El
Ayuntamiento de Pamplona se presentará a una de las convocatorias de fondos Next Generation EU relacionada con el comercio no sedentario y que, si todo va según lo previsto, implicará un cambio de ubicación y mejora del actual
mercadillo del polígono de
Landaben. Aunque la nueva localización aún se desconoce, el Ayuntamiento propone en primera instancia la vuelta del mercadillo a sus orígenes, al barrio de la
Txantrea, en la zona de la nueva urbanización sur, en el entorno de la iglesia de Santiago y el nuevo vial.
Los vecinos de la Txantrea, como Olga Gorriz Echeverz, de 50 años, se han alegrado de que el rastro pueda volver a su barrio. “Me alegra muchísimo que vuelvan a traer todos esos puestos porque le daría a la zona una vida, una alegría y un movimiento que le vendría muy bien”, asegura. Aun así, admite que desconocía la propuesta de traslado, noticia que le sorprende porque suele estar muy pendiente de lo que pasa en la Txantrea. “Soy socia de la revista Auzolan y siempre estoy muy informada sobre las futuras modificaciones del barrio”, cuenta. Gorriz recuerda que los puestos de Landaben antiguamente se ubicaban en una plaza muy céntrica de la Txantrea, donde se tira el cohete en fiestas, enfrente del centro de salud y que los vecinos conocen como la plaza del rastro.
MÁS ACCESIBILIDAD
Otras de las razones por las que a Gorriz le parece bien el relevo es “porque también está en un lugar muchísimo más accesible en coche, en villavesa o andando”, explica.
Unai Cantero Gorriz, de 21 años e hijo de Olga, también considera que el cambio a su barrio resulta mucho más accesible. “Aunque yo desconocía que este mercado estaba antes en la Txantrea, quizás por tema de edad, me parece que la nueva ubicación hará que mucha más gente vaya al mercado teniendo en cuenta que se encuentra más cerca del centro de Pamplona que Landaben”, opina. Asimismo, también menciona que habrá mucha más vida en el barrio, “y eso siempre nos viene bien a los vecinos”.
Su padre, en cambio, recuerda perfectamente el mercado de la Txantrea en los años 80. Según cuenta Juan Carlos Cantero de la Torre, de 51, en aquellos años había frutas, verduras y puestos hippies de ropa. “Me acuerdo de comprar pañuelos palestinos y pulseras allí. En aquel entonces, creaba un ambiente muy chulo en el barrio e incluso tenía su propia revista: El Rastro de La Txantrea”, rememora Cantero.
Elena Izcue Larrañeta, de 53 años, se enteró esa misma mañana por el periódico de la propuesta de vuelta al barrio original. “Me parece muy buena idea porque me pilla más cerca de casa y así podré visitarlo más, ya que me gustan mucho estos mercadillos”, admite. Aun así, asegura que puede llegar a entender que a los vecinos que vivan más cerca de la zona les pueda molestar de cara a que les dejen suciedad o más ruido, “pero a mí me parece una buena idea”, manifiesta.
Juan Carlos Babiano, de 54 años, conocía el mercado de la Txantrea, aunque no sabía que estuvieran estudiando la posibilidad de volver a sus orígenes e imagina que estarán buscando una nueva ubicación. “Yo conocía el rastro por mi mujer, que vivía aquí cuando era pequeña e iba mucho a comprar”, explica. Su mujer, María Leonor Undiano Garjon, de 53 años, lo confirma: “Antes iba mucho al rastro de la Txantrea y estaba muy bien. Me parece genial que lo traigan aquí, la verdad”.
Sus hijos, Pablo y Javier Babiano Undiano, de 19 y 21 años, no conocían el rastro en su barrio, aunque opinaban que podría ser una buena iniciativa. El hermano mayor explicaba que le parecía una zona donde la gente puede estar dispuesta a comprar “y así beneficiar al comercio de la zona”.
Un trabajador de una cafetería de la zona opinaba igual. “Esta nueva reforma puede ser muy beneficiosa para el comercio de la zona porque después de visitar el mercadillo es más probable que la gente se siente en una cafetería a tomarse algo”, manifestaba.
Un proyecto hacia el comercio no sedentario, moderno y sostenible
La Junta de Gobierno Local aprobó el viernes la participación del Ayuntamiento en la convocatoria de ayudas para el apoyo a mercados, zonas urbanas comerciales, comercio no sedentario y canales cortos de comercialización, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España. El proyecto cuenta con un presupuesto de 1.959.529,83 euros, IVA incluido, y sus detalles se conocerán en la Comisión de Presidencia de hoy. El proyecto incluye también la modernización de sus puestos, instalaciones y accesibilidad. El actual mercadillo de Landaben, además de situarse en la periferia de la ciudad, cuenta con problemas de accesibilidad y de encaje en un entorno no amable para la actividad. La nueva localización que se plantee debe garantizar una accesibilidad directa de toda la ciudadanía, la posibilidad de mejorar los puntos de venta y, en general, la potenciación del comercio no sedentario.