Luis González Obregozo: "En el deporte base hay que educar"

El exárbitro Luis González Obregozo (27 de diciembre 1966, Pamplona) es una de tantas personas que cada fin de semana se esfuerzan por que el respeto y los valores reinen en los recintos deportivos. Desde hace cuatro años, cuando se creó la figura del DVT, acude a dos o tres partidos cada fin de semana, todos ellos de categoría infantil o cadete. La Oficina de Mediación del Instituto Navarro del Deporte es un servicio público que se encarga de prevenir y resolver conflictos. Entre los distintos servicios que ofrece, destacan los delegados de Valores en el Terreno de Juego (DVTs). Son personas, formadas previamente, que acuden a partidos de categorías inferiores de fútbol, baloncesto y balonmano en los que se prevé un conflicto. Usted proviene del mundo del arbitraje, ¿no? Sí, he sido árbitro de fútbol durante muchos años, y presidente del Comité de Árbitros entre 2016 y 2018. Siempre tiro hacia proteger un poco al colegiado, que es el deportista que más problemas tiene. Por ejemplo, hace dos sábados en Larrabide, ¿cuál fue su actuación paso por paso? Lo primero que hago al llegar es presentarme a ambos equipos, tanto al delegado local como al visitante. A continuación, me presento al árbitro. Este ya es consciente de que voy a estar porque le aparece en su señalamiento. Y después, me presento a ambas aficiones. Voy en todo momento identificado con una tarjeta de DVT. Les explico cuál es mi labor allí. Y, a partir de ahí, me dedico a estar en el partido para comprobar que hay deportividad y buen ambiente. ¿Qué persigue? Que en el deporte base primen los valores por delante del resultado. Pero sí que es verdad que mi trabajo, principalmente, se centra en los árbitros. En estas categorías son chicos y chicas jóvenes, que están empezando. Como digo yo, son el tercer equipo y no tienen afición. Los locales tienen su afición, los visitantes la suya… Y los árbitros quedan desprotegidos. Normalmente, las frustraciones y la ira de la gente suelen ir a parar a ellos. ¿Ha notado una mejoría desde que empezó? Es mi cuarta temporada, estoy desde el inicio de esta figura. En este tiempo se ha notado una evolución positiva. Pero sí que es verdad que queda mucho camino por recorrer. Mucha formación, mucha educación… No llegamos a todo lo que quisiéramos, porque hay infinidad de partidos en los tres deportes. Pero cada vez abarcamos más. Yo, por ejemplo, hago dos o tres partidos cada fin de semana. Y poco a poco se nota que hay más educación y respeto. ¿La mejor experiencia que haya vivido en estos cuatro años? Afortunadamente, la mayoría de los partidos transcurren con normalidad. Un ejemplo positivo es uno que me ocurrió hace poco. En el colegio Luis Amigó, en un partido de categoría infantil, ambas aficiones hicieron un pasillo tipo rugby a los jugadores al finalizar el partido. Fue fenomenal, me pareció precioso. Un gesto que ojalá se repitiera con asiduidad. ¿Y la peor? Como experiencia negativa, el año pasado en categoría cadete tuvo que intervenir la policía en un partido. Los jóvenes aficionados se habían citado por redes sociales y aquello se volvió totalmente ingobernable. La verdad es que me fui a casa muy frustrado, porque es triste que pase eso en categorías tan bajas. Pero bueno, fue un incidente aislado, afortunadamente. ¿Se acabará en algún momento con la violencia física y verbal? Ojalá, pero es muy complicado. Porque sigue habiendo una minoría que antepone el resultado a la formación que, en estas categorías, es imprescindible. Pero tenemos problemas con padres y madres que creen que sus hijos van a ser deportistas de élite desde los inicios. Y no valoran que antes que eso hay que ser personas. Primero hay que educar en el deporte. Programas y formaciones destacan en la labor del IND que, después del leve repunte de conflictos tras la pandemia, ha vuelto a la normalidad “Logran que el conflicto no suba, se rebaje e incluyo se lleguen a alianzas entre las partes. Donde van, se nota. Es bonito eso”. Así definen desde la Oficina de Mediación del IND, la labor de los DVTs. Las funciones de este estamento son muchas, pero se resumen en los tres procesos básicos y puntuales que caracterizan a la mediación. En primer lugar, está la labor preventiva. Esta se trabaja mediante formaciones que van directas a la raíz de los problemas. Un ejemplo es el Plan de Formación Online. Adaptado a los nuevos tiempos, consiste en enseñar mediante el método I-Learning. Es un formato que el IND utiliza mediante vídeos cortos que van seguidos de un pequeño cuestionario tipo test. Con la idea de lanzar cinco cursos por año, van camino de comenzar el tercero. Este consistirá en el Uso de las tecnologías en el ámbito deportivo. “Tenemos ya muchas personas interesadas en participar”, afirman en la Oficina, donde indican que en el primer curso contaron con unos 850 inscritos. La segunda pata de la mediación pasa por la labor reparativa. Esta consiste en aportar ideas para resolver los conflictos una vez ya han sucedido. En caso de no encontrarse la solución, se llega a la tercera fase, que son las sesiones de mediación presenciales. “Este momento llega cuando el conflicto es grave. Con una persona en medio, se cita a las personas afectadas y estas, mediante el diálogo, tratan de resolverlo”, explican. Los implicados pueden ser cualquier persona que rodea un evento deportivo. Público, jugadores, estamento arbitral, técnicos… La causa de ellos, muchas veces, procede de la violencia verbal. Y quienes la sufren, en gran medida, son los árbitros. “Están solos y es muy fácil cargar contra ellos. Una parte de la población tiende a desahogarse sin control emocional”, dicen. Todo esto no ocurriría si un problema social estuviera solucionado. “Nos hace falta cultura del respeto hacia el trabajo de otra persona”, recalcan. El fútbol, por el número de licencias, carga a sus espaldas con un mayor número de conflictos. A pesar de ello, destaca que los clubes están muy predispuestos a ayudar. “En el fútbol es donde más se trabaja la Formación en Valores”, inciden desde el IND. Tras la pandemia se notó “un incremento en los conflictos verbales de familias”. La normalidad parece haberse recuperado ya en 2023. Un año en el que los momentos negativos destacan en categorías cadete y juvenil. Son dinámicas que van variando, pero que se van reduciendo gracias a la labor de tanta gente que lucha porque los buenos valores reinen en el deporte.

Luis González Obregozo: "En el deporte base hay que educar"

Con la experiencia de haber estado ligado al arbitraje durante más de 40 años, el pamplonés Luis González Obregozo es ahora uno de tantos DVTs de los que dispone el IND para evitar y resolver conflictos en recintos deportivos

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