Entre felicitaciones que no han cesado desde que el 20 de julio el alcalde les comunicara la decisión y los preparativos de un Viernes de Gigantes como nunca imaginaron han transcurridos estos días para los dos compañeros de Enfermería que hoy al mediodía lanzarán el cohete de las fiestas patronales de Estella. Muy conocidos por sus largas trayectorias profesionales en el centro de salud y en el
Hospital García Orcoyen,
Marilys Echeverría Arróniz y
Juan Carlos López Oscoz quieren hacer de ese instante un momento sencillo, tradicional y teniendo claro -y hacen hincapié en ello- que representan a un gran colectivo.
A todos los que han luchado durante la pandemia. Una lista en la que, además de los sanitarios, no olvidan al resto del personal. De limpieza, de mantenimiento y de tantos servicios que han sostenido el sistema. “Y, aunque no lo podamos decir en voz alta, recordaremos a toda la gente que no está con nosotros por culpa del virus y mandaremos un abrazo muy fuerte a sus familias”. Y, de una manera especial, añade Marilys, a los sanitarios fallecidos.
Pero el de hoy -tienen claro- es un día festivo. Un cohete que ha tardado tres años en volver y merece ser celebrado. Así lo percibieron desde los primeros momentos, superada la sorpresa de saber, cuando se les trasladó la decisión en el Ayuntamiento, que el compañero que tenían en frente, amigo después de toda una vida profesional compartida, iba a ser su otra mitad en el cohete. “Nos une una amistad de 24 años, pero nos enteramos en ese momento. Y fue una sorpresa para todos los que estábamos allí”, cuanta Juan Carlos López, al que la noticia le llegó el día de su 64 cumpleaños.
JUAN CARLOS LÓPEZ: "EL MEJOR FINAL A MI CARRERA"
“Va a ser la mejor forma de terminar mi carrera profesional, el broche después de 38 años”. El cohete despierta este sentimiento en Juan Carlos López, jubilado hace un año como enfermero en la UCI del Hospital García Orcoyen. De su última etapa, en plena pandemia, recuerda como todo cambió de un día para otro. “El choque tan fuerte que supuso adaptarnos de golpe, montar una UCI covid sin saber en ese momento todavía a lo que nos enfrentábamos. Los EPIs, que en nuestro caso no nos faltaron. Y si hay un momento que no olvidaré es el de noviembre de 2020. Recuerdo también aquel verano, cuando no iba a cenas de amigos y a veces era algo que sorprendía, pero lo hacía por miedo a contagiarme y para no contagiar”. Otras vivencias, pequeñas compensaciones, tampoco se olvidan. Como los pasteles, pastas y otros detalles que les enviaban aquellos días difíciles negocios de la localidad.
A caballo entre Estella, su ciudad natal, y Ancín, donde pasa la mitad del año, vivirá con tranquilidad unas fiestas de las que disfrutó intensamente en su juventud. “Sobre todo las cenas con mi cuadrilla a los veintitantos años y me gustaba mucho la Bajadica del Che. Cuando tuve a mi hija, empezó más el día”. Alguna comida, concierto, actuaciones serán sus citas.
DNI
Nombre. Juan Carlos López Oscoz.
Edad y lugar de nacimiento. Estellés, ha cumplido hace unos días 64 años y lleva uno jubilado.
Profesión. Ha trabajado durante 38 años, a lo largo de toda su vida profesional, en la UCI del Hospital García Orcoyen. Allí empezó tras la oposición de 1991 con Marilys Echeverría, a la que le une “un gran compañerismo y amistad” y con la que siempre rotó en el cambio de turno durante la época compartida en el centro comarcal.
Su familia. Casado con Blanca Ruiz, tienen una hija Saioa. Cuenta que las dos están encantadas con este momento y, como anécdota, relata que su hija vuela hoy a Sudáfrica. Pero aún tendrá tiempo de ir al cohete y, de ahí, directa al avión. También él lo vivirá en familia, con los cercanos y con el pensamiento en todos los que durante la pandemia estuvieron siempre en esa primera línea.
Con dos veranos sin fiestas, tiene claro que todo el mundo, especialmente los jóvenes, va a querer aprovecharlas al máximo. “Después de tanto tiempo es algo que se está deseando. Lo hemos visto en los pueblos y en San Fermín. Y yo entiendo a los jóvenes, a esa edad en la que dices a mí que no me limiten. Pero a lo mejor falta un poco de comunicación por parte de las autoridades sanitarias, de las familias y padres. Que se les traslade que esto no se ha ido. Comprendo que es difícil convencer de ello, pero los datos de San Fermín ahí han estado. La economía importa mucho, hace falta la recuperación, pero creo que podemos concierciarnos un poco”, argumenta.
MARILYS ECHEVERRÍA: "UN HONOR INESPERADO"
Enfermera de Urgencias del centro de salud de Estella, Marilys Echeverría sigue en activo. Prender hoy la mecha es para ella “un honor totalmente inesperado que nunca va a repetirse”. Hay en ello, dice, un doble motivo de satisfacción y agradecimiento. “Porque el cohete sea para los sanitarios y porque somos nosotros los que vamos a representar a tanta gente”.
Como su compañero, las referencias a la pandemia asoman a la conversación de forma inevitable. Cuenta como el equipo de Atención Primaria y el de Urgencias se unieron para hacer turnos de 12 horas y adaptarse para atender a la gran cantidad e gente que llegaba con el covid. “Lo que más recuerdo es mucho compañerismo por parte de personas que yo no conocía y con los que trabajábamos al principio con muy pocos medios. Con batas y bolsas de plástico y las mascarillas que nos hicieron las monjas de Recoletas. También el miedo al contagiar a los de casa, la pérdida de personas y como parecías no ver el final. Por eso confiábamos tanto en las vacunas y vimos la luz con ellas”.
DNI
Nombre. Marilys Echeverría Arróniz.
Edad y lugar de nacimiento.Tiene 58 años, es natural de la vecina Villatuerta y está afincada en Estella.
Profesión. Ejerce como enfermera en Estella desde 1991, el año en el que sacó la oposición tras convocarse una OPE en el Sistema Navarro de Salud. Primero, en la UCI del Hospital García Orcoyen, donde coincidió con su compañero de cohete. Desde 2015, en el Servicio de Urgencias del centro de salud del paseo de la Inmaculada.
Su familia. Casada con Salvador Montero, gaitero siempre parte del cohete a pie de calle junto a los colectivos del folklore local, son padres de una hija, Maialen, que regresa desde Dublín para compartir con ella ese momento. Lo pasarán en familia, con los allegados. La idea es que también acuda al momento del cohete algún compañero, como médicos del centro de salud de Estella.
Esta veterana enfermera llevará siempre estos días la mascarilla en el bolso por si en determinadas circunstancias en interiores o con mucha gente le hace falta. “El resto, creo que hay que normalizarlo un poco y que ha llegado el momento de disfrutar”. ¿Cómo lo hará? “Me gustan mucho los actos de día. La procesión, el vermut, los conciertos de Los Llanos, el rejoneo”, detalla.
Lo hace emocionada cuando, con la vista atrás, remite a las fiestas de otro tiempo. Los días en los que una niña nacida en Villatuerta venía a Estella con sus padres. Y, como tantos de su generación, no se perdía nada. “Las vaquillas, la cucaña, Gorgorito”, añade. O el cohete seguido desde la calle con el padre que hoy -relata- tan feliz hubiera sido viendo tantos años después a su hija prender la mecha desde el balcón consistorial.
El cohete, las fiestas, la pandemia y también la situación sanitaria
Del cohete, de sus fiestas, de las vivencias durante la pandemia y del pensamiento puesto en el conjunto del sector al que este viernes representan. Todo surge en la conversación con estos dos veteranos profesionales del Área de Salud de Estella. Y lo hace también el presente de la sanidad en cuyo nombre prenderán la mecha. Defensora de un sistema que reivindica desde la Plataforma Navarra de Salud a la que pertenece, Marilys Echeverría sostiene que del reconocimiento a su labor durante aquellos meses se ha pasado a una realidad muy diferente . Perciben, dice, un paciente mucho más demandante, que no entiende a veces determinadas situaciones como cuando en Urgencias se deben seguir haciendo test.
En un momento en el que la falta de médicos principalmente en Atención Primaria es noticia continua, esta profesional de Enfermería cree que sí puede haberlos, pero que debe ofrecerse un buen contrato, con mejores condiciones que las que hoy muchas veces se ponen sobre la mesa. Le preocupa también otra circunstancia que ella y sus compañeros han vivido día a día en el centro de salud. La falta -expone- de un circuito covid que hubiera podido conseguirse con la cesión de los locales del INSS reiteradamente solicitada.
Aunque señala que la experiencia en la UCI es distinta, Juan Carlos López comparte la preocupación por el futuro del sistema al que ha dedicado casi 40 años de su vida. “Se ha deteriorado si tenemos en cuenta que la sanidad en Navarra se ha situado siempre entre las mejores de España. Ha bajado mucho a raíz del covid, pero lo que resulta completamente inadmisible son esas listas de espera. No puede ser algo así y hay que buscar fórmulas para solucionarlo”, afirma.
Más información sobre las fiestas de Estella 2022: