Elecciones navarra 2019
Tenso debate entre seis candidatos abocados a pactar para gobernar
Los cabezas de lista de Navarra Suma, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos, PSN e I-E han participado en el encuentro organizado por Diario de Navarra

- E.L. Pamplona
La tensión y el nerviosismo han acompañado a los candidatos al Parlamento de Navarra que han participado en el debate organizado por Diario de Navarra, este mediodía, en su sede de Codovilla. Faltan cinco días para las elecciones y el sprint final hacia las urnas lo realizan con unas encuestas que marcan sus intervenciones y su estrategia ante las cámaras. Cada votante al que reafirmen con su discurso, cada papeleta que ganen o arrebaten al contrario son vitales para formar un gobierno que todos tienen claro que no nacerá de ninguna mayoría sino de los acuerdos que sean capaces de alcanzar entre ellos. La aritmética la tienen tan calculada que los programas y sus propuestas parecen haber quedado en un segundo plano. Conocen quiénes son sus principales rivales y a quiénes tienen que atacar. De ahí la confrontación y los reproches que lanzan en hora y media larga de encuentro. Algunas voces suenan ya roncas tras semana y media de campaña. Pero saben que la peor opción es no hablar.
Seis micrófonos para los cabezas de lista de los partidos con representación actualmente. Cuatro mujeres y dos hombres ante ellos. Y dos más para los moderadores, los periodistas José Ignacio Roldán y Yulen Garmendia. La sala, repleta de informadores, compañeros de partido y asesores que asienten o corrigen desde el público. Empieza el debate. Sentados, de izquierda a derecha, María Chivite (PSN), Bakartxo Ruiz (EH Bildu), Javier Esparza (Navarra Suma), Uxue Barkos (Geroa Bai), Mikel Buil (Podemos) y Marisa de Simón (I-E).
La unidad del cuatripartito que ha gobernado la actual legislatura se manifiesta en el primer tema del debate: la política lingüística y los símbolos. Su presidenta defiende su gestión de la pluralidad navarra y su uso "no como elemento de confrontación sino de fortaleza" y niega que el euskera se haya puntuado más en el mérito de la función pública que otros idiomas. Su socia de EH Bildu le respalda atacando la "política identitaria que ha hecho la oposición" con un "discurso histriónico con la política de signos" y años en los que, en referencia al euskera en el acceso a un empleo público, "el saber más era castigado en vez de premiado". Desde Podemos acusan a "la derecha navarra" de hacer una "campaña con los símbolos y el euskera" cuando "lo que preocupa a la gente son otras cosas". Mientras que la candidata de I-E aboga por "un consenso social y político sobre el euskera".
Fuera del pacto de gobierno, la socialista María Chivite rechaza la política lingüística de estos cuatro años y aclara que no están "en contra del euskera sino de su imposición" y que apuestan por "fomentar, no por imponer". El candidato de Navarra Suma les acusa de "querer un euskera oficial para toda Navarra, sin tener en cuenta las diferencias y convirtiendo en ciudadanos de segunda al 87% que no lo habla". Menciona los homenajes y las fotos a asesinos de ETA en actos como la korrika, y Barkos le exige que no siembre dudas sobre ella y su "postura ante la violencia".
La fiscalidad ocupa el segundo bloque temático del debate y en él de nuevo aparece la lectura positiva de los cuatro socios de gobierno frente a una oposición que le acusa, en el caso de Javier Esparza, de "autocomplacencia", de "no aprovechar los años de bonanza económica", de "crujir de impuestos a los navarros y no mejorar los servicios" o de "maltratar a las empresas". O en el de Chivite, que defiende "meter más mano en la economía sumergida y en el fraude fiscal antes de cargar a las rentas más bajas". En este punto, Barkos saca pecho de "haber recuperado un crecimiento medio por encima de la media española", de "contener la deuda" y de usar la fiscalidad "como elemento de cohesión social". Sus socios defienden también la "progresividad y la corresponsabilidad" de las medidas fiscales (EH Bildu) y su carácter social (Podemos e I-E).
Precisamente sobre fiscalidad trata la primera pregunta enviada por lectores en el turno que arranca. El grupo Independiente de Madres y Padres del IRPF, surgido tras la no devolución en Navarra de las prestaciones por maternidad y paternidad que el Tribunal Supremio declaró exentas en otoño, pregunta a los distintos partidos su postura en este tema y qué harán si gobiernan. Sólo Navarra Suma y PSN vuelven a defender la exención y la devolución con carácter retroactivo a los afectados entre 2014 y 2018. El resto alude al sistema de deducciones aprobado a partir de 2019 y Barkos se ampara, como hizo durante su mandato, en el cambio de ley realizado por UPN en 2013.
En el bloque de infraestructuras, el TAV y el Canal de Navarra acaparan todo el protagonismo, dos temas objeto de enfrentamiento en el seno del cuatripartito estos cuatro años. De hecho, EH Bildu, Podemos e I-E manifiestan su postura contraria a un tren "ruinoso, que no vertebrará ni dará rentabilidad y que impactará en el medio ambiente". Desde Navarra Suma, Esparza critica a Barkos haber priorizado por "mantener su sillón de presidenta" en lugar de firmar el acuerdo con el Ministerio de Fomento para desarrollarlo, e ironiza sobre partidos del cuatripartito, como Podemos, que "rechazan infraestructuras que luego usan": "El otro día iba Pablo Iglesias unos asientos delante de mí en el tren de alta velocidad". Chivite también defiende "las grandes infraestructuras que vertebran el territorio" y ataca a Bildu por "estar siempre en contra de ellas". Sobre el Canal, Esparza recrimina a Barkos su "paralización" con "continuos informes técnicos" y acusa a Bildu de "amenazas" a los defensores del embalse. Desde el Gobierno cuestionan las palabras de Esparza y aseguran que fue UPN quien paralizó, durante el mandato de Barcina, la segunda fase.
La educación es el siguiente tema, con dos menciones claras: Skolae y PAI en una legislatura "nefasta", "llena de ceses, dimisiones, paralizaciones y manifestaciones", según la candidata socialista. Y "repleta de esfuerzos", según Barkos, para "revertir los recortes de la etapa anterior", en palabras de Bakartxo Ruiz.
El debate llega a su traca final con un espacio dedicado a los posibles pactos de Gobierno. Navarra Suma, que será la fuerza más votada según las encuentas, defiende la legitimidad de gobernar con el 35% de votos que esperan tener. E interpela a la candidata socialista por preferir una "navarra nacionalista" a un pacto "constitucionalista". Chivite insiste en que sus votos no investirán presidente a Esparza, tampoco a "una presidenta abertzale en una comunidad que no lo es" y que no llegará a ningún acuerdo con EH Bildu: "Quiero liderar un gobierno progresista", asegura. Le responde Barkos, con quien rivaliza para ser la segunda fuerza en votos, quien le sugiere que "no caiga en la tesitura de un gobierno nacionalista o progresista": "Ya hay una presidenta progresista". Desde Bildu, Podemos e I-E confían en poder reeditar la mayoría del cuatripartito y reprochan al PSN por "apoyar históricamente a la derecha" y ser "su muleta".
Llega el minuto de gloria de cada candidato antes de la despedida. Por este orden, Marisa de Simón se presenta como "la izquierda que no se somete a los vaivenes ni a los populismos". María Chivite defiende una "Navarra foral, igualitaria e innovadora". Mikel Buil asegura que Podemos es la garantía de "quien mira al futuro sin dejar a nadie atrás". Bakartxo Ruiz define su voto como el de la "certeza para garantizar el cambio social con más profundidad". Uxue Barkos apela a su gestión y responsabilidad "con proyección de futuro". Y Javier Esparza asegura que su propuesta es la de "los navarros que quieren una Navarra foral española y europea sin nacionalismos ni Bildu en el Gobierno".