Patrimonio
Navarra recupera para siempre el Togado de Pompelo
El Gobierno de Navarra llega a un acuerdo con el coleccionista estadounidense que lo poseía para adquirir la singular estatua romana por 575.000 euros

Publicado el 25/05/2023 a las 16:31
Hay dos personas anónimas en esta historia. De una se sabrá pronto su identidad, obligado por las leyes de transparencia, aunque de momento prefiera mantenerla en secreto. Es un coleccionista de arte neoyorquino que después de un “complejo proceso de negociación”, en palabras de la consejera de Cultura y Deporte Rebeca Esnaola, ha acordado vender a la Comunidad foral por 620.000 dólares (unos 575.000 euros) la estatua romana que hasta el momento atesoraba en su domicilio. El otro desconocido es el ciudadano romano -único estamento que podía usar toga- que fue inmortalizado en bronce en el siglo II en Pamplona, entonces Pompaelo. A partir de ahora, el llamado Togado de Pompelo formará parte de la colección permanente del Museo de Navarra, donde será exhibida e investigada para averiguar más detalles sobre su creación.
El togado fue descubierto en Pamplona en 1895 pero las leyes de aquel entonces atribuían su propiedad al dueño del terreno, de modo que la estatua empezó un largo viaje que le mantuvo en paradero desconocido hasta 2015, cuando fue localizado en manos del coleccionista estadounidense. El Gobierno de Navarra llegó a un acuerdo con él para exhibirlo durante dos años en el Museo de Navarra, sin contraprestación económica, a partir de mayo 2022. Más de 50.000 personas han pasado por allí para conocerle desde entonces, mientras el Gobierno negociaba discretamente con el propietario su adquisición definitiva. Este jueves, la consejera de Cultura, el director general de Cultura y la jefa del Servicio de museos anunciaban el “final feliz” del proceso, un principio de acuerdo para que quede en manos públicas, como una obligación con la historia y el patrimonio de Navarra. La transacción ha sido refrendada por la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español del Ministerio de Cultura y Deporte.

“El togado de Pompaelo deja de ser una mera pieza de anticuario y de coleccionista, sin nombre ni procedencia ni correcta adscripción cultural y cronológica, para pasar a ser recuperado y reconocido como un bien del Patrimonio Cultural de Navarra”, señala Esnaola.
Es muy difícil determinar un precio de mercado para una pieza de estas características, según señala el director general de Cultura, Iñaki Apezteguía. “Es una pieza casi única”, sitúo. Para calcularlo se han analizado los precios que el togado ha tenido en las distintas transacciones de las que ha sido objeto desde los años 80 a la actualidad. La última fue en en 2011, cuando fue adquirido por medio millón de dolares. Se ha añadido al cálculo el incremento de precio habitual en el mercado de las antigüedades y los años transcurridos. Además se contaba con la referencia del valor de tasación que se hizo para el préstamo de la exposición de dos años, que se cifró entonces en 1,5 millones de dólares, y diversos casos de compraventa de piezas de arte romanas.
“El togado va a poder ser estudiado por especialistas y disfrutado por toda la sociedad tras más de un siglo de ausencia”, resume Apezteguía. De casi tamaño natural, el togado mide 1,27 metros, no tiene cabeza y está compuesto de varias piezas de bronce engarzadas, como un puzzle. No se trata de una pieza común ni desde el punto de vista de la historia del arte, ni como pieza museística, según explica Susana Irigaray. “La primera singularidad que tiene es haber sobrevivido”, señala Irigaray. “Ha llegado de manera milagrosa a nuestros días, hay muy poca escultura de bronce metálica porque es muy fácil fundirla y se han ido fundiendo para convertirse fundamentalmente en armamento y monedas”, explica.
Hay muchas esculturas de togados romanos en piedra, pero no en bronce. Solo hay dos en lo que fuera Hispania, la otra está en Granada. En todo el territorio que entonces pertenecía al imperio romano solo se han conservado 13. “A nivel internacional la excepcionalidad es clara”, señala Irigaray.
No se sabe quién era el retratado, pero sí que era alguien importante. La escultura se hizo para situarla en un lugar público, su hallazgo en la calle Navarrería avala esta hipótesis. Los datos que aporte la investigación además aportarán información sobre la Pompaelo romana y el grado de civilización o solvencia que pudo tener la ciudad para encargar una obra de estas características.
Además, el togado plantea ciertas singularidades iconográficas, como el atributo que porta en la mano derecha, que ha sido objeto de diversas interpretaciones. “Gracias a su incorporación a un museo público va a poder ser estudiado”, señala Irigaray. “Estudiar estas características iconográficas nos pueden dar pistas si no sobre una persona concreta sí con el cargo o función que tuviera”, añade.

Se han empezado ya a hacer estudios, fundamentalmente con equipos de investigadores de la Universidad del País Vasco, que no se le han practicado nunca, análisis de tipo radiológico que va a aportar información sobre las intervenciones que ha tenido, la posible existencia de dorados y policromías, así como posibles pistas que aclaren su lugar de fabricación y de de extracción de material. “Para el servicio de museos es una alegría inmensa anunciar esta noticia, realmente pensamos que es una pieza que tiene que quedarse”, añade Irigaray.
La única fotografía que existía de la escultura, de comienzos del siglo XX, muestra además que ha sido objeto de algún tipo de intervención. El hecho de que fuera encontrado debajo de una gran losa de piedra, cuando el bronce es un material relativamente maleable, lleva a pensar que también tuviera algún tipo de consecuencia en la pieza.
Durante el proceso de negociación, en el que la discreción ha sido fundamental, el propietario visitó varias veces Pamplona. Esnaola destacó la posición favorable del dueño porque volviera a ser patrimonio de Navarra, frente a otros postores. El coleccionista lo tenía en su casa pero lo trasladó a una oficina en Manhattan, desde la que lo recogió una empresa de transportes.
Esnaola ha querido dar las gracias al Ministerio de Cultura, al servicio de Patrimonio, a los expertos Luis Romera y Jesús Sesma, a la Dirección General de Cultura, al servicio de museos y también al propietario, por haber prestado la pieza sin contraprestación durante dos años y por haber aceptado la oferta del Gobierno de Navarra pese a tener otros coleccionistas particulares interesados y contar con una tasación mayor cuando se hizo para la exposición, porque entendía que debía volver a casa.
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