No es lo mismo

P ARECE ser que el Gobierno de María Chivite ha alcanzado un acuerdo con Bildu para aprobar los Presupuestos de Navarra. Lo ha hecho voluntariamente, rechazando el apoyo que la mayor fuerza política de la Cámara, Navarra Suma, ofreció sin contraprestación política alguna, con la única condición de que no se pactaran con Bildu. El no aceptar vetos de nadie, como se han cansado de repetir diferentes portavoces del PSN y del Gobierno no ha sido causa del rechazo, pues si así fuese, tampoco deberían haber pactado con Bildu, ya que esta coalición también había vetado a Navarra Suma. El Gobierno de Chivite y el PSN han pactado con Bildu porque iba en el pack del Gobierno Sánchez-Iglesias, que de igual modo han pactado los Presupuestos Generales del Estado con la coalición de Otegi, a pesar de que numéricamente no necesitaban sus votos. Llegados a este punto, es el momento de afirmar, con absoluta convicción y claridad, que no es lo mismo pactar los Presupuestos de Navarra con los amigos del sabotaje a Itoiz, que hacerlo con quienes defendimos su construcción y no cedimos a las amenazas de ETA. No es lo mismo pactar los Presupuestos de Navarra con quienes reciben con aplausos a etarras excarcelados, que hacerlo con quienes compartimos militancia con Tomás Caballero y José Javier Múgica, concejales de UPN de Pamplona y Leiza, asesinados por ETA por defender la libertad y la democracia. No es lo mismo estar con las manos atadas a Bildu, heredera del chantaje y la extorsión a los empresarios, que tener las manos libres, tal y como ofreció Navarra Suma a la presidenta Chivite, para ejecutar unos Presupuestos que favorezcan la inversión, el empleo, la cohesión social y la gobernabilidad en una legislatura abrumada por la crisis sanitaria, económica y social, a raíz de la pandemia. No es lo mismo pactar los Presupuestos con quienes quieren paralizar el TAV y el Canal de Navarra o hacerlo con quienes siempre estuvieron al lado del desarrollo y la ejecución de estas infraestructuras. En definitiva, no es lo mismo pactar con Bildu, que hacerlo con Navarra Suma. El Gobierno de Chivite no tiene excusa en su opción por Bildu. El único atenuante en su elección, que no eximente, solo puede estar en la obediencia debida a Moncloa y Ferraz. El diálogo con todos, en el ejercicio de una política normalizada, no debería causar sorpresa, pero el pacto político-institucional con quienes, todavía hoy, siguen afirmando que van a Madrid a hacer política para “tumbar el Régimen” y minar los pilares fundamentales del Estado de Derecho, me parece absolutamente decepcionante. Obviamente que puede uno engañarse o engañar a los demás y sostener que ETA y Bildu no son lo mismo, pero sin duda sí que constituyen una única entidad, tal y como decía Rogelio Alonso, analista político, autor de múltiples ensayos sobre política y miembro del grupo de expertos sobre terrorismo de la Comisión Europea, que reafirmaba su idea de que Bildu es claramente un instrumento del “movimiento terrorista” de entonces. Teo Uriarte, condenado a muerte en el proceso de Burgos y posteriormente miembro del PSE-EE, esgrime que la táctica del palo y la zanahoria no ha funcionado, porque a pesar de “los buenos resultados del palo, la zanahoria está siendo excesiva”. Mantener nuestra sociedad de bienestar y recuperar el empleo perdido por la covid, no puede descansar en quienes jamás se pusieron al lado del progreso, la libertad, los derechos humanos y los avances sociales. Con estos pactos con Bildu, para aprobar los Presupuestos de Navarra y del Estado, el radicalismo abertzale y el separatismo va cubriendo etapas. Como decía ETA en uno de sus Zutabes: “La izquierda abertzale no ha vencido, pero gracias a la lucha armada, Euskal Herria sigue viva y aún tiene posibilidades de vencer”. Ahí queda eso. Somos muchos quienes no acabamos de entender el por qué de las cosas que este PSOE-PSN hace. Socialistas, exdirigentes y algunos de los llamados barones no comparten esta deriva. Nuestra decepción nos lleva a recordar la famosa coplilla popular andaluza: “Este no es mi Juan que me lo han cambiao, aquel llevaba pelo y este está pelao”. Todo el mundo tiene derecho a cambiar, pero no a transformarse tanto como hacerse irreconocible. Fernández Vara, García Page y Lambán, por no citar a otros, pactar los Presupuestos Generales del Estado con Otegi y con Rufián les produce, entre otras cosas, dolor e inquietud. A muchos españoles y entre ellos, a muchísimos navarros, de cualquier idea y condición, nos produce indignación y nos parece insultante. Los Presupuestos Generales del Estado y los Presupuestos Generales de Navarra no deberían depender de quienes quieren “tumbar” a España y acabar con la Navarra del Amejoramiento.

No es lo mismo

El pacto político-institucional con quienes, todavía hoy, siguen afirmando que van a Madrid a hacer política para “tumbar el Régimen” es decepcionante

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