Rubén García, el Messi de Osasuna

Es lógico que muchos aficionados se pregunten qué diablos hace un jugador de la talla superlativa de Rubén García en Osasuna. Hacía mucho tiempo que un futbolista no marcaba semejantes diferencias con tanta regularidad a lo largo de una temporada por Pamplona, huyendo de otros que han jugado para sí mismos y que se lucieron también con números destacados. Lo de Rubén García es caso aparte. Un centrocampista que está al servicio del equipo por su entrega y que tiene un impacto directo en el juego ofensivo. Ha sido tantas veces decisivo que convierte lo excepcional en costumbre. Verle jugar es una delicia. Siete goles y media docena de asistencias a sus compañeros le contemplan, con algunas maniobras de genio para una categoría como la Segunda División que son capaces de levantar al espectador de la butaca. El sábado firmó un capítulo más con dos goles de registros diferentes. El de la carrera en velocidad con la pelota en sus dominios y el de la falta directa golpeando la pelota como lo hacen los elegidos para darle esa parábola de sube-baja sobre la barrera. Sobre esto último no son pocos los días que se queda después de los entrenamientos lanzando por su cuenta. Rubén García es una especie de Messi para Osasuna por la variedad de recursos que figuran en el catálogo de esa pierna izquierda. Talento e imaginación. Puede asistir, lanzar el córner, dar un taconazo como solución, arrancar por dentro, descongestionar, dividir a las defensas, definir... y también ir al choque con el central y robar en la presión, porque pierna y cuerpo no le faltan aprovechando la potencia de su tren inferior. La hinchada osasunista disfruta con uno de los mejores jugadores que han pasado por El Sadar en los últimos tiempos y que fue convencido para subirse al proyecto con unas intensas gestiones en agosto. Braulio, en primera instancia, y Fran Canal, en segunda, estuvieron días en Valencia para cerrar una brillante operación a coste cero y que no fue para nada sencilla. Rubén García tenía hueco para quedarse en Primera con el Levante pero sabía que sería un jugador entre el 12 y el 18. En Osasuna iba contar con un rol principal con el que no había disfrutado tan de pleno en su carrera. Así está sucediendo. Incluso descartó volver a Gijón, donde había triunfado, al pensar que aquí se ganaría el derecho de no ser el primer cambio de los partidos. Un jugador con tanta calidad y libertad de movimientos en el campo es un peligro para los equipos contrarios. Ésta es una categoría en la que más allá de un formar un bloque y tener una identidad, como el de Jagoba, son determinantes esos chispazos diferenciales. SU FUTURO, EN EL AIRE ¿Cuántos partidos le quedan en Osasuna? Es una pregunta que él mismo no sabe ni responder todavía. “Soy muy feliz en Osasuna, pero mi futuro depende del Levante. Todos saben que mi corazón es granota desde pequeño, pero soy muy feliz aquí y con el trato de afición y compañeros”, señaló el valenciano cuando los informadores le preguntaron sobre su futuro tras su partidazo contra el Deportivo. En julio como tarde se resolverán las dudas. Si el Levante le quiere repescar tendrá cinco días para comunicarlo. Si no mueve ficha, Rubén García seguirá siendo de Osasuna, con un papel de actor principal y el aumento al doble de la cláusula de rescisión, hasta los 7 millones, dando por hecho de que el equipo jugará en Primera División. El club granota cuenta con futbolistas contrastados en su posición con contrato y si lo recupera y lo traspasa a otro club, Osasuna obtendrá la mitad del dinero de la operación como mal menos a su sensible pérdida. Estos son los escenarios que se contemplan sobre el futuro del centrocampista, de 25 años, que declara en cada entrevista su amor por los colores y por la ciudad, sabiendo que el Levante es quien tiene la sartén agarrada por el mango. Osasuna en cualquier caso quiere seguir contando con el futbolista y se plantea emprender negociaciones para obtener su propiedad plena.

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