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"Amortiguar el problema de la subida de precios"

Avatar del undefined María Jesús Valdemoros20/03/2023
Los precios siguen golpeando con fuerza. Ocurre desde que en verano de 2021 la tasa de inflación superara en Navarra la barrera del 4%. En febrero, aquí en Navarra, los precios al consumo han crecido un 6,3% con respecto a febrero del pasado año. Se trata de un mal dato. En primer lugar, porque al margen de cualquier otra consideración, una inflación en esos niveles está muy por encima del 2% que se asocia con la estabilidad de precios. En segundo lugar, porque supera en tres décimas a la inflación española.
Si profundizamos un poco más en los datos, encontramos otros motivos de preocupación. Uno de los factores que explica ese frenazo es el fin de la bonificación de los carburantes, esos 20 céntimos que reducían el precio final que pagábamos por la gasolina. Al eliminarse esta medida, los precios lógicamente crecen. Esto debería servirnos para recordar que ahora mismo hay precios intervenidos, como el del gas, que generan una deuda futura que en algún momento pagaremos como parte de nuestra factura mensual. No pagamos hoy, pero pagaremos mañana.
Conviene fijarse también en que la cesta de la compra, la de los alimentos, se está encareciendo al 16,1% anual. Una auténtica barbaridad que es incluso mayor en el caso de algunos productos, como la leche o los huevos, cuyos precios aumentan por encima del 34% anual. Esto lo sentimos todos en nuestros bolsillos a diario; esto se vive en la calle. Perdemos poder adquisitivo como casi nadie en Europa, según dicen las estadísticas.
Preocupa, además, la tasa de inflación subyacente. Al excluir los productos energéticos y los alimentos no elaborados, cuyos precios son más volátiles, esta medida de la inflación informa sobre la inercia con que aumentan los precios. En febrero, esta inflación es superior a la tasa general por tercer mes consecutivo y muestra una tendencia alcista que la coloca en máximos de tres décadas. Este es un signo claro de que la inflación va a seguir con nosotros unos cuantos meses más. Así mismo, es un indicio de que el Banco Central Europeo seguirá subiendo tipos de interés, porque para su política monetaria se fija precisamente en lo que ocurre con la inflación subyacente. Ya ha anunciado una nueva subida en marzo a la que muy probablemente seguirán otras este año. Y la consecuencia la conocemos: subirá el coste de las hipotecas, cuyas crecientes cuotas ahogan también a muchos hogares.
¿Qué puede hacer el Gobierno de Navarra ante este problema? Sus medidas han de venir desde la política fiscal y deberían dirigirse a una mejor redistribución del golpe de una inflación que viene alimentada por los costes. Desde UPN venimos proponiendo algunas medidas que sistemáticamente han rechazado los partidos integrantes del gobierno foral. En concreto, hemos planteado la posibilidad de deflactar el IRPF y hacerlo conforme al principio de la progresividad. Deflactaríamos la tarifa en un porcentaje mayor para las rentas bajas y medias que para las altas. Esto permitiría ajustar el IRPF para que los contribuyentes pagasen conforme a su poder económico real. Sin la deflactación, los contribuyentes, habiendo perdido poder de compra por la subida de precios, pagan en impuestos lo mismo o incluso más.
El gobierno foral podría hacer esto, dadas las competencias tributarias de nuestro régimen foral. Supondría un mayor alivio que el de la reducción del IVA en diversos productos de primera necesidad. Esta última ha supuesto, por un lado, una ahorro muy limitado para los ciudadanos, que dejan de pagar en el entorno de 30 o 40 euros en seis meses. Además, es regresiva, porque las rentas altas se benefician más, tal como señalan estudios recientes de FEDEA y Banco de España.
Creemos que el Gobierno de Navarra tiene margen suficiente para aplicar nuestra propuesta. En 2022 la recaudación impositiva experimentó un incremento espectacular. Tanto que al final del ejercicio ha ingresado 803 millones más de los inicialmente presupuestados. También proponemos, vista esa cifra, que la ayuda de 200 euros para personas en situación de vulnerabilidad sea renta exenta del pago de IRPF para aquellos beneficiarios obligados a tributar. Tenemos autonomía para hacerlo. Si no lo hacemos, la ayuda final sería de unos 140 euros, porque unos 60 volverían a las arcas públicas vía IRPF. Por último, entendemos que debería posponerse la aplicación del impuesto sobre envases de plástico. Una parte sustancial de los alimentos procesados recurre al plástico de un solo uso. La expectativa de cuánto se encarecerá toda la cadena de valor ya está afectando a los precios de estos productos. No parece el mejor momento para incrementar más los costes.
Esperemos que estas sugerencias se tengan en cuenta porque tenemos autonomía para poder hacerlo. De momento María Chivite ha aplicado en Navarra las medidas diseñadas en Madrid, nada más. La crisis inflacionista requiere de medidas que ayuden a repartir la carga de los costes que provoca. Al Gobierno, que no se cansa de pedir esfuerzos a los demás, la inflación le ha aportado millones extra de recaudación que suponen un margen de actuación notable. Tiene la oportunidad de predicar con el ejemplo. Que lo haga por el bien de Navarra.
María Jesús Valdemoros Erro
Parlamentaria de UPN y Lecturer en IESE Business School
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