Fiscalidad y problemas económicos

El Consejo General de Economistas de España ha presentado recientemente el Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2023. Una pincelada más para colorear un cuadro en el que el fondo son el envejecimiento de la población, la digitalización, la desglobalización y el cambio climático. Pero ¿quiénes son los personajes del cuadro? Los consumidores. Para resaltar los personajes, los colores utilizados en el cuadro son la deuda pública española, que está actualmente por encima de la de la zona euro. La inflación, que ha ido en aumento en los últimos meses, aunque si dejamos de incluir los alimentos y la parte energética (inflación subyacente) estaríamos con un diferencial positivo respecto a la zona euro y el dato de marzo, un 3,3% y la subyacente 7,5%, nos ha animado bastante. El déficit público que sigue creciendo y el hecho de que España no haya recuperado los niveles de crecimiento del PIB prepandemia, situándose en un 118% del PIB. El cuadro necesita pinceladas de colores vivos que se las proporciona el nivel de empleo. Es verdad que los salarios han crecido moderadamente para contrarrestar la inflación y ha disminuido la temporalidad, pero no se ha arreglado el problema de la rotación. Uno de los problemas que tiene el empleo de nuestro país, es la productividad. Cristina Herrero, presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), señala que uno de los elementos que podrían mejorarla, serían las inversiones en tecnología e I+D. Los consumidores han gastado los ahorros generados en la pandemia. El encarecimiento de la cesta de la compra, de los suministros, del crédito, la caída de la bolsa (ante esta inesperada crisis financiera)… les están haciendo perder poder adquisitivo. Ello hará que disminuya el consumo y la inversión. Si a eso le sumamos los impuestos que tienen que pagar, que básicamente recaen sobre las clases medias (ya que las altas tienen posibilidad de trasladar tributación a otros lugares más beneficiosos y la clase baja está más protegida), hace que las figuras centrales del cuadro salgan con mala cara. Además, entre estos consumidores medios dependiendo de su CCAA de procedencia hay algunos que pagan más impuestos que otros. Según el Índice autonómico de competitividad fiscal que elabora la Fundación para el Avance de la Libertad y la Tax Foundation, los navarros han mejorado su posición en dicho indicador. Navarra en el año 2022 se encontraba en la posición 11 sobre las 17 CCAA españolas y el País Vasco dividido por provincias, es decir, de un total de 19 territorios evaluados. El año 2021 tenía el puesto 14 de 19. Aun así, se podría seguir trabajando en una mejora de la fiscalidad aprovechando la foralidad. ¿Qué se puede hacer para desahogar al contribuyente medio sin perder recaudación? Podemos ir pensando en gravámenes sobre las nuevas tecnologías que están surgiendo. Por ejemplo, las aplicaciones de la inteligencia artificial, los robots que se van a generar, etc. Sin embargo, los nuevos impuestos generan muchas incertidumbres a las empresas y es por ello que hay que ir trabajando en ellos para que se introduzcan generando las menores distorsiones posibles a la actividad empresarial. Ejemplo de ello, es el impuesto sobre plásticos no reutilizables que se ha empezado a aplicar en Régimen Común, y que aún no se aplica en Navarra, pero previsiblemente comenzará a recaudarse a mitad de este año. Su implantación está generando desasosiego en la industria navarra, porque las empresas quieren conocer el montante que les va a suponer. Respecto al IRPF, aunque lleva tres años en la senda descendente debido a la adopción de diversas medidas de rebaja fiscal, habría que seguir trabajando en él. Por ejemplo, si queremos incentivar la natalidad deberíamos seguir incrementando los mínimos familiares. También, se podría introducir como en Régimen Común y País Vasco, la resta de una cantidad fija (2.000 euros en el primero y entre 3.000 y 4.650 euros en el segundo) como gasto deducible en los rendimientos del trabajo por cuenta ajena. Navarra tiene deducciones sobre trabajo, pero en cuota. Esta medida contribuiría a la atracción de talento y quizás de nuevas profesiones, como los nómadas digitales. El marco fiscal idóneo que puede establecerse tiene que cumplir con tres objetivos: sostenibilidad, crecimiento económico y calidad de las finanzas públicas. A medio y largo plazo, cabe esperar un aumento de la presión del envejecimiento y que haya un descenso de gente en edad de trabajar. El escenario base es un aumento de la pensiones y gasto sanitario. Hay que tener unas previsiones en las que participen todas las Administraciones Públicas donde el eje central del gasto presupuestario sea la sanidad y luego la educación, y para contrarrestar, habría que hacer una revisión de algunas partidas del gasto público. En breve nos enfrentamos a unas elecciones en España, pueden ser una oportunidad para transformar el cuadro. El contexto de incertidumbre no puede ser excusa porque nos va a acompañar tiempo. A este cuadro aún le falta para finalizarse, y el objetivo es que el pintor sea capaz de terminar los personajes con una sonrisa en sus rostros. Idoia Zabaleta Profesora del Departamento de Economía de la Universidad Pública de Navarra

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