Rusia y Navarra, unidas por la danza

Durante dos semanas, el Centro Coreográfico La Faktoría de Noáin ha abierto sus puertas a un centenar de alumnos procedentes de Rusia y de algunos países de la antigua URSS, como Azerbaiyán y Letonia. Desde el pasado 30 de julio, este centro de formación ubicado en el Polígono Talluntxe se ha convertido en la sede de DASS (Dar Abroad Season School), programa ruso en danza contemporánea para la formación en el extranjero. Debido al gran número de participantes, este programa intensivo de verano se ha desarrollado en dos sedes: las instalaciones de La Faktoría y el Polideportivo Municipal de Noáin. Con edades comprendidas entre los 16 y 35 años, los alumnos han tenido la oportunidad de ampliar su formación y conocer las técnicas actuales en danza contemporánea europea, asistiendo a clases magistrales impartidas por las bailarinas y coreógrafas navarras Carmen Larraz, Marta Coronado y Laida Aldaz, directoras de La Faktoría. También han recibido clases de José Agudo, coreógrafo español residente en Londres, que ha participado en este programa como profesor invitado. Ayer por la tarde, los alumnos ofrecieron una muestra de las coreografías en las que han estado trabajando estas dos últimas semanas. Las actuaciones comenzaron a las cuatro de la tarde en La Faktoría, que abrió sus puertas al público. Una hora después, el numeroso grupo se desplazó andando hasta el Parque de los Sentidos de Noáin. Una vez allí, una treintena de alumnos interpretaron tres coreografías. Lo hicieron sobre una explanada de césped, donde prácticamente la mayoría bailaron descalzos. Vestidos de blanco y negro, con ropa cómoda, como si fueran a practicar taichí o yoga, arrancaron la coreografía andando en varias direcciones e ignorándose los unos a los otros. Al comenzar a bailar, se dividieron en pequeños grupos: tríos, cuartetos y quintetos. Cada pequeño núcleo iba ejecutando sus movimientos de manera independiente dentro del conjunto. La coreografía estaba estructurada en composiciones geométricas, pero también dejaba margen para la improvisación. De hecho, el trabajo previo se basó en estimular la creatividad personal de los bailarines. “Al decirles que ellos podían crear su propio movimiento, se quedaban extrañados, como diciendo: ¿Pero yo tengo libertad para crear mis movimientos? Eso les sorprende mucho, porque en Rusia todo es más cuadriculado”, comentaba ayer la bailarina y coreógrafa pamplonesa Marta Coronado sobre el proceso de creación de estas coreografías. Tras ofrecer esta muestra, el grupo volvió a La Faktoría para recoger sus diplomas y despedirse de sus profesores. Durante su estancia en Noáin, los participantes se han formado en diferentes técnicas de danza contemporánea, como release (relajación), floor work (trabajo de suelo), improvisación... También han llevado a cabo laboratorios enfocados a la creación coreográfica. “Tenemos perfiles diferentes, desde estudiantes de 16 años que bailan contemporáneo por primera vez a profesores que quieren formarse en otras técnicas”, explicaba Marta Coronado el pasado miércoles. A sus clases acudían dos alumnas de ballet clásico de la Academia Vaganova, una de las más importantes y estrictas de Rusia. A los bailarines de este perfil, la danza contemporánea les obliga a romper todos los esquemas. “Como bailarinas clásicas, ellas están todo en el rato en la ligereza, en la verticalidad, y aquí de repente tienen que tirarse al suelo y arrastrarse”, comentaba Coronado. Ella se ha encargado de formar a los alumnos en la técnica release. “Surgió en Estados Unidos a partir de los años 60, relacionada con la revolución hippy. Rompió con todas las técnicas contemporáneas anteriores, porque ayuda al cuerpo a utilizar los músculos sin ningún tipo de tensión. Se utiliza en todas las escuelas porque ayuda muchísimo a seguir bailando muchos años, sin forzar el cuerpo”, explicaba. Natural de San Petersburgo, Anna Efimova es una de las responsables de la organización de Dar Abroad Season School. Cuenta que conocieron a Marta Coronado en la escuela P.A.R.T.S. de Bruselas, donde ella imparte clases, y luego le invitaron a dar clase en su sede de San Petersburgo. “Teníamos interés en venir a España, así que cuando Marta nos contó que había abierto La Faktoría, entonces surgió esta oportunidad. Aquí los alumnos han podido aprender diferentes técnicas y métodos. Algunos son muy novedosos para los estudiantes rusos, como el attack release (ataque y relajación). También nos interesaba trabajar con José Agudo. Él es capaz de fusionar flamenco, contemporáneo y danzas clásicas de la India”, valora. Formación intensiva “La formación es muy intensiva”, cuenta la bailarina Uliana Kuzmina, de 20 años, que vive en Moscú. En su caso, ha asistido a clases durante seis o siete horas al día. Lleva seis años bailando danza contemporánea. “He disfrutado especialmente con la técnica release. Además, es muy saludable para un bailarín”, valora. Yulia Mezhetskaya, de 27 años, trabaja actualmente en Israel. Formada en Moscú y en la escuela de danza Hakvutza de Tel Aviv, lleva tres años bailando contemporáneo y también está interesada en la creación de coreografías. “A mí me gusta especialmente la técnica de suelo, es muy energética”. Cuenta que ha disfrutado especialmente con las clases de Marta Coronado: “Ella es una persona muy inspiradora, para mí es un referente. Además, es muy clara y específica en su manera de trabajar. También me ha ayudado a desarrollar mi creatividad, algo que me será de gran ayuda”. Uliana Kuzmina ha experimentado una nueva manera de enfocar la danza. “En Rusia, nuestros profesores se basan más en la emoción y la sensibilidad, pero a mí me resulta excesivo. Prefiero trabajar sobre algo más concreto”, comenta. “Aquí hemos trabajado con un estilo más matemático, menos emocional. Estoy muy contenta con la experiencia”. El contacto con este grupo de bailarines rusos también ha sido enriquecedor para los profesores. “En el carácter de ellos veo la cultura de Rusia, donde hay una pasión por la danza”, comentaba José Aguado el pasado miércoles durante un descanso. En sus clases, los participantes han experimentado fundamentos del flamenco tales como el ritmo, el uso expresivo de los brazos yel juego de pies, explorando cómo trasladar esas habilidades a la danza contemporánea. “Yo trato de lanzarles sin que se den mucha cuenta. No les doy muchos preámbulos, porque no quiero que haya prejuicios, barreras o etiquetas. Es como abrirles la puerta a algo y decirles: es esto, pero cógelo como quieras. Se trata de que traigan sus movimientos, sus ideas y sus impulsos. Por un lado hay que dejarles espacio para crear, pero luego hay que mostrarlo en conjunto, que sea algo más común.”.

Rusia y Navarra, unidas por la danza

Ayer ofrecieron una muestra en La Faktoría y en el Parque de los Sentidos.

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