Edición impresa

Actualidad Navarra, Pamplona, Tudela, Estella, Osasuna, Deportes, Gobierno de Navarra, Ayuntamiento de Pamplona, Política, Economía, Trabajo, Sociedad.

"El trece de junio de hace trece años me casé por primera y última vez"

Avatar del Chapu Apaolaza Chapu Apaolaza14/06/2022
El trece de junio de hace trece años me casé por primera y última vez. En Pamplona hacía tanto calor que el Campana se echaba a manotazos en el pecho el agua del lavabo del servicio de caballeros. Un tiempo antes, Elena se había encaprichado de dos chicos y los dos eran yo. No sé si he sido el hombre de su vida, pero he sido el hombre de mantenimiento, el conductor de los niños, el animador de fiestas y el director del departamento de lanzar bebés al aire demasiado alto, de nadar con peor mar, de coger cabreos y de hacer el cafre más de lo que dicta la razón. De levanteras en las playas de Cádiz, de resacas horribles, de madrugadas de chirigotas, de atragantones a las ocho de la mañana, de pescar, de salir de los toros con las peñas y de no quedar demasiado mal al lado de una mujer de bandera. Ya lo cantó Javier Ruibal: “No seré lo que pedías / pero soy quien más te quiso. / No se pescan todos los días / atunes en el Paraíso”. Un matrimonio es un desafío a la mala fortuna. Cuántas veces pudo torcerse esta historia en los desvíos en los que se tuercen estas cosas, en una mirada en un aeropuerto, un volantazo, un revés en el trabajo, el diagnóstico del pediatra, las cartas de amor del banco y en general, el aburrimiento que agosta los jardines de la alegría de las vidas de los hombres. Pero aquí estamos. Tenemos tres hijos y dos ángeles a los que no pusimos nombre. Hemos sido felices tantas veces como ocasiones hubo de que el infortunio extendiera sobre nosotros su manto oscuro de lágrimas, desesperanza y miradas vacías, porque una mala vida la tiene cualquiera. Dice Arturo Pérez-Reverte que a todos nos aguarda un iceberg en la oscuridad, pero hemos conocido el amor, la dicha y la suerte. Podríamos pasar otras tres vidas fantaseando el nombre de un próximo bebé. Es mentira eso de que se está mejor solo que bien acompañado. No ha habido cosa más frágil y al tiempo más sólida que el matrimonio con mi mujer y la familia que ha hecho posible, y por eso hoy -trece del trece-, quiero dedicarle la columna a Elenita, mi monumento contra la desventura. Qué buena suerte, la mía. 
ETIQUETAS
volver arriba

Activar Notificaciones

Continuar

Gracias por elegir Diario de Navarra

Parece que en el navegador.

Con el fin de fomentar un periodismo de calidad e independiente, para poder seguir disfrutando del mejor contenido y asegurar que la página funciona correctamente.

Si quieres ver reducido el impacto de la publicidad puedes suscribirte a la edición digital con acceso a todas las ventajas exclusivas de los suscriptores.

Suscríbete ahora