Un sistema que merece la pena revisar
- Abel Miguel Marqués
Una vez superado todo el ajetreo de las elecciones, me gustaría compartir mi reflexión y creo que la de muchas personas sobre el actual sistema electoral que tenemos en nuestro país. El pasado domingo 28 de mayo, fui elegido como presidente de mesa electoral en mi distrito y no es sino una vez que lo ves desde dentro que te paras a pensar sobre varios temas relacionados con todo el proceso electoral, la propaganda previa, el gasto económico y ecológico que todo este proceso supone. Tanto mis compañeros de mesa como yo y varios equipos más que tuvimos la suerte de compartir este día tan señalado para muchos, llegamos a varias conclusiones y nos hicimos varias preguntas, ya que encontramos varios sinsentido. Ya no solo en la forma arcaica en la que se desarrolla el proceso, sino en el gasto ecológico que hay detrás, las toneladas y toneladas de papel que se malgastan en propaganda, papeletas y sobres. Pongamos un ejemplo: si en una comunidad autónoma se presentan diez partidos políticos como candidatos y hay cien mil personas con derecho a voto, ¿no bastará con imprimir cien mil papeletas de cada partido?
En nuestro distrito, tuvimos un ejemplo claro de derroche, la mayoría de votantes que concurrieron a las urnas traían el voto preparado de casa, con lo cual no necesitaron hacer uso de las papeletas y sobres dispuestos en la sala para tal fin. Además, para los que no venían con el voto preparado, en la sala disponían de dos mesas de unos cuatro metros de largo, donde se habían dispuesto papeletas de todos los partidos, tanto de las elecciones al Parlamento de Navarra como a las municipales, en este caso un total de veintidós candidaturas. Más o menos en la mesa se dispusieron unas mil papeletas con sus respectivos sobres por cada candidatura. Recuerden que la mesa en la que estaban dispuestas medía unos cuatro metros de largo, ahora piensen, debajo de esa mesa, había cajas y cajas llenas de más papeletas que ni se han llegado a abrir ya que resultaron completamente innecesarias. Espero que al menos todo ese excedente de papeletas, sobres y cajas sea debidamente reciclado. Por otro lado, queda el tema de todo el papeleo que hay que rellenar, como mencionaba más arriba, con los avances que existen hoy en día, considero que el sistema actual se ha quedado obsoleto y es hora de pensar en métodos efectivos que puedan reemplazarlo.
Quizás sería más sencillo, rápido y eficaz rellenar todo de manera digital utilizando una tablet o cualquier otro dispositivo. Considero que esto ayudaría bastante tanto en el tema de la ecología y ahorro de papel como a agilizar el proceso ahorrando tiempo y aumentando así, de manera exponencial, la eficacia de los miembros de la mesa a la hora de cumplimentar los documentos, reduciendo, de igual manera el número de horas invertidas en el recuento y cumplimentación de documentos oficiales. Sin mencionar, posteriormente, la visita a la audiencia para entregar los sobres con todos los documentos, alargando así el tiempo de dedicación. No es mi intención que se dé un cambio radical al sistema electoral de la noche a la mañana, sino que, poco a poco se vayan incluyendo mejoras para que un día, todo sea más ecológico, sencillo, rápido y eficaz. ¿Qué tal si miramos hacia otros países que ya hayan implantado algún sistema más eficaz? Quizás nos sorprendan e incluso podamos aprender a aplicar parte de esos procesos que ya se usan en otros lugares. En nuestro país, hace ya casi veinte años, en el 2004, se probó en algunos sectores el Sistema de Voto Digital, entiendo que pudo no tener mucho éxito, pero… ¿de verdad desde que se intentara en 2004 nadie se ha movido para intentar mejorarlo?
Abel Miguel Marqués