Deporte Base
Natación artística: Un baile para la inclusión
El sábado 28 de mayo, por primera vez en Navarra, una niña con síndrome de Down, Olaia Blanco, participó en los Juegos Deportivos de Navarra en natación artística con el equipo Berriozar Sinkro
- Lucía Valero Roncal
Bailar en el agua no es fácil y hacerlo al ritmo de una canción lo hace aún más complicado. La natación artística requiere un volumen de entrenamiento muy exigente ya que se combina la gimnasia con el baile. Se puede realizar en pareja, individual o en equipo ya sea en ejercicio libre o técnico.
La Federación Navarra de Natación cuenta con en torno a 2.138 licencias, de las cuales 160 son de natación artística, en los Juegos Deportivos de Navarra. Se han disputado dos jornadas en la modalidad de figuras y el sábado 28 de mayo se celebró la competición de rutinas. Llevan ahora el 50% de la parte técnica de la puntuación, que es la de figuras. La otra mitad de los puntos viene de las rutinas, que representa más la parte del baile. De esta manera, se hace un análisis técnico más amplio de los equipos y deportistas individualmente.
Ese sábado, la piscina de Guelbenzu acogió la tercera jornada de los Juegos Deportivos de Navarra con casi 100 participantes de la categoría alevín e infantil. El sistema de competición se dividió en duetos y equipos. La rutina podía empezar desde dentro o fuera del agua y en la categoría de equipos, debía componerse por un mínimo de cuatro y un máximo de doce componentes.
Entre las normas, las participantes no pueden tocar el suelo durante la rutina. Los jueces valoran tres parámetros diferentes: la ejecución técnica, la dificultad y la impresión artística. La primera y tercera valen un 30% de la puntuación cada una, mientras que la dificultad es la que más se valora con un 40%. El vestuario, maquillaje o la escena previa a lanzarse al agua no se valora, pero si influye en la impresión estética que puedan generar.
Participaron deportistas de cinco equipos diferentes: Berriozar Sinkro, AD San Juan, Club Natación Pamplona, Amaya C.D. y Lekunberri-Larraun C.N.S. Desde las 14:30 horas del sábado, la piscina de Guelbenzu se llenaba de equipos que aprovechaban el tiempo para calentar. La exigencia de este deporte es tanto física como psicológica, con muchas horas de entrenamiento en agua y en seco.
“La natación artística es muy complicada, muy técnica y se desarrolla en un medio que no es el nuestro. Hacemos lo mejor posible y en Navarra se ha desarrollado muy bien”, explica Yanelis Guebara, entrenadora del Club Natación Pamplona. En este club, entrenan 3 horas semanas con una hora de seco.
En Navarra, los equipos de natación artística sufren con el tema de los espacios. “Comparativamente con la natación, por poner un ejemplo, una nadadora de natación tradicional entrena de lunes a viernes una hora y media cada día, y una nadadora de artística lo hace 2 días a la semana”, cuenta Miriam Insausti, entrenadora del Berriozar Sinkro. Otro de los problemas es la falta de equipos subacuáticos para realizar un mejor entreno. “Los equipos de música subacuáticos de mejor calidad con los que necesitamos trabajar son caros y por lo general, no se tiene presupuesto para adquirirlos”.
La modalidad que se disputó el sábado 28, la de figuras, es la que más disfrutan las jóvenes deportistas. “Prefieren más la rutina pero la parte técnica está muy bien porque, una vez que practican todo, lo demás sale rodado. Es menos divertida, pero es en la que luego se ven mejores resultados”, cuenta la entrenadora del Club Natación Pamplona. El sábado se pudieron escuchar diferentes canciones como Shot Me Down de David Guetta o We Go Together de la película Grease. Cada una de ellas con una coreografía diferente, que en general es la entrenadora las que la diseña. “Con las niñas mayores dejo que hagan aportaciones, que ellas participen porque de eso se trata, de dar cabida a todas”. La modalidad también se tiene en cuenta a la hora de diseñar la coreografía. “Es un mundo porque luego tienes que ver qué tipo de música pega más a tus deportistas. Tienes unas más fuertes y otras veces son más melancólicas”, detalla Yanelis Guebara.
UN ESTRENO A LO GRANDE
El sábado, por primera vez en Navarra, una niña con síndrome de Down participó en natación artística con el Berriozar Sinkro. Lo hizo en la categoría preswimmer, en la que participan aquellos equipos que no llegan a una puntuación determinada pero quieren formar parte de la competición.
Miriam Insausti, la entrenadora de Berriozar Sinkro, fue la encargada de preparar a Olaia Blanco Flores durante varios meses para poder participar el sábado junto con otras cuatro niñas sin habilidades especiales. Empezó poco a poco a trabajar con Olaia de forma individual y le fue enseñando movimientos en el agua. “Olaia empezó a trabajar con ellas después de Navidad, pero de forma individual llevo desde antes preparando trocitos cortos”, explica Insausti.
Miriam Insausti ya trabajaba con ella en la piscina y la clave para que Olaia se fuera aprendiendo los movimientos fue la repetición y la imitación. El sábado, después de los duetos, fue el turno de Berriozar Sinkro, equipo formado por Ainara, Olaia, Daniela, Paulina y Andrea. Antes de iniciar la coreografía, Miriam Insausti pronunció unas palabras sobre la importancia que se debe prestar a este tipo de inclusiones. “La magia de este deporte es que puede crear un espacio inclusivo, tan importante para la vida. Hoy (por el sábado) pueden disfrutar Olaia y sus compañeras de equipo. Las aportaciones físicas, psicológicas y sociales que reúne el agua y la música son fuentes principales de disfrute y aprendizaje”.
Así, entre el aplauso de la gente el equipo preswimmer de Berriozar entró al agua y se puso a realizar la rutina, la música elegida fue Enemy de Imagine Dragons. La entrenadora Miriam Insausti estaba colocada en un lado de piscina dando indicaciones a Olaia. Entre todas consiguieron realizar la coreografía de manera ordenada. Entre el aplauso del público salieron de la piscina con una sonrisa.
Los padres de Olaia también presenciaron la actuación. “Olaia hace danza y teatro y actúa también en otros sitios. El tema de estar frente al público no le resulta extraño. La natación siempre le ha gustado. Miriam apostó por Olaia y por qué no”, cuenta Amaia Flores, madre de la joven deportista. El viernes incluso Olaia ya participó en la exhibición de la piscina de Berriozar. “Fue una sensación que el padre al final de la exhibición me dijo que se había puesto a llorar. Al final es ver a tu hija haciendo algo que no es lo cotidiano”, explica Miriam Insausti.
Las compañeras de Olaia la ayudaban en todo momento, para ellas era también una experiencia nueva. “Es muy importante para ella y los demás, tienen que darle visibilidad. Al grupo con el que está le ha venido bien porque crea valores y aprenden muchas cosas de estar con gente con habilidades especiales”, detalla Amaia Flores.
La entrenadora Miriam Insausti estaba totalmente satisfecha del trabajo conseguido con Olaia y sus compañeras. “Como su entrenadora es sentir la satisfacción de ver, tanto en entrenamientos como aquí, la sonrisa y la alegría de Olaia También, de dar la posibilidad a sus compañeras de equipo de compartir esta experiencia de crecimiento personal de ayudar, enseñar, convivir y sobre todo dar naturalidad a esta situación”.
Después de las chicas de Berriozar Sinkro, otro equipo de Anaitasuna también participó en preswimmer. Tras estas dos actuaciones fue el turno de las rutinas por grupos. Uno tras otro, fueron saliendo las nadadoras de los diferentes equipos y categorías. Completaban una rutina de 2 minutos y 50 segundos. En todo momento, el público estaba totalmente volcado en animar a las participantes. En algunas ocasiones, la entrenadora se ponía en un lado con una vara de hierro para ir llevando el ritmo de la música y que las nadadoras pudieran seguirlo bajo el agua.
Mañana hay otra cita para la natación artística navarra con el Campeonato Navarro de rutinas técnicas y libres.
ETIQUETAS