Banco de alimentos
Kilos y litros de solidaridad en 'La Gran Despensa'
'La Gran Despensa' del Banco de Alimentos vivió este sábado su principal jornada de recogida

- Ainhoa Briceño
Pasta, legumbres, aceite, leche... son productos básicos de alimentación, que a pesar de lo que su nombre indica, no todas las familias pueden permitirse. ‘La Gran Despensa’ que organiza cada año el Banco de Alimentos es ya indispensable para muchos hogares en Navarra. Una iniciativa donde toda ayuda es bienvenida, tanto donaciones de productos como los voluntarios que están detrás de la recogida masiva.
Tres puestos con 8 voluntarios cubrieron la jornada de este sábado en el Hiper Eroski. De él formaron parte Erkuden Goicoechea, de 77 años y Amaia Azpíroz, de 54 años, quienes insistieron en pedir leche y aceite en especial. “Antes solían mandar desde un programa de la Unión Europea y esta vez no ha llegado nada”, indicó Azpíroz. A las 12 de la mañana ya habían conseguido llenar un box entero de estos productos.
Junto a ellas estuvieron Lilian Rodrígues, de 41 años y María Aparecida, de 62 años, quienes han colaborado desde hace 3 años. Ambas forman parte de la asociación evangélica ‘Hopy Mision’ en Berrioplano, donde surgió la idea de trabajar con el BAN, situado en la misma calle que su asociación. “Pensé que era una casualidad. Antes estaba en el otro lado y no conocía la importancia de ayudar”, expresó Rodrígues.
La recogida ya es una tradición también para los clientes, que colaboran año tras año. “Hay que ayudar en lo que se puede. Yo prefiero que sea presencial, porque los bonos a veces es un lío”, señaló Antonio Pellejero, cliente de Eroski.
RELEVO GENERACIONAL
El equipo del Leclerc de La Morea también fue muy numeroso, con 5 voluntarios. Entre ellos estaban unas de las pocas jóvenes que participaron en la recogida. Ana Valcárcel y Raluca Alexandre, ambas de 26 años, vivieron su primera experiencia. “Son cuatro horas que se pasan súper rápido, no se te va la vida en ello. Ya es hora de que llegue el intercambio generacional”, decía Valcárcel. “Además, si te apuntas con un amigo es más entretenido”, añadió Alexandre. Para la 13 del mediodía ya habían llenado cuatro contenedores (y sumando).