FOTOS QUE HABLAN
La farmacia de Fitero en 1896

- Ricardo Fernández Gracia
- CÁTEDRA DE PATRIMONIO Y ARTE NAVARRO. Universidad de Navarra
Hace unos años, uno de los nietos del protagonista de esta fotografía, la puso a nuestra disposición. Corresponde a la farmacia que Fernando Palacios-Pelletier tuvo en Fitero desde fines del siglo XIX y cuya autoría pertenece al aragonés Sabino Pelegrín. Está fechada, por un texto manuscrito que identifica a las dos personas que aparecen en la misma, en 1896.
LA FOTOGRAFÍA
El primer fotógrafo que, al parecer residió en Fitero, fue un pintor de nombre Miguel Abad, que dedicó una fotografía de la Virgen de la Barda a la camarera de la imagen, doña Mercedes Ágreda en 1891. Años más tarde, en 1896, se documenta la presencia de Sabino Pelegrín, un fotógrafo establecido en Zaragoza que, de modo itinerante, como era costumbre en aquellos momentos, estuvo en la villa realizando tanto fotos de los niños de las escuelas, en 1896, como otras entre las que destaca el interior de la farmacia de Fernando Palacios Pelletier, que es la foto protagonista de este texto.
Como hemos dicho, eran tiempos de fotógrafos ambulantes. Recordaré que, a comienzos del siglo XX, llegó a Fitero con su cámara, Rafael Rocafull, e inmediatamente se documenta la presencia de Mauro Azcona. En este caso se quedó por un tiempo en la localidad con su familia, entre 1903 y 1908. Tras su marcha a tierras vizcaínas, se confirma la presencia de Inocencio Ruiz Munilla, fotógrafo establecido en Camporredondo (Soria), en torno a 1911 y 1912. Poco más tarde, llegaría otro fotógrafo a establecerse de forma continua en la localidad, Manuel Larraondo Mellizo (1888-1959), que realizó un sinnúmero de fotos en su estudio, a la vez que otros aficionados disparaban sus propias máquinas fotográficas, como José Luis Armas (1888-1927) o el médico Benjamín Retuerta (1878-1945).
SABINO PELEGRÍN, FOTÓGRAFO AMBULANTE
A este fotógrafo se le documenta en Zaragoza en 1897, cuando tenía establecimiento en la calle Escuelas Pías, núm. 6, en donde había estado anteriormente el estudio de Bernardino Pardo y de su viuda. Con posterioridad parece que estuvo establecido en Tauste y Uncastillo.
En la portada del libro editado en Zaragoza en 1898 sobre Alcañiz (Apuntes de Alcañiz) se hace constar que las fotografías pertenecen a Sabino Pelegrín, esa fecha cuadra perfectamente con la instantánea que nos ocupa. A Fitero volvió el citado fotógrafo en otras ocasiones, incluso en los inicios de la década de los veinte, para hacer fotografías de las escuelas de niños y niñas. También conocemos obra suya en Corella, concretamente algunas fotografías de la Virgen del Villar y del cuerpo central del retablo de los Carmelitas Descalzos.

EL FARMACÉUTICO Y SU FÁMULO, PROTAGONISTAS DE LA INSTANTÁNEA
Fernando Palacios, el boticario que aparece en la fotografía, era hijo de Cirilo Palacios Prados, natural de Sesma y fallecido en Fitero a los 67 años, en 1909. Su nombre de pila era Fernando Felipe Palacios y Pelletier, nació en Mayagüés (Puerto Rico) en 1869 y falleció en Madrid, en 1938. Estudió la carrera en Madrid y al terminar vino a Fitero, en 1891, como farmacéutico. Contrajo matrimonio en la citada localidad, con Joaquina Romualda Martínez Labarga (Fitero, 1870 - Madrid, 1942), el 20 de febrero de 1892, con capítulas que se firmaron ante el notario Juan José Hernando, siendo testigos de la boda Cristóbal Magaña, sacristán mayor de la parroquia y Félix Gómez.

De su profesionalidad e inquietudes hablan diferentes proyectos y patentes de productos farmacéuticos y químicos. Los abonos agrícolas Palacios Pelletier de su propiedad fueron patentados por Vicente García Albericio y entre ambos los comercializaron como prueban anuncios y hojas de propaganda. Estudió las propiedades medicinales de la flora local y lanzó al comercio diferentes específicos, como el té purgante de Palacios Pelletier, la crema de bismuto Pelletier de la misma marca. También apostó por la comercialización de un método para obtener lejía líquida para colar, según hemos podido comprobar en un curioso díptico de propaganda, cuya portada presentamos y cuyo texto en sus cuatro páginas no tiene desperdicio, incluso como marketing.
Fue un hombre abierto a proyectos de todo tipo, muy en sintonía con el Regeneracionismo. Figura como fundador de la sección de la Cruz Roja en la villa, en 1898, para paliar los daños de la contienda de Cuba, a raíz de los excelentes resultados y el entusiasmo suscitado en una colecta del año anterior. Como presidente figura el boticario don Fernando Palacios Pelletier. Asimismo, fue mentor de nobles y solidarias campañas a favor del vecindario, promocionó la primera colección de postales del monasterio y del balneario en los últimos meses de 1902, fue alma del semanario La Voz de Fitero (1912-1913) y padre de dos prohombres, Fausto (1899-1975), escultor y alcalde de la villa y Luis (1895-1947), escritor, académico, poeta e investigador sobre temas de farmacia.

La impresión fotográfica está realizada mediante el proceso de gelatina de plata (clorobromuro de plata) y presenta el interior de la farmacia con el armario-mostrador abierto y la puerta de la rebotica al fondo. El gran protagonismo lo adquieren las estanterías con los botes de opalina de las hierbas y específicos. Junto al farmacéutico aparece en la fotografía el fámulo de la botica, Baltasar Díaz Vergara, nacido en 1880, hijo de Natalio Díaz, alpargatero y músico y Julita Vergara, que contrajo matrimonio en San Sebastián en 1917.
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