Aunque no formaban parte del censo, a los ojos de los guardas de medioambiente no se les escapó la presencia de otras especies en su recorridos. Así, y a pesar de lo avanzado en el calendario, un ciervo no paraba de berrear en el barranco de Aztaparreta. A su vez, bandadas de verderones serranos sobrevolaban Larra mientras una pareja de quebrantahuesos era avistada en las cercanías del Txamantxoia. En el rincón de Belagua los guardas se toparon con un jabalí, mientras que en un majadal cercano a Zampori los escarabajos tomaban el sol sobre la nieve. Aunque sin duda, uno de los descubrimientos más curiosos fue el de unos excrementos de urogallo bajo un pino negro. Apenas se mantiene en el alto pirineo navarro un puñado de estas aves.
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