La contrarreloj por equipos que abría la Vuelta a Navarra fue accidentada para varias formaciones. La más perjudicada fue el Burgos Monumental. El navarro Javier Iriarte se salió de la carretera en una curva nada más pasar por Olite. Pidió cambio de bicicleta y desde el coche de equipo no se lo dieron. Llegó a la meta ensangrentado, con una bici prestada y más de siete mintos perdidos.
"En una curva se me ha ido la rueda delantera, me he salido de la carretera y me he quedado tirado", explicaba un Iriarte contrariado en la meta de Pitillas. "Nada, fuera de control para casa".
Según el reglamento el ciclista de Zizur Mayor se tenía que haber ido para casa, pero el jurado técnico decidió repescarlo. Por la tarde estuvo batallador.
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