Fiestas del Puy
Estella, es hora de fiesta
Marilys Echeverría y Juan Carlos López recuerdan en el cohete a todos a los que este viernes tuvieron “el gran orgullo de representar”
Actualizado el 05/08/2022 a las 23:54
Estella está en fiestas. El cohete lanzado a dúo este viernes al mediodía por los enfermeros Marilys Echeverría Arróniz y Juan Carlos López Oscoz abrió una semana en honor de los patrones, San Andrés y la Virgen del Puy, presentes en su mensaje al prender la mecha del Viernes de Gigantes. Lo dos intercalaron en castellano y euskera las claves que, como habían avanzado, querían formular cuando se asomaron al balcón para dirigirse a las cientos de personas que esperaban en la calle.
Hablaron con emoción a los estellicas para lanzar un cohete “dedicado a todo el personal del centro de salud, Hospital García Orcoyen y trabajadores socio sanitarios de la ciudad”. A ellos -siguieron- han tenido el “gran orgullo de representar por su trabajo, por su esfuerzo, por su sacrificio durante toda la pandemia y siempre”. Y, después, en la fórmula tradicional, siguieron el “viva la Virgen del Puy, gora San Andrés, viva Estella, gora Lizarra” y, juntos, el deseo de unas felices fiestas para todos.
En el exterior, sus palabras fueron acogidas por un gran aplauso. Como siempre, a las puertas del consistorio dos ambientes totalmente diferenciados. A la izquierda, junto al Bar El Ché, las cuadrillas de adolescentes y jóvenes con sus flotadores tirándose harina y vino. Nada más sonar el cohete emprendieron la ruta hacia el río Ega que pudieron descender pese al escaso caudal en la mayor parte del tramo urbano. En el resto del espacio que se extiende frente al consistorio, un ambiente más familiar y tranquilo que permitió disfrutar a todas la generaciones de un cohete con ropa de calle que deja el blanco y rojo al folklore y a algunos entre los invitados.
Ayudaron al buen ambiente los termómetros, que se quedaron a esa hora en 28 grados al sol con una brisa que alivió el mediodía de agosto. Todo un lujo después de lo pasado para una jornada con calles y plazas llenas.
En la calle y arriba, puertas adentro del Ayuntamiento, las sensaciones no fueron muy diferentes. Había ganas y era hora de fiesta. Por eso, tras lanzar el cohete con su compañero, Marilys Echeverría expresaba con un “maravilloso” el momento vivido. La enorme ilusión, destacaban los dos, de salir al balcón, mirar a la gente y poder decir por fin los vivas que Estella no escuchaba desde hace tres años.
Acompañados por los suyos y por los compañeros del centro de salud y del Hospital García Orcoyen, siguieron el pequeño guion que desató la alegría. Por delante, los siete días de fiesta que concluirán el 11 de agosto con el concurso de ajoarriero. Tras su cohete, los lanzados por los grupos políticos municipales.
Bailaron los dantzaris, los gaiteros de Estella Ruiz Echeverría tocaron la Jota Vieja y con ella comenzó el pasacalles. La música y la danza de la ciudad de nuevo reunida en una exhibición de señorío por la que desfilaron trece agrupaciones. Los mismos Ruiz-Echeverría, el Aula de Gaita y Tambor, los gaiteros de la Academia Deierri, los Iturrieta y los Hermanos Montero, entre ellos Salvador, el marido de Marilys y veterano de ese momento. Detrás, siguieron los txistularis del Padre Hilario Olazarán, la rondalla Los Estellicas, la de Guilaudband, la fanfarre Alkaburua, los ex dantzaris y la banda de música.
No sorprende ante el despliegue que hace del de Estella un cohete diferente ese sentimiento resumido por quienes tuvieron el privilegio de lanzarlo. Llegaron tranquilos y lograron dormir por la noche, pero cuando el momento se acerca ya es otra cosa. Y este viernes más que nunca desbordó sentimientos. Los suyos y también los del resto.
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