"Gobierno de Navarra, acuerdos escorados"

Era difícil esperar cualquier otra cosa. La presidenta María Chivite puso de largo ayer a todo su Gobierno para hacer un acto institucional en los jardines del Palacio de Navarra de repaso de la legislatura. Y como cabía prever, las palabras de la presidenta se centraron en alabar la labor del Ejecutivo, sin atisbo de autocrítica alguna más allá de atribuir los aspectos más negativos de su mandato al covid y a la guerra de Ucrania, que sí que es innegable que han tenido una gran incidencia en estos años. La presidenta sostiene que ser un Gobierno en minoría ha sido su mayor fortaleza, y respecto a los apoyos parlamentarios de EH Bildu, mantiene que esta ha sido la legislatura del “diálogo y de los acuerdos”, ya que se ha pactado con todas las fuerzas políticas y eso ha servido para el fortalecimiento de Navarra. A la presidenta Chivite y al Partido Socialista les gusta presentarse como modelos de un centrismo del que para nada han hecho gala durante estos cuatro años. Desde el principio de su mandato ha podido elegir en quién apoyarse y siempre se ha decantado por EH Bildu. Y el ejemplo más palpable son los acuerdos presupuestarios que año tras año han acordado con la izquierda abertzale, dejando de lado todos los ofrecimientos de Navarra Suma, que fue, conviene no olvidarlo, la fuerza más votada de la Comunidad foral en las últimas elecciones. Como Pedro Sánchez en Madrid, Chivite optó desde su investidura por aglutinar una mayoría para cuatro años, y en ella está el nacionalismo radical. Es el paso definitivo del PSN-PSOE para blanquear a Bildu y presentarlo como un partido legítimo y democrático más. Sin olvidar que competencias de Navarra que deberían ser negociadas entre los gobiernos de Sánchez y Chivite han sido cartas que el presidente nacional ha utilizado en sus pactos con los nacionalistas. Más allá del autobombo que el Gobierno de Navarra se aplica así mismo, el verdadero balance a su gestión se conocerá el 28 de mayo. Será cuando hablen los ciudadanos.