Fútbol
El exrojillo Didier Digard, uno de los entrenadores de moda en Europa: no conoce la derrota
Desde que llegara al banquillo del Niza en el pasado mes de enero sus resultados han cambiado al club

- Iñaki Lorda
El pasado 9 de enero el exrojillo Didier Digard cogió las riendas del OGC Niza y desde entonces se ha convertido en unos de los entrenadores de moda en Europa. El paso del francés por el equipo navarro no fue todo lo satisfactorio que él, club y afición hubieran deseado: jugó tres partidos como cedido desde el Betis. Las lesiones fueron apagando a un futbolista que había realizado buenos encuentros en el campeonato francés.
Cuando Digard fue nombrado técnico interino del equipo de la Costa Azul, sustituyendo a Lucien Favre, tan solo habían sumado un punto tras el parón del Mundial y habían sido eliminados en Copa por un equipo de tercera división.
Como bien recoge Alberto Rubio en Marca, Digard es un tipo al que las oportunidades que ofrece la vida le llegan antes que a la gran mayoría. ¿Por qué decimos esto? Básicamente porque a los 16 años ya era padre, a los 18 fue capitán del Le Havre y ahora a los 36 le ha llegado su primera gran oportunidad como técnico.

BAJO EL PARAGUAS DE INEOS
Al Niza le sobra el dinero. El club pertenece a Jim Ratcliffe, el multimillonario británico dueño de la empresa Ineos y que tan buenos resultados ha tenido en el mundo del ciclismo. Ratcliffe compró el club del Mediterráneo por unos 100 millones de euros en 2019.
Para que nos hagamos una idea de su potencial económico, en este mercado invernal han fichado a Terem Moffi del Lorient por 22,5 millones.
INVICTOS DESDE SU LLEGADA
Hasta el momento han derrotado al Montpellier (6-1), Lille (1-0), Lens (0-1), Olympique de Marsella (1-3), Ajaccio (3-0) y han empatado frente al Reims, en dos ocasiones (ambas 0-0). Siete partidos: cinco victorias y dos empates. Casi nada.
Un encuentro o dos pueden ser casualidad, pero siete son muestra suficiente para afirmar que la llegada de Digard ha cambiado el rumbo del Niza. La amenaza por el descenso ha pasado a un segundo plano, ahora miran a Europa desde la octava posición.
"La gente nos está mirando. Eso es bueno. Espero que los jugadores estén recibiendo los elogios. Se lo merecen", decía en unas declaraciones recogidas por la Ligue 1.
A sus 36 años maneja una plantilla joven y de calidad, pero con la presión por obtener resultados. El francés no se ha vuelto loco y no ha tocado demasiadas piezas, no ha sido el típico entrenador que entra a un vestuario a mitad de temporada y rompe con todo lo establecido.
Además, Digard cuenta con la ventaja de conocer a los jóvenes valores que salen desde la cantera del club. Ahí está la confianza que posee en Badredine Bouanani o Antoine Mendy.
Veremos a ver cómo continúa su periplo por la Costa Azul y hasta dónde es capaz de llevar al Niza, a su Niza.
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