Los tres miembros de 'La Manada' salen de la cárcel en coches de dos navarros

De los tres vehículos que esperaban fuera de la cárcel de Pamplona a los tres condenados, uno pertenencia a un vecino de la cuenca de Pamplona y otro a un joven de la Ribera. En el coche en el que abandonaron dos de ellos la prisión eran visibles un rótulo con una alusión a la Ribera, así como dos pegatinas con un mapa de Navarra y otro de Euskal Herria. Uno de los vehículos lo conducía un joven que en principio no habría pasado por la prisión pamplonesa, por lo que se desconoce la relación entre ellos. Antes de salir de la cárcel, los cinco miembros de ''La Manada'' abonaron la fianza de 6.000 euros a última hora de la mañana. Como el mandamiento de libertad llegó a primera hora de la tarde, la salida se demoró varias horas entre formalismos burocráticos, recogida de pertenencias y despedidas de otros internos. Los cinco miembros de ''La Manada'' abandonan las prisiones de Alcalá de Henares y Pamplona Pasaba un minuto de las seis de la tarde. Los tres miembros de 'La Manada' ingresados en la prisión de Pamplona aparecieron por la puerta del edificio y empezaron a bajar por la rampa. Primero, José Angel Prenda acompañado de un funcionario, y detrás Ángel Boza y Jesús Escudero empujando un carro donde transportaban sus pertenencias. Casi dos años después de entrar en la cárcel, los condenados a 9 años por la violación de una joven en los Sanfermines de 2016 abandonaban la prisión. Mientras se resuelven los recursos, vivirán en libertad provisional. Afuera les esperaban tres vehículos y un furgón de Policía Nacional. Los tres sevillanos pasaron el control de seguridad y salieron a pie al exterior. Se montaron en los coches y comenzaron a descender por la carretera. Al fondo, a unos doscientos metros, esperaba medio centenar de periodistas y cámaras (alguno llevaba apostado ahí desde las siete de la mañana), así como media docena de personas que había ido a protestar por su salida. El primer vehículo, en el que viajaban Prenda y Escudero, aceleró bruscamente y entre petardazos del tubo de escape y volantazos, y a toda velocidad, pasó delante del grupo. Detrás, los otros dos vehículos a un paso más tranquilo y el furgón de Policía Nacional. Entre los insultos de los congregados, se perdieron por el polígono de Agustinos. Una hora y media más tarde, los otros dos condenados, el guardia civil Antonio Manuel Guerrero y el militar Alfonso Jesús Cabezuelo , abandonaban la prisión de Alcalá-Meco en taxi. Si su destino era Sevilla, los excarcelados en Pamplona no podrán pasar por la Comunidad de Madrid, donde reside la víctima. Esta es una de las exigencias que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha impuesto a los cinco para poder salir en libertad condicional. Los razonamientos del tribunal se conocieron este jueves por la mañana, con la notificación del auto. Los dos magistrados subrayan que la enorme repercusión mediática del caso y la magnitud de la presión social sobre los condenados, así como la pérdida de su anonimato, hace “impensable” que puedan cometer algún delito de la misma naturaleza si salen de prisión. A su entender, tampoco hay indicios de que exista riesgo de fuga ni tampoco de que vayan a actuar contra la víctima. Los dos jueces citan numerosas resoluciones del Tribunal Constitucional para concluir que extender la prórroga de prisión provisional por encima del tope de los dos años (se cumplía el próximo 7 de julio) “no es algo automático” sino que solo debe adoptarse en situaciones muy restrictivas. Añaden que los motivos por los que se les denegó la libertad provisional por tres veces ya no se sostienen una vez pasado el juicio, “ya que entonces, entre otras razones, se indicaba la posibilidad de imponer a los acusados penas de 80 años de prisión”. De los 25 años que llegaron a solicitarse en el juicio, el auto recuerda que se han impuesto 9 y que la sentencia cuenta con un voto particular partidario de la absolución, lo que significa “una notable reducción de las penas”. “Las acusaciones pretenden minimizar esta reducción con el razonamiento de que la condena es por un delito grave y con una pena grave, y que es suficiente por sí sola de justificar la prórroga. Pero según el Tribunal Constitucional, no es suficiente”. Los magistrados afirman que tampoco pueden tener en cuenta la posibilidad de que esas penas se vean incrementadas con los recursos, como alegaron las acusaciones, pues esa posibilidad puede “contrarrestarse” con la contraria, y es que pueden ser absueltos. A la hora de analizar posibles riesgos que justifiquen la prórroga de la prisión provisional, el auto explica que el arraigo social y familiar de los acusados no ha sido cuestionado por ninguna parte, por lo que no existe riesgo de fuga. Además, añade, consta la insolvencia económica de todos ellos. Sobre el riesgo de reiteración delictiva, el tribunal recuerda que dos años después el caso de Pozoblanco sigue en fase de instrucción y sin auto de procesamiento (ayer se declaró compleja para seguir con la investigación). Y agregan que ninguno de ellos cuenta con antecedentes penales. Por último, destacan que la repercusión pública que ha tenido este caso y la presión que ha desatado “han alimentado un rechazo social de tal magnitud respecto a los cinco acusados que permite cuestionar fundadamente ese riesgo de reiteración”: “Todo ello hace presumir unas extraordinarias dificultades para que puedan desarrollar una vida social normalizada en libertad. Todo ello, junto con la pérdida de su anonimato, hace poco menos que impensable el riesgo de reiteración delictiva”. El tribunal tampoco ve indicios de que los condenados puedan actuar contra bienes jurídicos de la víctima, pues viven a 500 kilómetros y para evitarlo existen otras medidas “menos gravosas” que la cárcel, como es la prohibición de entrar en Madrid.

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Los tres ingresados en la prisión de Pamplona salieron a las seis y los otros dos a las 19.30 horas

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