La caída de la natalidad facilita la elección de colegio a las familias

Lejos quedan esos tiempos en los que hacerse un hueco en el colegio escogido quitaba al sueño a decenas de familias. La progresiva caída de la natalidad lleva años impactando en las aulas, y la tendencia tiene pocos visos de revertirse a corto plazo. Ahora la preocupación se ha trasladado al tejado de los centros escolares, que ven peligrar líneas e incluso conciertos en el ámbito rural, que sufre más los efectos de la despoblación. Las cifras son elocuentes. En 2020 nacieron en Navarra 5.036 niños y niñas, una cifra muy alejada de los 7.028 que lo hicieron en 2008 y que supone la más alta de las últimas décadas (hay que remontarse al año al 1979 para superarla. Estos 5.036 menores son los que están llamados a ocupar las aulas de 1º de Infantil en septiembre y, aunque la escolarización no es obligatoria hasta los 6 años, la inmensa mayoría de ellos se incorporará al sistema escolar el próximo curso. Con el periodo ordinario de prematriculación ya cerrado, el balance es de 4.902 solicitudes de 3 años (184 menos que en la prematriculación de 2022 y 1.500 menos que hace una década). De ellos, 3.101 han optado por centros públicos (63,3%), frente a las 1.801 solicitudes en los centros concertados (37%). El año pasado la proporción fue del 62% en centros públicos frente al 38% de la red concertada. SAGRADO CORAZÓN Y FEC VEDRUNA Si en la pasada década no era extraño que hasta una quincena de colegios se vieran obligados a realizar un sorteo para adjudicar las plazas ante el exceso de demanda, este año solamente dos colegios han recibido un exceso de solicitudes. Son el Sagrado Corazón y FEC Vedruna, ambos en Pamplona y ambos concertados. RECUPERACIÓN EL CURSO 25/26 El Instituto Navarro de Estadística (Nastat) ha previsto que la tendencia a la baja y la disminución de grupos con las ratios existentes en el momento actual se mantendrá hasta el curso 25/26. A eso le seguirá “una recuperación paulatina en los grupos en Educación Infantil y Educación Primaria hasta el curso 2035-36”. En concreto, se prevé que en 2035 el grupo de población de entre 3 y 5 años sea de 20.902 personas, frente a las 17.063 que se prevé que haya en 2025. Recoge el informe la necesidad de “adaptar la oferta educativa” y valora que “sería la ocasión, conforme aumenta la reducción de escolares de las primeras etapas, de conseguir mejores ratios entre alumnado y profesorado”, tal y como reivindican también los sindicatos como demanda general. Desde Educación, sin embargo, se apuesta por una bajada pero no lineal, sino “progresiva y atendiendo a factores como la innovación, la calidad o la equidad”. Josu Repáraz está al frente de NIE, la Federación de Ikastolas de Navarra, que agrupa 15 centros, algunos situados en entornos rurales tendentes a la despoblación. “Estamos en una situación cambiante, que varía año a año, dependiendo de la natalidad. Por ejemplo, en la zona de Sangüesa, solamente ha habido 32 nacimientos en toda la Merindad”, ejemplifica. En otras áreas, sin embargo, han registrado subidas porcentuales de preinscripciones respecto al año pasado, como en Viana o Tudela. En Pamplona se ha producido “un ligero descenso”. “En global solamente prevemos perder un concierto. El número de conciertos es prácticamente igual desde hace muchos años, pero sí tenemos las aulas menos llenas. En Pamplona antes teníamos que baremar, y ahora eso ya no hace falta. Se nota la tendencia descendente”. La situación puede complicarse conforme estos grupos avancen cursos. “Cuando lleguen a la ESO y Bachiller, donde la ratio es más alta, no sabemos. Quizás haya que fusionar grupos, pero tampoco está claro porque en estas etapas todavía tenemos más matrícula de las que podemos asumir”, augura. Mikel Rodríguez es el director del colegio Miravalles-El Redín y presidente de CECE Navarra, que engloba también al resto de colegios de fomento de la Comunidad foral (San Cernin, Luis Amigo, Irabia-Izaga). “Entre 2007 y 2021 ha habido casi un 30% de descenso de la natalidad, y eso implica un 30% menos de alumnos a repartir entre las aulas, tanto públicas como concertadas. Lo que está ocurriendo es que el descenso se está distribuyendo de modo uniforme más o menos, de modo que si antes teníamos 25 alumnos por aula, ahora hay 18, pero el cierre de aulas está siendo muy puntual”, explica. “Este año, por ejemplo, hemos mantenido el número de aulas”. Sin embargo, si la tendencia a la baja se mantiene, la desaparición de algunas líneas no es un escenario que descarten. “Ante esto, los centros solamente podemos ofrecer proyectos interesantes y atractivos para las familias. No nos queda otra que hacer las cosas bien”, reflexiona. Sobre la bajada de ratios, valora que son “decisiones de la Administración” . “Es una cuestión de equilibrio entre una mejor atención a los alumnos y la sostenibilidad del sistema”.

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