Ha cambiado la piscina de oro en la que se sumergió el domingo por una playa en la costa castellonense, la de
Alcocéber. Apenas unas horas después de
proclamarse campeón del mundo,
Alberto Munárriz viajaba con su familia para disfrutar, por fin, de unas vacaciones especiales, las primeras con un título mundial en el bolsillo. El navarro vivió su mayor éxito en
Budapest tras una final agónica frente a
Italia, que se resolvió en la tanda de penaltis, y, tras viajar ayer por la mañana con la selección, ya descansa... pero con otro objetivo en la mente, el
Europeo. Porque Munárriz es una máquina competitiva y, una vez tocado el cielo, no quiere bajar de él.
¿Cómo se siente tras proclamarse campeón del mundo?
Muy contento -ríe-. También un poco aliviado, aunque suene mal. España lo está haciendo muy bien, hemos conseguido estar en cuatro de las últimas cinco finales de los grandes torneos que ha habido, pero teníamos eso dentro. Habíamos perdido dos finales en los penaltis y ayer la ganamos de esa manera. Un lanzamiento, un error... Lo veo más suerte que otra cosa. Pero teníamos la sensación de que debíamos ganar una final de verdad, de salir a por ella, de decir que estábamos preparados. Hemos crecido mucho como grupo y ha habido un proceso.Perder aquellos partidos nos ha preparado para ganar, porque cuantos más partidos de éstos juegas, más preparado estás para lo que pueda venir. Lo quiero ver como un peaje que hemos pagado. A partir de ahora, lo vamos a ver todo de otra manera. Cada partido que llegue lo afrontaremos como algo que podemos lograr. Por eso siento alivio. Alivio y confianza, una mezcla de los dos.
Es totalmente lógico. Son una gran generación y merecían ese oro. El entrenador, David Martín, ha manifestado que se sintió más tranquilo de lo que esperaba tras la victoria y que le hacía feliz ver a sus jugadores celebrarlo en el agua, incluso llorando. ¿Cómo recuerda esos momentos?
Al principio, no te lo crees. Ninguno de nosotros lo había vivido nunca. Ni Felipe (Perrone), que había jugado su décimo mundial y es uno de los mejores jugadores de la historia. Ganar en el deporte no es fácil. No pensábamos mucho, estábamos eufóricos, como en un sueño. No te enterabas bien, es como si no fuera real. Disfrutamos del momento.
En la grada estaban su mujer, Teresa, sus padres, su suegro. Se le vio abrazarles enseguida. ¿Se dice algo en ese instante?
Fue muy guay, porque la piscina tiene cerca la granda, habíamos conseguido las entradas en unos boxes que estaban abajo del todo. Cuando acabó el partido, sabía que los tenía ahí y eso es lo bonito. Lo primero celebrarlo con tus compañeros y después con la gente que te apoya cada día, que es tu familia.
¿Recuerda algo que le dijeran?
No, te abrazas, ellos están felices, tú también. Son momentos muy guais para vivir y tuve la suerte de que ellos estuvieran ahí para vivirlos conmigo.
El partido fue una montaña rusa, como su actuación. Empezó de la mejor forma, con dos goles, intentó varios más, el equipo consiguió una ventaja de 4 goles, pero en el último parcial Italia empató. En los penaltis, Alberto falla el suyo, pero al final llega el oro. ¿Cómo se digiere todo eso?
En mi caso, no jugué muy bien el final. Estuve todo el partido bastante cómodo, me sentía bien y sentía que España estaba siendo mejor que Italia. Jugamos mejor y somos los que mejor waterpolo hemos jugado en Budapest. Pero también nos ha pasado otras veces y no hemos ganado. Pero esta vez íbamos ganando. Entonces pasó lo del tiempo muerto -un jugador español tocó accidentalmente los pivotes que señalan la solicitud de tiempo muerto para los entrenadores y se pitó penalti en contra-, se pusieron a dos goles, luego a uno y empiezas a pensar: “No puede ser otra vez”. Nos pasó en los Juegos contra Serbia hace un año. Ese último cuarto para mí sí fue una montaña rusa. Encima después del tiempo muerto perdí una pelota, luego el penalti... Iba cuesta abajo y sin frenos -exclama-. Pero por suerte, en los penaltis no sólo fallo yo, hay otros que fallan o que el portero acierta, y quedó en una anécdota.
¿Qué había detrás de la sonrisa y la tranquilidad con la que se le vio recibir la medalla de oro en el podio?
Paz, por haberlo conseguido, y también deseo de volver a hacerlo. No lo había vivido nunca pero es una sensación muy bonita. Quería disfrutar el momento y pensar en que tenemos que conseguirlo más veces.
Felipe Perrone, el más veterano del equipo, también ha dicho algo parecido. Le han preguntado qué hay después de un oro y ha contestado que ir a por más.
Lo pensamos de verdad. Tenemos muy buen equipo y en este torneo hemos jugado bien. Podemos seguir mejorando y tener opciones. Ahora que hemos probado lo que es ganar, vamos a por más. Han sido muchos años esperando y sentimos que estamos preparados para estar en la lucha. Queremos competir.
Ahora tienen un parón, pero tienen otro reto, el Europeo de Split, que se disputa entre el 28 de agosto y el 10 de septiembre.
Yo tengo 3 semanas de vacaciones, aunque otros jugadores van a disputar la Superfinal de la Liga Mundial. Después empezaremos a preparar el Europeo, con muchas ganas. Queremos seguir viviendo cosas así.
Hace unos meses hablábamos de aquella lesión que le tuvo parado a principio de temporada, y desde entonces todo ha ido hacia arriba, hacia lo máximo. Quién se lo iba a decir entonces...
Sí... Entonces no lo piensas.Cuando te duele algo solo piensas en solucionarlo y que se vaya. Lo bueno es que casi todas las lesiones las olvidas. Ya ni me acuerdo de que estuve casi un año parado por la rodilla, o que tuve una hernia de la que me operé esta temporada. Lo he borrado.
Ahora le toca descansar y disfrutar. ¿Va a nadar mucho en el mar?
No, no -ríe-. Me bañaré, ya me tocará. Voy a parar diez días y luego me pondré a hacer algo, porque si no te empiezas a mover luego lo pagas.
Nombre Alberto Munárriz Egaña
Fecha de nacimiento Pamplona, 19-5-1994
Trayectoria nueve ligas con su equipo, el Zodiac Atlètic Barceloneta (entre 2014 y 2022); con la selección absoluta, dos veces olímpico (séptimo en Río 2016 y cuarto en Tokio 2020) subcampeón europeo en Barcelona 2018 y Budapest 2020 y mundial en Gwangju 2018, campeón mundial 2020