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La víctima de Azagra: "Entró con el bastón gritando que me iba a matar"
Juzgan a un hombre al que piden 15 años por intentar asesinar a su pareja, a la que golpeó varias veces en la cabeza con un bastón metálico

Publicado el 03/02/2023 a las 06:00
Ana Delgado Villodas, de 56 años, la mujer a la que su pareja intentó matar propinándole numerosos golpes con un bastón metálico hace dos años en Azagra, ya no es la persona activa y deportista que era hasta entonces, ni la enfermera que a diario acudía a trabajar al centro de salud de Quel (La Rioja). Tal fue la paliza que recibió la mañana del 20 de febrero de 2021 que sufre graves secuelas neurológicas que le afectan a la conducta y el ánimo, también al habla, no distingue entre frío y calor, se ayuda de un bastón para caminar y no puede mover la mano izquierda. Debido a su estado, el tribunal que juzga su caso le permitió ayer declarar acompañada de su hermana y de la directora de la Oficina de las Víctimas de Delito. Hay muchas cosas que no recuerda, pero el inicio de la agresión lo tiene muy presente: “Yo me iba a levantar de la cama y entró gritando con un bastón de hierro que acaba en cruz apuntando al techo. Gritaba: “Te voy a matar, te voy a matar, me tienes harto, no me vas a joder más”. Se movía de izquierda a derecha alrededor de la cama. Yo le decía: “Piénsatelo, Santi, qué estas haciendo...”. Hasta que me dio con el palo en la cabeza... y me destrozó. Y ya no recuerdo nada más”.
También tiene claro que la versión exculpatoria de su expareja (dice que estuvieron charlando de forma amistosa antes de la agresión) no es cierta. “Para nada”, respondió ella cuando se la leyeron, con el acusado en otra sala. La Fiscalía pide para él, Santiago Martínez Martínez, 14,5 años de cárcel por tentativa de asesinato y que indemnice a la víctima con 800.000 euros. La acusación particular eleva su petición a 15 años de cárcel y un millón de euros. El acusado ha entregado 70.000 euros.
Ana Delgado declaró que “intuía” que el procesado le iba a hacer algo. Ambos llevaban diez años de relación (eran pareja de hecho) y ella asegura que, desde que empezaron a vivir juntos (2013), “la cosa ya empezó a complicarse”. “Había decidido separarme de él. Pero no me dejaba. Yo lo decía de ir a un abogado para hacer todo transparente y no había manera. Me gritaba y me decía muy agresivo que en esa casa no iba a entrar ningún abogado ni ningún juez”. La vivienda, el único patrimonio común, era motivo de enfrentamiento. Tres meses antes de la agresión, ella cogió sus cosas y subió a vivir al piso de arriba, donde solía dormir la hija que tiene de una anterior relación. Él se quedó abajo, en e l que había sido el dormitorio conyugal. “Le dije muchísimas veces que me quería separar y no había manera, me respondía a gritos que no se iba a ir de esa casa, que a juicio no íbamos a llegar. Cuando tenía guardia me solía quedar a dormir en Quel, así no le veía a él ni volvía a casa”.
La noche antes de la agresión sí regresó. “Llegué sobre las diez y media. Estaba muy cansada y él estaba viendo la televisión. Bebí un vaso de agua, ni cené, y subí arriba a dormir”. Cuenta que esa noche no hablaron de la separación y que al día siguiente, al despertar, una amiga con la que había quedado para pasear le llamó por teléfono. “Justo cuando estaba cogiendo el teléfono, entró Santiago con el palo y yo le dije a ella (su amiga): “Que me va a matar, que me va a matar”. El tiró el teléfono y empezó a decir que me iba a matar”.
Ana Delgado despertó en el hospital San Juan de Dios tras pasar por la UCI y la Unidad de Coronarias. La agresión con el bastón metálico, de 102 centímetros y 1,32 kilos, le provocó numerosas fracturas en el cráneo, heridas, fractura en brazo izquierdo... Tras 547 días de recuperación, no se puede precisar qué secuelas serán permanentes. “Hago lo que puedo, despacio”.