Romerías de Navarra
Poblaciones grandes: advocaciones de la Virgen
La Pascua, la Inmaculada Concepción, la Natividad de la Virgen, las advocaciones locales... Muchas de las grandes poblaciones celebran sus romerías bajo diferentes devociones marianas

- Arturo Navallas Rebolé
Existen 183 advocaciones diferentes en las ermitas de Navarra, entre las que destacan con gran diferencia las dedicadas a la Virgen María, 102 en total, distribuidas en 150 templos. Tienen, aunque en número mucho menor: 33, San Miguel; 32, la Santa Cruz; 22, San Juan y San Pedro; 18, Santa Bárbara y Santa Lucía; 15, San Martín; 14, San Cristóbal, y 10, San Bartolomé y San Gregorio.
Las dedicadas a la Virgen están distribuidas por toda la geografía foral, imposibles de enumerar en este espacio, por lo que la selección se centra en las localizadas en las poblaciones más grandes, situadas en la Zona Media y Ribera.
Los edificios son amplios y fueron construidos entre los siglos XVII y XVIII. También hay alguno con portada románica como la Virgen de Legarda.
POR LA PASCUA
El lunes de Pascua se congregan los vecinos de Arguedas en la ermita de la Virgen del Yugo, situada en dirección a las Bardenas, también van el primer domingo de septiembre.
La aparición de la Virgen junto a un yugo depositado por un labrador que padecía cojera y su curación impulsaron la construcción de la primera ermita; en el siglo XVIII se edificó la actual, presidida por la imagen gótica del siglo XIV.
Los valtierranos acuden el 1º de mayo y celebran su propia romería de la Virgen de la Esperanza, en Valtierra, el 18 de diciembre.
La misma fecha del lunes de Pascua figura en el calendario del inicio de las romerías a la Virgen de Cuevas de Viana. Los vianeses van acompañados por vecinos de Oyón, Morera y Logroño. La Banda de Tambores de la Cofradía del Descendimiento de Logroño espera en el último cruce de caminos para acompañarles hasta la ermita.
La imagen gótica de finales del siglo XIV, preside la ceremonia. El templo actual fue construido en el siglo XVIII.
La campa, abarrotada de coches junto a la Basílica de la Virgen de Villar, muestra la presencia multitudinaria de corellanos que acuden a celebrar la tradicional romería del segundo domingo de Pascua. El cuadro de la sacristía rememora la leyenda de la aparición de la Virgen a unos pastores sobre un rosal, en el siglo XVI, de ahí que también se le llame Virgen de la Rosa.

La imagen, con reminiscencias góticas del siglo XIV, fue transformada en imagen de vestir en el siglo XVIII. Su devoción, transmitida de generación en generación, está muy integrada en el corazón de los corellanos.
Pentecostés marca también dos fechas de inicio: el sábado anterior, se celebra la Virgen de Gracia de Cárcar y el lunes posterior, la Virgen de Legarda en Mendavia.
En el primero de los casos, son los vecinos de Cárcar, Andosilla, Lerín y San Adrián los que acuden a la cita anual. Como en otras poblaciones de La Ribera, la concentración convierte la romería en una jornada festiva en su sentido más amplio, primero el almuerzo antes de la misa que se celebra en el exterior del templo, construido en el siglo XVII y ante la imagen del siglo XIV. Después, la comida y los entretenimientos vespertinos, barracas de feria, hinchables, puestos de venta de artículos y chucherías.
De forma especial, hay que resaltar que algunos jóvenes mantienen la tradición de ir en carrozas decoradas con enramadas arbóreas y flores, como testigo vivo de otras épocas en las que las parejas de novios llegaban con sus caballos engalanados y desfilaban posteriormente por las calles de Cárcar.
Los vecinos de Mendavia, Lodosa y Mues acuden a honrar a la Virgen de Legarda el lunes de Pentecostés, “Día de las almendreras”, en recuerdo de los antiguos puestos de venta habituales, hoy sustituidos por productos diversos y juguetes para los niños.
En el templo actual destaca la portada realizada con estructura románica del siglo XII y elementos figurativos del gótico del siglo XIII. La imagen de la Virgen es una talla gótica del mismo siglo. La eucaristía se celebra en el exterior del templo.
LA PURÍSIMA EN FEBRERO
Una gran talla romanista de la Inmaculada preside la bendición de roscos el día de San Blas, en la ermita de la Purísima Concepción de Cintruénigo. Multitudinaria, como la cita más entrañable para los cirboneros en el día de la festividad del 8 de diciembre, que comienza con la eucaristía cantada por los auroros, llamados “Purismos”, y continúa con una solemne misa mayor a la que acude la Corporación Municipal, acompañada por la banda de música.
Los feligreses de Caparroso mantienen el comienzo de romerías a la ermita de la Virgen del Soto, el día de San Marcos, 25 de abril.
La devoción tiene su origen en la salvación de unos vecinos que estuvieron a punto de naufragar al intentar vadear el río Aragón, el 8 de abril de 1701, gracias a la invocación de la Virgen. Allí se construyó una primera ermita que se sustituyó por la actual, 60 años después y se bendijo la nueva imagen.
El 1 de mayo es la fecha elegida por los feligreses de Mendigorría para acudir en procesión hasta la ermita de la Virgen de Andión, con su imagen; también el sábado siguiente a la Natividad.
La iglesia es de estilo protogótico, del siglo XIII, y sirve de fondo para la multitudinaria celebración eucarística. El párroco bendice los campos y los panes, que han sido distribuidos con anterioridad por el ayuntamiento y se finaliza con la veneración del cetro de la Virgen. Después, los calderetes.

El tercer domingo de mayo van los sangüesinos hasta la blanca ermita de la Virgen del Socorro para honrar y venerar a la patrona de los labradores, imagen del siglo XIII, que se guarda en el convento de los capuchinos. Después de la misa se bendicen los campos y rodea el edificio procesionalmente con la imagen. Una vez en el templo adquiere un protagonismo esencial el cántico de los gozos.
La ermita dedicada a la Virgen de La Nora está situada en el lugar donde existió un eremitorio de los carmelitas descalzos. Los feligreses acuden en rogativa, el sábado anterior a la Ascensión, precedidos por una cruz procesional, y en romería, el primer domingo de octubre, con la imagen de la Virgen que trasladan las jóvenes llamadas Nora, desde la parroquia de Santa María.
Los feligreses de Sartaguda marchan también en procesión a la ermita de la Virgen de la Monlora, inaugurada el 21 de mayo de 2016.
Avanza el calendario hasta el 2 de julio, festividad de la Visitación de María a Santa Isabel, día en el que se celebra la primera romería a la Virgen de Erkuden de Alsasua, con una misa a las 9 de la mañana. A la misma hora del domingo siguiente, se reúnen los feligreses en la parroquia para marchar procesionalmente con la imagen de la Virgen hasta su ermita. La primera cita es más íntima, la segunda, mayoritaria.
Después de la misa, la ermitaña reparte el queso y pan bendecidos, y el ayuntamiento obsequia el vino escanciado en las tradicionales tacitas de plata.
El mes de agosto llena su calendario de fiestas por toda Navarra y también se organizan romerías en las ermitas, como en la Virgen del Castillo de Miranda de Arga. La Corporación Municipal, portando la bandera de la Villa, se traslada hasta el templo el día 23, para acompañar a sus vecinos en el cántico de la salve y posterior ofrenda floral a la Virgen.
8 DE SEPTIEMBRE
La Natividad de la Virgen es la festividad que más celebraciones tiene, 38 en total, 11 más que el día de la Asunción, el 15 de agosto.
Entre las que reúnen similares características está la Virgen de Mendía, cuya basílica se alza en la parte alta de Arróniz. Destaca su monumental portada, realizada en el siglo XVIII.
Las ceremonias litúrgicas comienzan con una solemne misa en la parroquia y continúa con la procesión hasta la basílica de la Virgen, donde se venera la imagen forrada de plata cuyo interior es del siglo XIII. La vestimenta blanca y los pañuelos rojos aportan colorido festivo a la celebración.
La pequeña escultura de la Virgen de Jerusalén de Artajona es una imagen relicario, realizada en los talleres de Limusín, a comienzos del siglo XIII. La leyenda cuenta que fue entregada al capitán artajonés Saturnino Lasterra, como mérito en sus tareas ofensivas en Jerusalén.
La devoción a la Virgen es un signo de identidad de las artajonesas que priorizan la nominación de Jerusalén sobre otros nombres.
La víspera de la Natividad y su festividad concentran las ceremonias religiosas más importantes y más arraigadas entre los vecinos de Azagra. La primera, con la procesión nocturna de la Virgen, portada por los quintos del año, hasta la parroquia de San Salvador; la segunda se inicia con el canto de la aurora, como anticipo de la solemne misa y procesión por las calles de Azagra, con autoridades y banda de música.
Un florido romero es el lugar donde la tradición sitúa la aparición de la Virgen del Romero de Cascante. La escultura de la Virgen coincide cronológicamente con el periodo atribuido de finales del siglo XII. La que preside el templo, que sale en procesión únicamente cada 25 años, es imagen de vestir y fue realizada en 1700, como el edificio y la galería porticada de 39 arcos que la une a la población.
La ermita de la Virgen Blanca de Lerín está emplazada cerca del barrio de La Cadena y fue construida en 1694.
El 20 de mayo de 1907 fue trasladada la imagen de la Virgen a su ermita, después de haber permanecido en la parroquia durante 70 años. Se recuperó así la gran devoción mantenida desde el siglo XVIII, con su habitual traslado hasta la parroquia para solicitar agua para los campos.
El nombre actual de la Virgen del Plu de Marcilla es una derivación popular del anterior Santa María del Pruno, del latín prunus, ciruelo, árbol en el que la tradición sitúa su aparición. Sobre una capilla anterior fue ampliado el edificio en 1474 y su configuración actual corresponde a la segunda mitad del siglo XVII.
Dos son las fechas de celebración, el 5 de agosto y el 8 de septiembre, con un protocolo parecido: se lleva la imagen de la Virgen a la parroquia, por la noche, para el rezo previo de una novena, y los días de las festividades se retorna también en procesión. Posteriormente, se reparte albahaca a los feligreses.
ROMERÍAS DE OTOÑO
Las luces del amanecer se imponen poco a poco a la oscuridad de la noche, mientras los vecinos de Lekunberri marchan a la ermita de la Virgen de Pilar, el día de la festividad. El rezo del santo rosario comienza en el interior de la parroquia y una vez terminado el primer misterio suena el órgano para acompañar el cántico del avemaría, antes de iniciar el recorrido por las calles hasta la ermita. Allí las notas del harmonium recuperan el acompañamiento de la plegaria a la Virgen, del último misterio. Después, la santa misa y el himno a la Virgen.
Como finalizan en las pequeñas localidades de Iturmendi, Maya y Garísoain, y en Gartzain, con procesión por las calles, en Ziga, con recorrido procesional hasta el palacio de Egozcue, y en el despoblado de Urzante, con procesión y bendición de campos, el 12 de octubre.
Monteagudo recuerda la leyenda del encuentro en unos zarzales de la imagen de la Virgen del Camino, gracias a unos resplandores vistos durante la noche. El descubrimiento de una fuente subterránea bajo la capilla originaria y la atribución milagrosa de sus aguas a varios enfermos favoreció la construcción de un templo más amplio que finalizó en 1550. Fue tan importante el número de peregrinos que acudían a la ermita que hubo que construir una hospedería para darles albergue.
Se celebra misa diariamente y en dos fecha con gran solemnidad: el día de la Asunción de la Virgen y el domingo siguiente a la Natividad, con comitiva organizada con los representantes del ayuntamiento, precedidos por la comparsa de gigantes y a los acordes finales de la banda municipal.
La ermita de la Virgen del Patrocinio de Milagro es un edificio barroco, interesante en su interior y atractivo en el exterior, pleno de pináculos, pilastras, linternas, cruces de hierro sobre las torres etc.
Las ceremonias religiosas más importantes comienzan en la tarde del sábado anterior al segundo domingo de noviembre, con el rezo del comienzo de la novena. Al día siguiente, las campanas de la parroquia de la Virgen de los Abades convocan a los vecinos para que acompañen a la Virgen para la solemne celebración de la misa en la que se realiza una oferta floral. Continúa el rezo de la novena hasta el domingo siguiente, día en el que la imagen de la Virgen retorna a su sede habitual en la ermita.
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