Alineados con Osasuna y fieles a David García, su equipo más próximo sintió “orgullo” y “alegría” por la llamada de la selección española. Un reconocimiento al trabajo que han afrontado con constancia para que ahora brille con luz propia. David es el protagonista. José Vilariño, Ioritz Sanz y Javier Fernández sostienen al gigante en un ámbito más específico. Fisioterapeuta y osteópata, preparador físico y nutricionista. El núcleo duro del defensa de moda. Mantienen una estrecha relación en torno a la figura de David, como con otros futbolistas.
El grupo de whatsapp “Team David García” echa humo para tener todo bien atado. Estos días la preparación es a distancia en dirección a Las Rozas y la conversación también girno en torno al viaje a Málaga y Glasgow para estar cerca del rojillo.
Los focos vienen apuntando a David García en los últimos cursos. Ha coleccionado elogios y ha abierto la puerta de la selección. Palabras mayores. Su gente de confianza rebobina hacia atrás para recordar como cambió a todos los niveles hace casi una década. Esos cimientos lucen fuertes ahora. Unos hábitos que pasan por una forma de trabajar, y hasta una manera de descansar. Una preparación exclusiva que está en auge de un tiempo a esta parte . David seguramente fue uno de los adelantados a su tiempo para obtener un plus más allá del trabajo en Tajonar. Es complementario. Un enriquecimiento. Una vuelta de tuerca que en el caso de David ha sido determinante.
Ioritz Sanz (preparador): “Es la consecución de muchos años de trabajo”
“Cuando David no tenía tantos minutos siguió trabajando pensando que llegaría su momento”. Ioritz Sanz (Pamplona, 1991) le guía en la preparación física y señala como clave esos momentos de inactividad en los que la constancia acaba dando resultado a largo plazo. El defensa es fiel reflejo de esa tarea tan invisible como diferencial. “No es lo mismo que llegue un jugador que ya está asentado en esa esfera de la elite, que te llegan estando en la selección, que uno que le hemos visto crecer con nosotros. No tiene precio”, comparte el preparador.
“Le hemos inculcado que aunque no juegue hay que trabajar. Él tenía en su cabeza que tenía que seguir trabajando. Este éxito es fruto del esfuerzo constante sobre todo en momentos donde podría haberse relajado por no jugar. Ahora con el ajetreo de partidos sería difícil cambiar un cuerpo, la armadura está hecha pero en gran parte porque ha aprovechado esos momentos en los cuales otros dejan de trabajar y él no”, desgrana Ioritz, quien señala un ejemplo: “En pandemia, encerrados en casa, trabajaba 5-6 días a la semana con sesiones dobles”.
Tarea en la sombra
Porque no ha sido un camino de rosas hasta recibir la llamada de la selección pasando por mostrar un rendimiento sobresaliente en Osasuna. “Cuando estuvo lesionado con el tendón rotuliano fue un punto de inflexión. Se fue a León y al volver no tuvo el protagonismo esperada. Costó entrar. Hablábamos que cuando le dieran la oportunidad no podía fallar. Él trabajaba pensando en ese momento”, destaca.
Ioritz Sanz destaca esa “base creada” para conseguir que “muscularmente sea un portento”. Cuando juntaron sus caminos, allá por 2016, pesaba 10 kilos menos. “Lo que mueve a niveles de fuerza es una barbaridad y su carácter competitivo me deja perplejo. Tiene mucha confianza en sí mismo, es la clave”.
Una ganancia muscular que le ha permitido desplegar ese poderío tan característico en los duelos. “Es la consecución de muchos años de trabajo, buena alimentación y gestión de lo que rodea a un futbolista. Hacemos un plan a largo plazo, vemos en qué momentos va a estar más exigido y vamos a poder hacer una menor carga de trabajo y al revés. En resumen, una planificación individualizada. Con tantos partidos apenas hay tiempo de pararse. Ha creado una base durante años hasta el punto más alto de su carrera. El cambio ha sido grande y está en ese punto de que está volando, lleva varios años así”, explica.
“Será más perfeccionista”
David García realiza sus ejercicios preventivos en Tajonar, se entrena y a la tarde se ejercita por su cuenta con Ioritz, quien destaca ese grupo de trabajo formado junto a José Vilariño y Javier Fernández. “Ha conseguido generar sus propios hábitos. Creo que además ahora va a querer ser aún más perfeccionista tras este premio”. Añade que en este proceso costoso también está inmerso Aimar Oroz.
“Ha crecido mucho a nivel físico y mental. Era un jugador con más dudas, cometía errores. Él no veía o no utilizaba sus capacidades físicas. Le hacían una pared, le superaban y cortaba de la manera más fácil la jugada. No confiaba en sus facultades. Lo ha sabido leer, ha ido ganando confianza y resuelve mejor esas situaciones”, opina Ioritz.
¿Dónde está el techo de David? “Lo mejor está por llegar, sin duda. A nivel físico poco más se puede mejorar, el trabajo es mantenerlo. Pero la mezcla entre nutrición, entrenamiento y hábitos le puede dar más”, augura. “Cuando empecé con él nadie creía en la relación ganancia de la masa muscular con los beneficios en el fútbol, pocos lo hacían porque se decía que el jugador iba a ser más lento, que había riesgo de lesión y que se producía una pérdida de velocidad. Ese era entonces el mito en el fútbol. Con Aimar también estamos en proceso de ese cambio. Nuestro método es adaptar el entrenamiento a cada jugador, no todos entrenan como David en 2018. No todos comen o entrenan igual”, dice.
José Vilariño (fisio): “Intento equilibrar su cuerpo para que rinda a un nivel óptimo”
Las manos de José Vilariño (Alsasua, 1972) cuidan de David García. Es su fisioterapeuta de confianza, al que acude todas las semanas para que la maquinaria esté siempre a punto. “Se nota el plus de trabajar más allá del entrenamiento. El prepartido empieza días antes con el tratamiento. Yo le hago masaje y osteopatía. Intento equilibrar todo su cuerpo para que esté bien y pueda rendir a un nivel óptimo. Toda la carga del partido la valoramos entre Osasuna y yo. Durante la semana el equipo médico restablece los parámetros y el viernes vuelvo a darle ese puntito”, desvela Vilariño, que trata con futbolistas de primer nivel como Nico Williams y Aymeric Laporte, compañeros de selección.
“Este año no ha parado pese a tener algunas molestias”, confiesa el especialista. Nada ha frenado a un David incombustible. Como un reloj, el defensa rojillo no falta a su cita con él. “Vino a través de Roberto Torres por un problema que tenía en el tendón rotuliano”, recuerda.
Persona de confianza
En aquel entonces, los problemas de rodilla mermaron a David García. “Empezó conmigo siendo joven y se daba cuenta que les iba bien a los jugadores que venían. Es un tratamiento adicional al de Osasuna, donde se hace un buen trabajo. Quería a alguien a nivel personal que le diera su punto de vista. Tenía la tendinopatía y al final le solucionamos el tema. Él quiere estar bien cuidado. No es que esté mal cuidado en Osasuna, pero quiere tener una persona de confianza que en un momento dado pueda sumar”, relata.
Desde ese problema de rodilla casi siempre ha estado a disposición del equipo. “Sigue la estela de muchos jugadores que siempre han estado disponibles, como Robert Navarro (Real Sociedad), que todas las semanas viene a trabajar conmigo, o Roberto Torres, que desde que empezó conmigo con la pubalgia solo ha tenido una lesión de dos semanas. Qué bueno es prevenir en vez de curar”, dice.
¿Cuál es el secreto? “Influye su identidad, su naturaleza y su estructura. Pero tiene que ir acompañado por el trabajo. Ha mejorado un montón. Con Ioritz (preparador) ha mejorado y Javi (nutricionista) le ha ayudado mucho. Entre los tres sumamos. No se concibe un jugador de élite que no trabaje con las tres patas del banco. Incluso añadiría un psicólogo. Fisio, preparador físico, nutricionista y psicólogo”, admite.
De Milosevic a David
Y en esa primera pata, Vilariño abrió camino ya en 2006 con Savo Milosevic. “Él inculcó esa cultura de tener un preparador personal. Salí a trabajar con él al Rubin Kazan. No lo hacía nadie entonces. Es un trabajo que se complementa con el del club”.
El éxito de David es un compendio de detalles que forman parte del plan. “Nadie pisa el terreno de nadie. Yo sumo un poco, otro suma otro poco… Y entre todos hemos sumado para que David esté a día de hoy donde está. Eso sí, es un tío muy constante y eso le ha llevado a mejorar con el paso de los años. Tengo mucha experiencia de trabajar con jugadores y le he visto que poco a poco ha ido creciendo, y también ha ido madurando”, admite.
“A veces hacemos un poco de psicólogos y ofrecemos nuestro punto de vista. Tengo la suerte de conocer a muchos jugadores y algunos lo han pasado mal. Cuando fue a la Cultural le tuve que decir que era mejor dar dos pasos hacia atrás y coger carrerilla. En mi trayectoria como fisio me ha tocado pasar momentos complicados con gente. Le dije : ‘Vete a la Cultural, sé el mejor y vuelve. Pero sé el mejor’. Su fortaleza mental y física le hizo volver bien”, describe.
Vilariño asegura que David García “es una persona que te escucha”, lo cual le lleva a “estar siempre centrado” en la tarea y en el césped. “El entorno familiar y de trabajo que tiene a su alrededor es el idóneo. Está rodeado de buenos amigos y su pareja es una crack. Y yo siempre les he dicho: ‘No creas que vas a recibir todo halagos. Si te tengo que decir una cosa te la diré”.
“Se ha ganado con creces ir a la selección. Para mí, creo que tenía que haber ido antes. Lo que pasa es que jugar en Osasuna no es lo mismo que hacerlo en el Atlético de Madrid o en el Villarreal. Nadie le ha regalado nada. Se lo ha currado a tope con todo. Sobre todo, por la madurez que ha alcanzado. Me siento orgulloso de haber formado parte del camino de su carrera”, expresa.
Javier Fernández (nutricionista): “Ha creado sus propios hábitos”
En 2019, David García decidió dar un paso más en su preparación para seguir los consejos de Javier Fernández (Pamplona, 1994), nutricionista. Todo está medido a base de controles periódicos y las propias sensaciones del jugador. El objetivo: preparar el terreno para que el depósito siempre esté lleno de gasolina. “Ha creado sus propios hábitos, se siente bien, con energía”, indica.
“Basamos todo en función de las analíticas sanguíneas, controlamos la glucosa y todo el perfil hormonal que en el deportista de elite va cambiando en función de los minutos. Se hace una estructura a nivel de suplementación que necesite por dar algún refuerzo y luego la propia alimentación”, describe Fernández. Todo a su debido momento, en función de la exigencia del calendario.
“Lo primero que pedimos es cómo va a ser su semana de trabajo en el club y a partir de ahí planificamos. El trabajo semanal empieza al acabar el partido. Le preguntamos cómo se ha sentido y vemos la semana siguiente, qué día descansa… Conocemos las cargas de trabajo con el club. Ahí empieza nuestro trabajo complementario”, cuenta Javier Fernández.
“Estas últimas semanas ha sido de mucha recuperación, más rápida de lo normal, había menos margen. Jugábamos con eso. Una vez va avanzando la semana, a 48 horas preparamos el partido. Las comidas cambian si juegan en Pamplona o fuera. Suelen dormir en casa si es en El Sadar y la carga de nutrientes la empezamos la noche previa del partido, en el hotel o en casa. Depende de la hora del partido vemos la activación, vemos si toma sales y valoramos protocolos para los descansos”, añade.
La cena y el descanso
En el día a día, la alimentación también cobra especial relevancia a la noche, cuando se produce la ingesta pensando en la sesión del día siguiente. “Hacemos una carga de nutrientes en la cena, y de paso mejoramos el descanso”,
Javier Fernández hila ese componente de la comida con el trabajo físico para que sume en la misma línea. “El entrenamiento de fuerza es vital en los futbolistas, no solo por lo que la consecuencia que tiene a nivel físico y mental. Segregan más testosterona, crea más confianza en sí mismo, más energía, capacidad cognitiva, la opción de crear masa muscular no es grande al tener muchos partidos”, explica.
Por eso, incide, lo que el futbolista hace cuando no hay competición cuenta y mucho. “Esa tarea para ganancia de masa muscular requiere de esos momentos más tranquilos de trabajo aeróbico, por ejemplo el momento antes de empezar la pretemporada y en Navidad es clave”, reflexiona.