Arte, vandalismo, cultura urbana... Las pintadas que aparecen de manera 'espontánea' en las ciudades implican cierto desasosiego entre quienes residen en aquellos edificios cuyas fachadas amanecen 'decoradas' de esta particular manera. Una voz que no se cansa de reiterar que
Pamplona necesita de una vuelta de tuerca en la materia, especialmente si se trata de contemplar muchas de las calles de su
Casco Viejo.
Sin ir más lejos, fue Patxi Leuza, concejal de Geroa Bai el que volvió a sacar este martes 14 de febrero el tema a colación. Cansado de bregar con un problema que, a su manera de ver, no tiene visos de solucionarse si las cosas no cambian, el edil mostró una serie de fotografías en las que podían verse fachadas a rebosar de pintura.
Si buscamos cifras, desde el área de Seguridad Ciudadana ratificaban este mismo verano que el número de denuncias registradas por pintadas grafiteras en la capital durante los últimos cuatro años en cualquiera de sus calles asciende a menos de medio centenar. 49 multas hasta mayo repartidas de la siguiente manera: 21 denuncias en 2021; 11 en 2020; 5 en 2021; y una docena más en lo que iba de año.
Fue por este motivo por el que preguntaron por la función que realizan las cámaras de seguridad colocadas a lo largo y ancho de la ciudad. "¿Para qué sirven?", reiteraba el representante de Geroa Bai. Desde Seguridad Ciudadana, que entendieron la problemática, no pudieron sino asumir la mayor. "Es muy complicado, aun teniendo la grabación, lograr identificar a estas personas. Saben camuflarse bien", aseguró el máximo responsable de la materia.
Dado el contexto, se lamentó que el centro de Pamplona mostrara una imagen tan sucia, especialmente cuando se trata de un claro reclamo turístico, de ocio y consumo. "Algo tendremos que hacer", insistían en Geroa Bai.
¿Y cómo se gestiona una pintada de este tipo en la ciudad? ¿Quién la limpia? ¿En qué lapso de tiempo?
La respuesta la ofrece el consistorio, dejando claro el modus operandi. De este modo, si se trata de una pintada realizada en una zona pública, el Ayuntamiento de Pamplona limpia el espacio directamente. En cambio, cuando aparece un grafiti en la fachada de alguna propiedad privada, como puede ser un comercio o una vivienda, se pide consentimiento a los correspondientes propietarios para llevar a cabo esa limpieza. “Si nos dan el visto bueno, lo hacemos, sino lo respetamos”, cuentan desde el ente municipal. Salvo, y esto lo dejan claro, cuando se trata de pintadas de tinte amenazante. En este caso, bien sea por terrorismo o por temas similares, con independencia de quién sea el dueño del inmueble, la pintura se elimina con prioridad. “Tanto en zona pública como privada”, reiteran en el equipo de gobierno. Sea como sea, el método utilizado para tal fin suele ser mediante la proyección de agua a alta presión con aditivos, aplicación de pintura de tono similar a la existente.
A ojos de los afectados, limpiar la pared no es panacea. "Se les vuelve a dejar la pizarra impoluta para volver a reincidir", indican. Para el equipo de gobierno, el asunto también preocupa.