Deporte rural
Iker Vicente: "Si he quedado subcampeón del mundo dos veces, quiere decir que algún año puedo ganar"
El nivel deportivo de Iker Vicente traspasa la muga. En el último mes el de Ochagavía ha estado en Australia, donde ha estado en el Mundial de rapidez, en el que ha sido segundo

Publicado el 25/04/2023 a las 06:00
¿Puede un deportista de resistencia transformarse en un buen velocista? En la aizkora, sí. El caso más claro es el del navarro Iker Vicente. El número uno en País Vasco y Navarra -ganador de torneos individuales, por parejas y desafíos, todos con trabajos de fondo con varios troncos que cortar- es competitivo al corte de un solo tronco a la máxima velocidad. Tanto que ha quedado subcampeón del mundo por segunda vez. Recién llegado de su experiencia en Australia, Vicente trabaja estos días en readaptarse como fondista. El año que viene volverá a Australia, a por el campeonato.
Usted no se fue a Australia de vacaciones.
No, para nada. Desde un mes antes ya me puse a preparar el Mundial de rapidez y a hacer trabajos más cortos para hacer el cuerpo a esa forma de cortar. Luego he estado allí un mes compitiendo. Llevaba sin ir desde 2019, y pensaba que me iba a costar mucho más adaptarme al corte de un solo tronco, pero no. Cada día me he visto mejor.
¿Cómo fue su aterrizaje en Australia?
Viajé el 15 de marzo, me instalé en casa de O’Toole, planificamos el trabajo y el 16 ya estábamos entrenando con las hachas nuevas y la madera de eucalipto.
¿Cómo es de diferente la aizkora aquí comparada con la de Australia?
Son totalmente distintas en todo. Las hachas que tenemos aquí no me valen en Australia. La boca y el filo de las hachas australianas son más grandes, los mangos son más largos, pesan medio kilo más. Las de aquí pesan dos y medio, con las de allí yo podía cortar bien con las de tres kilos, más no podía. 500 gramos en un hacha es un mundo.
¿Es muy diferente cortar haya que eucalipto?
Totalmente. Aquí se corta haya porque es una madera muy noble y por tradición. El eucalipto es una madera muy dura con una particularidad, es todo al revés. El haya, por ejemplo, es más blanda por fuera y el centro es lo más duro del tronco, es el corazón. En el eucalipto la madera de fuera es muy dura y el centro más blanda.
El corte es distinto, también.
Claro. Aquí, cuando cortamos el haya, la astilla va saltando hacia fuera. En el eucalipto la astilla no salta, se queda colgando del tronco. Y hay que usar una técnica diferente, hay que cortar y limpiar al mismo tiempo.
Y todo en un esfuerzo superexplosivo para cortar un solo tronco de 375 mm.
Es muy muy explosivo, la duración depende mucho del tronco. Hay quien ha cortado en 35 segundos, y otros en minuto y medio, depende de la dureza. La madera blanda es mejor para los cortadores grandes y explosivos, la más dura, para gente con más resistencia como yo. Lo que está claro es que tienes que salir a morirte desde el primer hachazo hasta el último.
Y no se piensa.
No, no hay estrategia. Es cortar, cortar y cortar, pegándole con todo el alma en cada golpe. A mí, que estoy acostumbrado a cortes de 45 minutos, uno se me hace demasiado corto.
Usted llegó a la final, pero la competición era de 12 días.
Sí. Al final son 12 días de competición en los que tienes que pasar eliminatorias y sumando puntos de hándicap. Al último día de competición llegamos 40, nos agrupan en cuatro eliminatorias y pasan dos por grupo a la final. Yo tenía un buen hándicap porque la vez que estuve en 2019 quedé segundo. Salvo los diez primeros, el resto se tiene que ir ganando los puntos en esos días de competición.
¿Cuántas veces cortaba cada día?
Tres o cuatro veces. Es un esfuerzo muy explosivo y tienes que ir controlando. No puedes cortar siempre a tope.
¿Cómo fue la final?
Cuando llegué al torneo me quedé sorprendido porque desde el principio me vi entre los mejores. Un día le ganaba a uno, otro a otro. En la eliminatoria estaba más nervioso que en la propia final, porque pasaban dos de cada manga. La final la hice entre ilusionado y tranquilo. Fue a tope a por el primer puesto. Aunque sí que es verdad que cuando me vi con esos siete toros pensé, ¿dónde me he metido con estas bestias? Fui a tope, y me salió como esperaba. Hice un corte técnicamente perfecto, pero O’Toole me ganó y bastante bien. Yo hice 1:09, buen tiempo. Me sacó seis segundos, que a un tronco es un montón.
A usted le ganó O´Toole, que es buen amigo y con quien ha convivido en su casa este mes.
Cuando fui a Australia por primera vez yo era un niño y O’Toole era el campeón, y ni de coña se pensaba que un día le iba a hacer frente. Con el paso de los años hemos hecho una amistad muy buena. En Australia vivo en su casa, preparo con él el material... y cuando viene aquí, vive en mi casa. Él me decía que me veía mejor a mí, de hecho le gané todas las eliminatorias, pero en la final me ganó el muy perro. Me estaba engañando igual.
¿Volverá? ¿será campeón?
Si volveré, pero es muy difícil ser campeón porque hay muchísimo nivel y mucha gente de todo el mundo cortando allí. Pero si he quedado dos veces subcampeón del mundo es que puedo estar en la pelea por ganar, y algún año puedo conseguirlo. Volveré, sin duda.
Esto no para.
Qué va. En cuanto vine ya estaba mi padre esperándome para empezar a entrenar para los campeonatos que tenemos. Y la verdad es que cuesta mucho volver a hacer trabajos largos, yo calculo que tardaré un mes en volver a ponerme bien.