocción adecuado para que la tortilla no quede demasiado cruda ni compacta de más suponen un momento crítico, y se necesita un líder que tenga la última palabra. Muchos no habían reparado en esta responsabilidad hasta ponerse entre fogones. Así lo admitía Íñigo Mateo Puente, que confesó que irían “un poco sobre la marcha”. Su cuadrilla, 13 jóvenes de entre 22 y 23 años, se habían repartido el trabajo inicial y en una sartén pochaban la cebolla y en otra calentaban las patatas. Su receta se inspiraba en “la cocina de supervivencia de un piso de estudiantes”. Como no tenían claro el resultado que obtendrían, Iosu García de Baquedano Mauleón y sus amigos habían decidido cocinar también una versión más sencilla -con cebolla- y una tortilla rellena de jamón y queso. La que quedase mejor sería la que presentasen. Iosu estaba tranquilo: “Hay bastante tiempo”. El grupo de Maika Gorria Plaza también se había dividido para co elaborar dos tortillas. En su caso, por ser muy numerosos: 18 estelleses nacidos en 1989. Otra amiga, además, iba a presentar una receta apta para alérgicos al huevo que le habían dejado preparar en casa. Aunque la cuadrilla se había servido de los consejos de sus madres, solo con presentarse estaban satisfechos. “Hay muy buen ambiente, con todos los jóvenes de Estella reunidos en una noche como la del lunes, que es un poco más apagada”, afirmó Maika.

Fiesta entre fogones en Estella

El cuarto día de fiestas de Estella contó con un novedoso concurso de tortillas en la plaza de San Martín

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