Francesc Escabia: "Una caída de una persona mayor es una señal de alarma"

“Se cruzó” la Clínica Josefina Arregui en la vida profesional de Francesc Escabia Rodríguez, médico especialista en geriatría de 49 años, de Barcelona. Cada dos semanas abandona su lugar de residencia en Vic para desempeñar en el centro alsasuarra las funciones de una dirección médica con sus conocimientos en psicogeriatría. Su actual responsabilidad le permite “explorar la gestión sanitaria para atender a mayor número de pacientes”, asegura. Uno de cada tres mayores de 65 años sufre al menos una caída al año. En mayores del 80, la cifra puede llegar al 50%. ¿Es así? Son datos que no son nuestros, que no son exclusivos de Navarra. Son datos de España y también de la Unión Europea. La edad es un factor de riesgo independiente para poder caer. Es un factor intrínseco que tiene la persona. A mayor edad sabemos que hay un grupo de personas que son frágiles. Por lo tanto, si unes fragilidad y a edad, hay un mayor riesgo de caída. A partir de 65 años sabemos que empiezan a sufrir caídas y a hacerlo con frecuencia. ¿Es para preocuparse? Esto es lo que sucede. El problema de las caídas son sus consecuencias. Provocan la pérdida de capacidades de la persono o sea, genera una discapacidad, la pérdida de autonomía, con lo que ello supone y más teniendo en cuenta que cada vez vivimos más años. Hay otra consecuencia: el coste sanitario que genera. Cada caída con una consecuencia implica ingreso, estancia hospitalaria, intervenciones quirúrgicas... La dependencia también provoca más ayudas a nivel social. No es lo mismo para una familia acompañar a una persona autónoma de 80 años que a una persona dependiente de la misma edad. ¿Ha aumentado el porcentaje de caídas en las personas mayores? El porcentaje se ha mantenido estable. Lo que pasa es que al haber más personas mayores, aumenta el número de caídas. Y va a ir a más. La esperanza de vida es cada vez elevada... Así es. Las caídas en personas mayores se va a convertir en un problema cada vez más importante. ¿Está la sociedad preparada? La ciudadanía no es consciente de lo que supone una caída para una persona mayor. Porque todos nos caemos. Un niño se cae, por ejemplo, y vemos que puede acabar enyesado. El problema es que cuando se cae una persona mayor con consecuencias, como pueden ser lesiones o fracturas, puede dar lugar a una pérdida de autonomía. Comienza el miedo a salir, el aislamiento social... ¿Por qué? Porque ‘no quiero que me vean si me caigo y no soy capaz de levantarme’. ¿No cree que a veces no se da importancia a una caída leve? Podemos pensar que la caída a una determinada edad es fruto del devenir de la persona y no intervenimos. Pero eso no es así. Las caídas se pueden prevenir. Se pueden hacer muchas cosas para evitarlas como para reducirlas. DESPUÉS DE LA JUBILACIÓN ¿Cuál es la razón médica de una caída en una persona mayor? ¿Tiene una base neurológica? No es una reacción del cerebro. No hay personas de 65 años iguales. Las caídas tienen un origen multifactorial. Hay muchas causas. Depende del estado de salud, de la nutrición, del estado físico, de las capacidades cognitivas... Depende del estado global de la personal. En función de las capacidades de respuesta en estos niveles existe un mayor o menor riesgo. Los 65 años es la edad de la jubilación y, a veces, es la edad de la jubilación de la vida. ¿Los 65 años marcan un límite en la conciencia de la vida? Nos marca un cambio vital, que está estipulado por leyes laborales. No es un límite fisiológico ni orgánico. Es algo que hemos predeterminado la sociedad. Aún tenemos el concepto antiguo del trabajo, que cuando se acababa la vida laboral se acababa la percepción de sentirse útil. ¿Esta manera de sentir y pensar puede influir en las caídas? Pues sí, porque cuando una persona se abandona se pasa al sedentarismo. Es lo que provoca una pérdida de capacidad física. Cuando más inmóvil está una persona, se cansa antes, siente pérdida de equilibrio.... Más vale prevenir que lamentar. Hemos de ser conscientes de que, a determinada edad, entramos en una nueva fase de la vida. Hoy día la esperanza de vida se sitúa en los ochenta y tantos años. Cuando llega la jubilación, hay una vida por delante. Lo que hay que asegurar es una calidad de vida. Lo que hoy día preocupa de verdad es tener una discapacidad al llegar a una determinada edad, más que padecer una enfermedad. Lo que nos echa para atrás es depender de otros. Todos justificamos una caída al llegar a una edad. Decimos: ‘me he tropezado’. ¿Pero por qué te caes ahora y no antes? Igual tu sistema nervioso está fallando. Una caída es una señal de alarma. ¿Cuál es la receta? Mantener una actividad física, mantener un estado nutricional normal, reducir el consumo de alcohol, lo que no quiere decir que una persona no pueda tomarse una copa de vino. Y también es importante mantenerse cognitivamente activo. Tener motivaciones en la vida favorece el óptimo estado de salud. Y esto es válido si se tiene 65, como 85 o incluso 95 años. Se refiere a la medicina de la motivación. ¿Por qué un hombre ucraniano de más de 90 años juega con Rafa Nadal en su academia? Cuando una persona tiene ganas, ilusión por algo, cuida todos los aspectos de su persona. De unos años a esta parte se habla del beneficio del ejercicio, con independencia de la edad. El programa Alsasua se mueve, de la Clínica Josefina Arregui apoyado por el Ayuntamiento, va en esta línea. Cuando he valorado a personas que acuden a este programa no deja de sorprenderme algunas respuestas que escucho: ‘Ahora soy capaz de ponerme mejor los calcetines’. Esto lo he escuchado de personas autónomas. También me suelen decir: ‘Mi equilibrio es mejor’ o ‘Me canso menos al andar’. Estas personas reconocen que su vivencia es mucho mejor. Además, el programa tiene el valor de la socialización porque se hace en grupo. Pero, ¿no es fácil aceptar las limitaciones, no es fácil reconocer que se ha sufrido una caída? Tenemos ese orgullo que nos impide reconocer las pérdidas de habilidades. Cuesta aceptar la compañía de un bastón... Sí. Cuántas personas se caen y se rompen una cadera por no querer haber aceptado llevar un bastón. Y cuántas familias vienen diciendo : ‘Llevamos años diciendo que, por favor, se apoye en un bastón. Pero no quiere porque entiende que esto es de viejos’.

Francesc Escabia: "Una caída de una persona mayor es una señal de alarma"

Uno de cada tres mayores de 65 años sufre al menos una caída al año en España. "Se pueden hacer muchas cosas para evitarlas", ofrece como esperanza el médico catalán Francesc Escabia

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