Un jugador de Osasuna que el sábado dispute la final de Copa ante el Madrid va a recorrer entre 10 y 14 kilómetros corriendo en los 90 minutos de juego. Un tiempo en el que la maquinaria muscular y el sistema cardiovascular va a consumir alrededor de 900 calorías para poder rendir a un buen nivel. ¿Es mucho o es poco el gasto? ¿qué combustible hace falta para que el rendimiento de los jugadores sea el óptimo?
“Un partido de fútbol supone un volumen de trabajo muy inferior, por ejemplo a una etapa de ciclismo. Pero en cuanto a intensidad es proporcionalmente mucho mayor, porque todos los esfuerzos son maximales. Es un gasto energético que no tiene unos números fijos. Depende de la intensidad del juego, de dónde juegue ese futbolista de su posición, de cuánto tiempo juegue, de su intervención en el propio juego”, comenta el nutricionista de Osasuna. “Si hay una prórroga, esa media hora más de juego es un gasto mayor. Un gasto de 900 calorías en 10 kilómetros en ese tiempo es intenso”.
Ante un esfuerzo tan delimitado en tiempo y forma hay una palabra clave: carbohidrato. De ahí proviene la mayor parte de la gasolina que emplea un futbolista en el campo.
ENSEÑARLES A COMER
El guipuzcoano Aitor Ugalde fue ciclista, llegó hasta la categoría amateur. Vino a Pamplona a estudiar Farmacia y Dietética en la Universidad de Navarra. Después comenzó a trabajar con deportistas de todo tipo. Hace tres años, una amiga suya que trabaja como dietista en la Real Sociedad le dijo que Osasuna buscaba alguien de ese perfil. Echó el currículum, y desde entonces es el nutricionista de la primera plantilla. Todos los días va y viene de Andoáin. Trabaja mañana, tarde y noche con los futbolistas.
En sus servicios, Ugalde ofrece a la primera plantilla todos los días servicio de comida y cena. Un menú personalizado a las necesidades de cada uno y ajustado a la carga de entrenamiento de cada día. Las comidas son obligatorias, comen en Tajonar o se lo llevan a casa; las cenas, voluntarias. El menú cambia cada semana, los idea Ugalde y los cocinan en Tajonar. Además cada dos semanas a los jugadores se les miden los pliegues de grasa corporal.
“Hay jugadores que comen aquí o que se lo llevan a casa. No tengo un vestuario difícil de gestionar. Cuando entras no te conocen, eres el malo de la película porque creen que les vas a quitar la comida, a medir la grasa y el que dice quién está gordo y quién está bien”, explica. “Con el tiempo se dan cuenta que tú estás aquí por su bien y que actúas no en su contra sino que se actúa para que el futbolista esté bien y no sufra lesiones. Comer mejor implica estar saludable, y estar saludable implica un mejor rendimiento. No es comer mejor para rendir mejor, el epicentro de la salud es estar bien, en la salud”.
EL PLAN ÚNICO DE SEVILLA
Desde que Aitor Ugalde llegó a Osasuna ha ido implantando un modo de funcionar en los partidos. La comida previa se hace cuatro horas antes del pitido inicial, el proceso de hidratación para llegar en condiciones se hace en el tiempo de descanso entre la siesta y la llegada al campo de forma progresiva. Pero claro, la final de mañana se celebra a las diez de la noche. Un horario muy poco habitual.
“Le vamos a dar mucha importancia al día previo al partido y a todas las ingestas previas hasta la comida. La carga de hidratos de carbono la vamos a hacer desde el viernes”, apunta Ugalde. “La carga la hacemos antes por si hay algún jugador al que no le entra la comida por los nervios propios de la final, porque las horas no son las habituales... de esta manera nos aseguramos que los depósitos de glucógeno están llenos a nivel muscular”.
En esas circunstancias, el responsable de nutrición de Osasuna ha ideado una estrategia específica de provisión de hidratos. Cena con carga el viernes por la noche como si se jugara el sábado a las 2 de la tarde, desayuno alto en hidratos entre 8 y 10 de la mañana, comida de alta carga a las 13:30 horas y una merienda prepartido a las 18.30 (fruta, tostadas, cereales o arroz). Y pequeños aportes en los momentos previos. Una pieza de fruta, una barrita energética, o un pastelito de arroz de los que emplean los ciclistas en carrera.
No tengo un vestuario difícil de gestionar. Cuando entras no te conocen, eres el malo de la película, creen que les vas a quitar la comida, a medir la grasa y el que dice quién está gordo y quién está bien. Con el tiempo se dan cuenta que tú estás aquí por su bien.
Aitor Ugalde. Dietista de Osasuna
En el descanso Ugalde propone para los futbolistas un aporte de hidratos de carbono que sean fáciles de asimilar con bebidas energéticas, geles de glucosa y gominolas energéticas. “Un ejercicio tan intenso hace que la función digestiva y el apetito se inhiben, no apetece comer, pero el azúcar en forma de bebida se digieron fácil”, comenta Ugalde. “Con los años les conoces y sabes qué gusto tiene cada uno y qué le sienta mejor a cada uno”.
Y el enemigo invisible que aguarda a los rojillos, el calor. Se esperan 32 grados durante la tarde, 25 a la hora del partido. “Me preocupa la hipertermia, no hemos entrenado tanto en ambientes calurosos y la adaptación de los jugadores”, explica. “Se trabaja con ingesta de bebidas frías, en el descanso se les aplica una toalla mojada que bajen la temperatura corporal”, comenta Ugalde.
La final ante el Madrid es una cita única en la historia de Osasuna, que va a estar en pequeños detalles, entre ellos la comida.
EL MENÚ DE OSASUNA PARA LA FINAL
COMIDA PREPARTIDO (buffet)
1 Entrantes
Pasta.
Arroz.
Boniato.
patata cocida.
Ensaladas variadas.
Puré de verduras.
Verduras asadas.
Verdura cocida (judía y espinacas).
2 Segundos
Pollo.
Sepia.
Huevos duros.
Huevos a la plancha.
3 Postres
Arroz con leche.
Fruta.
Zumo de frutas.
MERIENDA PREPARTIDO
Muesli con yogur.
Plátano y dos tortas de arroz.
Barrita energética antes del calentamiento.