La adicción al juego, amenaza para jóvenes y adultos

Cuando hablamos de juegos de azar, lo asociamos con los casinos modernos, el bingo, la lotería o la quiniela. Creemos que ha supuesto el aumento de la ludopatía en estas últimas décadas, pero ¿cómo se originó el juego? Algunas formas de juego tienen una antigüedad de decenas de siglos. Así, grandes imperios como el romano o el griego promovieron leyes contra los juegos de azar; la Iglesia también llevó a cabo restricciones realizadas en los dos concilios de Letrán en el siglo XII y XIII. A pesar de las prohibiciones de los gobiernos, el juego ha sobrevivido, es más se ha reforzado, y afecta a todas las clases sociales. Así el póquer se remonta a la civilización de Creta, hace más de 3500 años; el senet (2650 a.C.) en Egipto; los chinos inventaron las cartas en 2300 a.C. Los dibujos en cuevas del neolítico nos proporcionan evidencias de que los juegos de suerte existen desde el origen de la persona. Hace decenas de siglos, lanzar dos seises en los dados se llamaba el “lanzamiento de Afrodita”. Homero nos relata que los juegos de azar eran muy populares en la Grecia antigua. Los dados, las damas, las tabas y otros juegos basados en la “suerte” siempre han sido practicados. Incluso existían lugares especiales donde las personas se habituaban a jugar perdiendo grandes fortunas; tenían una mala reputación y se consideraba vergonzoso visitarlos. Los jugadores estaban apoyados por los dioses Hermes y Pan, incluso en la mitología griega, Zeus, Hades y Poseidón jugaban a “tirar los dados” para dividirse el Universo entre ellos. En la antigua Roma, el juego se practicaba entre los esclavos y los maestros, y también fue popular entre los emperadores. En China, Egipto y países islámicos, el juego también se practicaba entre las clases sociales. Incluso podemos encontrar referencias en el Talmud judío y el Budismo. En todos los casos, al proliferar esta práctica, también fue regulado y se continuó imponiendo un severo castigo a los jugadores. Este negocio se instaló en Italia en el siglo XV, se propagó por Francia y a continuación por el resto de países europeos. A partir del siglo XX aparecieron los grandes casinos, como en Las Vegas, el juego se industrializó y las naciones pasaron a ser las primeras interesadas en el negocio por los impuestos. La nación que más gasta actualmente en el juego es Australia, seguida de Singapur y Estados Unidos, mientras que España ocupa el décimo octavo puesto. Son preocupantes no solo las apuestas presenciales en los casinos, sino el juego online, que conlleva el auge de la ludopatía entre jóvenes y adolescente. El juego a través de los ordenadores y de los móviles predomina por encima de máquinas tragaperras, bingos o casinos. Ahora bien, no conseguimos nada con prohibir la entrada a las salas y lugares de ocio a menores de edad, si tenemos abierta la posibilidad de apostar en casinos virtuales con los celulares a niños menores de edad. La mayoría de las veces son cuantías de 20 euros, pero adquieren el hábito de apostar, se enganchan y se habitúan; incluso se ofrecen bonos de 100 euros. En España operan más de 34 empresas de apuestas, la mayoría con licencia fiscal en Malta o Gibraltar, como Betfair, Codere, Betway, 888sport o Bet365, y con un incremento desmesurado de apostantes en cerca de 4.000 salones de juego y con 14.000 millones de euros gastados online el año pasado. En Navarra, están instalados 47 salones de juego, 9 tiendas de apuestas y 3 salones de bingo, de los cuales Pamplona posee 25 salones de juego, 6 tiendas y 2 bingos; el resto se distribuye por Navarra. En las comunidades de una provincia, Murcia posee 347 salones, Cantabria 35, La Rioja 30 y Asturias 22. La Asociación de Ludópatas de Navarra, Aralar, tiene ya una lista de espera de decenas de jóvenes para curarse, así como el III Plan de Prevención de Adicciones 2018-23. Sin embargo, el Consejo de juego de Navarra no se ha reunido desde hace cuatro años. Más vale que el Ayuntamiento de Pamplona, pueblos del entorno y plataformas de vecinos ponen coto a nuevas instalaciones. ¿Por qué no cierran las salas próximas a los colegios y se obliga a un horario nocturno? No obstante, denunciamos a varias televisiones y radios que aumentan sus ingresos, sin ningún remordimiento ético, gracias a los anuncios de las casas de apuestas en programas deportivos. Es todavía más grave el contemplar a clubs de fútbol con sus camisetas promocionando empresas de azar. O ponemos remedio pronto o la plaga de ludópatas se convertirá en endémica para los jóvenes. Luis Landa El Busto Licenciado en Ciencias Humanas y profesor

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