Los populares quieren presentar sus propuestas e incluso hacer oferta al Gobierno, sin perjuicio de mantener una dura crítica
Rodríguez Zapatero se enfrenta este martes a su más peliagudo debate sobre el estado de la Nación. El presidente del Gobierno pretende demostrar que sus recetas socialdemócratas han comenzado ya a rendir frutos, que España camina hacia un escenario "menos desfavorable" para la economía y que, por lo tanto, no hay razón para virar de rumbo.
Con las elecciones europeas a punto de celebrarse, Mariano Rajoy aprovechará la ocasión para exhibir su programa económico y presentarse como la única alternativa viable, con un discurso constructivo en el que no faltarán ofertas de diálogo.
Asuntos de Estado
Gobierno y oposición acuden al Congreso convencidos de que los ciudadanos esperan de ellos soluciones y no confrontación.
El discurso de Zapatero no ahorrará, según fuentes gubernamentales, llamadas al entendimiento, especialmente, en cuestiones de Estado.
Pedirá colaboración al PP en la preparación de la presidencia de turno de la Unión Europea, en la reforma de la Administración de la Justicia e incluso en asuntos económicos, pero con un matiz: que afecten al modelo de crecimiento y se refieran al largo plazo.
En lo inmediato no hay lugar al entendimiento. No lo ha habido nunca porque, al margen de la actitud del PP, el PSOE siempre ha entendido que el descalabro del sistema financiero es culpa del liberalismo.
Zapatero insistirá en que ya se aprecian síntomas de recuperación. Y habrá una "propuesta estrella" para, según adelantó ayer Leire Pajín, "reforzar mecanismos de protección social".
El Gobierno lleva tiempo trabajando en una iniciativa dirigida a los desempleados que no reciben prestación social (alrededor de 1,5 millones). Las competencias corresponden a las comunidades autónomas pero éstas reclamaron hace tiempo recursos.
Zapatero siempre ha aprovechado la cita del debate para dar un golpe de efecto. Lo hizo en 2007, en víspera de las generales, con el "cheque-bebé" y a un mes de unos comicios que le resultan desfavorables, el PSOE ya ha anunciado que habrá sorpresas.
La respuesta del PP
El PP cuenta con ello. Cree que el presidente del Gobierno adelantó el debate para convertirlo en un acto político como arranque de su campaña electoral.
"Se le dan mejor los mítines que gobernar", apuntó la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, ayer, convencida de que Zapatero utilizará todos los recursos para cautivar a la audiencia de la sesión plenaria.
La estrategia de los populares irá en la misma dirección con la pretensión de convencer a los ciudadanos de que sus problemas económicos tienen solución, que la salida a la crisis es posible y que hay un plan alternativo que puede funcionar.
Rajoy apostará por la presentación de iniciativas y hará "un discurso constructivo", según informan fuentes del equipo con el que prepara el pleno.
Por eso, Rajoy tiene previsto formular varias ofertas de diálogo. Pero el PP insiste en medidas de austeridad, rebaja de impuestos, ayuda a los autónomos y las "pymes" y reforma del mercado laboral, entre otros puntos.
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El presidente Zapatero abrirá el debate a las 12.00 horas. ARCHIVO
Mariano Rajoy interviene a las 16.00 horas. ARCHIVO
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