Los Caídos: qué hacer con este monumento cerrado a cal y canto
Han vuelto a abrir unos días los Caídos -su cúpula estos días con una pizca de nieve- para mostrar una exposición justamente sobre los Caídos: qué hacer con este monumento cerrado a cal y canto; una pregunta que lleva décadas sin que nadie responda, como si se tratara de un engorro, un mueble heredado con el que nadie sabe qué hacer, un pecio hundido. Dentro del pecio, una vez traspuesta la solemne escalinata y las puertas de bronce, el interior parece más pequeño, recogido, y desde la cúpula nos siguen observando las gestas un tanto grandilocuentes de otros tiempos. Los proyectos que se exhiben dentro, fruto de un concurso de ideas de hace años que quedó aparcado, mantienen en su mayoría el monumento, lo dejan muchos exento, y reforman el entorno, quitan los añadidos como la arquería y rebajan el suelo, proponiendo en algún caso una continuidad de Carlos III hacia Lezkairu, una extensa avenida desde la plaza del Castillo hasta Mutilva. Algunos, eso sí, añaden estructuras de colores o envolturas de cristal al templo, siguen tal vez la imagen del Reichstag en Berlín, un ejemplo de lo que se puede hacer con los restos de un pasado molesto: convertirlo en una lección de la historia, una advertencia, lo mismo que podría hacerse aquí, pues mantener en pie los Caídos es una oportunidad de visitar el pasado, de preguntarse por él, de comprenderse. Los proyectos expuestos salvan pues el monumento, aunque no se sabe luego qué uso darle a lo salvado. Se proponen bibliotecas, o museos de la memoria, es difícil dar vida a este sitio. Resignificarlo, dicen. Nadie sabe cómo, y seguramente menos los candidatos que vamos conociendo a la alcaldía, que han soltado sobre la ciudad las generalidades acostumbradas, las más bellas frases, sin concretar nada. El caso es que los Caídos duermen y los proyectos duermen dentro de él, como en un cofre. Entretanto, leo, ha muerto el último requeté que salió muy joven a la guerra. Tenía 104 años, estuvo en el infierno de Teruel y salió vivo. Me pregunto qué pensaría de este lugar.